Este capítulo contiene escenas sexuales.
Maylin Xing:
Me quedo sin aliento al sentir que arremete dentro de mí, sus manos se posan en mis caderas y empujan para dar embestidas más constantes. Siento que todo se contrae y me deja sin aliento. Sin embargo, él aun no llega a su tan apreciado orgasmo.
—No todas las veces se llega.
Adriano sale de mi interior y no puedo evitar mirar su miembro apetecible, el cual aún sigue duro. Él se saca el condón y lo arroja.
Me bajo del sofá y gateo un poco hasta poder coger en mis manos su virilidad. Saco mi lengua y lo paso por la punta de su miembro, levanto la mirada y sonrío al recorrer con mi lengua toda su longitud.
Cierro mi mano derecha en su grueso, duro y delicioso miembro, muevo con destreza mi lengua y escucho un gemido brotar de la boca de Adriano, él sujeta mi cabello y tira hacia atrás.
Introduzco en mi boca todo su miembro, sin embargo, no puedo seguir empujando ya que las arcadas me inundan y detengo el empuje de mi boca. Me separo de su virilidad y paso mi lengua por mis labios saboreándolo por completo.
Vuelvo a sumergir su miembro en mi boca y esta vez me ayudo con mis manos los cuales acompañan y hacen que todo sea más placentero para él. Siento como él empieza a estremecerse, sin embargo, quiero que también encuentre placer.
» Digamos que no soy egoísta.
Adriano deja fluir todo y llega a ese punto en el que encuentre un sentimiento placer el cual se refleja en el líquido que trago. Paso mi dedo pulgar por mi mejilla, limpiando el rastro de su semen.
Me pongo de pie y dejo caer mi cuerpo en el sofá.
✾ ────── •
Termino de colocarme mi camiseta y me levanto.
—Iré a casa, quiero bañarme. —digo y suelto un bostezo.
Adriano me sujeta del brazo y atrae mi cuerpo.
—¿Qué se supone que ibas a contarme? —pregunto rodeando mis brazos alrededor de su cuello.
—Tengo otro trabajo para ti. —me informa y yo frunzo el ceño.
—Pensé que solo era cuestión de una sola vez, ¿Acaso me otorgarás otro deseo? —pregunto de manera sarcástica, sin embargo, él asiente.
—¿A quién? —le lanzo una pregunta casi confirmando que realmente lo haré.
—A un sacerdote. —murmura Adriano y yo alzo las cejas levemente.
» Nunca maté a un sacerdote.
Junto mis manos y aplaudo.
—Lo haré. Nunca maté a uno, así que será muy interesante. —siseo con emoción.
Él asiente y vuelve a la seriedad.
—¿Se puede saber porque matarás a un sacerdote? —me atrevo a preguntar.
—No. —Es lo único que me responde Adriano.
Levanta la mirada y mira directamente a mis ojos.
—Él pensará que eres una prostituta y tu jugarás a ese juego, lo asesinarás sin pestañear, ¿Entendiste?
Asiento con un poco de enojo.
—Prostituta. —siseo y él asiente.
—Cuando todos salgan yo me aseguraré de poner a muchos hombres a cuidar la puerta e impedir que nadie entre de nuevo a la iglesia. —dice Adriano.
ESTÁS LEYENDO
La Emperatriz Del Bárbaro |+21
ActionCompulsivos, iracundos, desafiantes y efusivos. Bandos totalmente distintos: Un líder sangriento de la mafia italiana y una joven destinada a ser la heredera de la mafia china. Son enemigos en todas sus letras, la tríada y la mafia italiana nunca h...