C A P (53)

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Adriano Greco: 

La tía Camille se asegura de sacar a Nanette, para llevarla a una zona segura, y Michelle va con ellas. Mi hermana aún no se ha recuperado del todo y debe marcharse. En cuanto a mí, el proceso de cicatrización de mis heridas son lentas, pero debo mantenerme fuerte para los problemas que se avecinan. 

― ¿Debería ir con ellas? ―pregunta Tiaret, aun su rostro lleva marcas de golpes, sin embargo, se esfuerza por mantener tranquilidad y se ve que quiere quedarse para hacer su trabajo. 

―Quédate ―digo y asiente. 

Mantengo la calma al saber que estarán lejos, sin embargo, desearía que la mujer que está en el segundo piso también lo estuviera, pero me ha demostrado tantas veces que es fuerte, valiente y astuta.

― ¡Adriano, es momento de que vengas aquí! ―La voz alta de Andreas crea ecos en la casa, Tiaret me mira a los ojos y me indica que él subió para llevarse a Maylin a un sitio seguro.

La escena me deja confundido: Maylin está apuntando a Andreas, como si le hubiera hecho algo. Observo a mi primo y mueve la cabeza al notar que por unos segundos parezco dudar de él.

«No deberías desconfiar de tu familia», pienso en las normas que me han repetido en casi todo mi vida como si fuera pan de cada día. 

―Tranquila... ―Levanto las manos dando a entender que no haré nada relevante que la ponga en peligro, me mira y una leve sonrisa nerviosa la hace ver vulnerable.

Tomo el arma y Maylin mueve la cabeza, Andreas niega cuando me ve, como si quisiera defenderse rápidamente de que no fue quien la puso en ese estado. Sherry llora con un tono bajo, para no estresar a Wǎnshàng, la cual no quita la mirada sobre mí.

La pantera deja su cómoda cama que era Sherry, para después caminar hacia la persona que ama más, ronronea mostrándome su descontento al hecho de que me acerque, saca conclusiones al observar a Maylin desconcentrada y con la mirada en el suelo.

Sherry huye del lugar, asustada, no obstante, sé que no escapará, Tiaret va a evitar que se escape. Aun la necesitamos para saber los planes de mi madre. 

―Vete ―Le indico la puerta a la felina que no se convence por completo y vuelve a marcar su territorio ―, Wǎnshàng, vas a irte afuera con Andreas.

El tono áspero de mi voz la hace obedecer, sin embargo, se va arrastrando las patas haciendo que sus garras produzcan un sonido a tocar el piso. Me muestra los dientes antes de que Andreas cierre la puerta.

Miro a Maylin, está en silencio. La sostengo del brazo para ayudarla a ponerse de pie, me mira y esta vez ya no distingo sus ojos cristalizados, pero la rojez no se esfuma del todo, su nariz tiene ese tono.

―No pasa nada ―Intenta irse, sin embargo, aún conserva ese tono distraído.

―Apuntabas a Andreas.

Niega.

―Bueno... ―Trata de soltar su justificación, pero no puede hacerlo con rapidez. 

No deja de verme, quiere que me convenza de que soy incapaz de descifrar lo que puede estar sintiendo. Mi pulgar roza su mejilla cierra los ojos y se apoya en mi mano.

― ¿Qué sucede?

―Nada.

― ¿No piensas hablar conmigo?

―No ―dice mirándome ―, me duele la cabeza.

Sujeto su muñeca, para salir de la habitación.

― ¿Qué haces? ―pregunta, poniendo su mano sobre la mía ―. No iré a ninguna parte.

La Emperatriz Del Bárbaro |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora