La Emperatriz Del Bárbaro |+21

C A P (39)

Maylin Xing:

Roxely mi suegra está sentada en un sofá esponjoso adornado con piedras brillantes en los lados; tiene las piernas cruzadas y una taza de café con el meñique alzado, se baja los lentes de lectura y eleva sus cejas para mirarme.

—Hola, buenos días —saludo.

Ella me mira con detenimiento y frunce su ceño a tal punto de arrugarse mucho; inspecciona la ropa que llevo puesta, para luego dibujar una leve sonrisa.

—Madre —agrega estirando su mano, la miro confundida.

Niego al instante; cruzo los brazos.

«Adriano: ¿Dónde estás? ¿Por qué deseaste que viniera?»

—No voy a decirle madre —contesto para poner ciertos límites. Roxely pone una expresión de asombro por responderle de esa forma.

Siento la presencia de alguien más en la habitación y miro de reojo a Sherry, la cual con mucho entusiasmo le dice "Mami"

El remolino de vergüenza me embarga por completo; observo a ambas hablar con tanto entusiasmo adulador que genera en mí una intoxicación por tanta hipocresía.

—Díganme: ¿Cómo se tratan ustedes? —dice mirándonos a las dos —. Espero que bien, después de todo le pertenecen a mi hijo.

» Estoy segura de que, si sabe, solo se hace ignorante en el tema.

—Yo trato a Maylin de la manera más educada, pero ella...

No puedo evitar reírme como si fuera el chiste más bueno.

«Cínica»

La furia está cocinándose y amenaza con salir de forma brusca.

—Señora —digo; esa palabra cambia la expresión en su rostro —. Adriano Greco no tiene relación alguna con Sherry más que solo conmigo, soy yo la que amanezco en su cama todas las mañanas y lo alienta a ser el mejor todos los días.

Roxely me da una sonrisa de esas hipócritas.

—Mi hijo puede mantener una relación abierta para poder tener herederos.

—Si él hubiese querido tener hijos, tendrían una guardería —respondo.

—¿Quieres ser madre? —me pregunta.

Una presión se forma en mi pecho al recordar el abandono de mamá.

—Depende —contesto sin más para que ella no me llene de preguntas. —Además, recién estoy recuperándome por el aborto que tuve.

—Por ese motivo deberías dejar que Adriano tome libertades para tener amantes, él ya no es un jovencito. —Su sonrisa se alarga —. Tú no dejaras de ser su emperatriz a menos que dejes de gustarle.

—A usted le gusta meterse en todo —agrego con fastidio.

Ignora mi comentario y vuelve a meter a la "más buena del año"

—Sherry... —pronuncia su nombre e intenta sacar conversación, pero la detengo.

—Para eso me invita a desayunar con usted; no sabe lo desagradable que es para mí el hecho de que mencione a la ex amante de Adriano: ¡Sherry, Sherry, Sherry...! —digo su nombre en voz alta de la mujer que está sentada al costado de Roxely —. Le cuesta ver a su hijo conmigo, pero es momento de que se acostumbre a la realidad.

Camina hasta estar de frente y alza la mano para aterrizar en mi mejilla que me hace tambalear; paso mi lengua por la comisura de mis labios saboreando la sangre.