C A P (42)

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Adriano Greco:

La mirada de mi madre trasmite enojo, aunque cambia por completo al contemplar a Michelle, la cual parece despertarse y meter su curiosidad en los asuntos.

—¿Qué paso? —pregunta ella, soñolienta al apreciar que todos en la sala están muy tensos.

No cabe duda de que mi hermana es tan descuidada como para dormirse en momentos que se necesita atención plena. Y yo soy su marioneta que le permite hacerlo.

—Tranquila, todo está bien —le dice mamá a mi hermana como si ella estuviera dolida de que no la escogí para dirigir —. Mi niña, solo debemos esperar a la justicia llamada "karma."

—Esto ya parece una novela —dice Maylin, harta ya de todo el discurso. Se pasa las manos por su cabello.

Avanzo hacia Michelle y estiro el brazo, ella levanta la mirada.

—¿Qué? —espeta, confundida. Tiene los ojos lagrimosos a causa de los bostezos.

Mi madre coloca su mano encima de la mía.

—Me acompañará, alguien debe cuidar mi espalda mientras estoy ocupado —digo mirándola a esos ojos que lucen inocentes.

—Ella se va con él —dice Maylin, camina hasta donde estamos y sujeta del brazo a mamá quien coloca esa expresión de sorpresa, Leandro intenta meterse al instante.

—Mantente en tu lugar —contesto, disgustado. Este retrocede a tal punto de chocar con Fabricio, el cual le da palmadas sobre su hombro.

—Los terceros, como nosotros sobramos en esto —le dice.

—¿Por qué debes llevarte a mi hija? —pregunta, lloriquea falsamente —. No la necesitas, sabes cuidarte bien. Ya eres un adulto.

—Ella también. —Mamá voltea enseguida al escuchar a Maylin y solo la ve con una expresión de odio.

Mi primo quiere decirme que él también desea ir conmigo, pero niego al instante.

—Hermana, es momento de que te calmes. El poder que te da ese anillo no influye en el hecho de interferir en las decisiones del líder —dice la tía Camille con un tono cansado —. Creí que sabías las reglas, porque sueles ser devota en seguirlas.

—¡No te metas, Camille! —explota en ira mamá, pero Michelle se coloca detrás de mí —. Te quedas conmigo, Miche...

—¡Basta! —contesta, mi hermana; su rostro se tiñe de rojo —. Iré y no necesito que tomes decisiones por mí.

La respuesta deja a nuestra madre con la boca abierta, está ofendida. No puede disimular, pero se mantiene alejada, respeta su decisión. La observo y empiezo a sentir un pinchazo en el pecho por como somos tratados de diferente modo ante sus ojos.

Me deshago de los pensamientos destructivos y veo al hombre que está apoyado en la pared con su tableta en mano.

—Vas conmigo. —Apunto con el dedo a Fabricio.

Tiaret mira a Fabricio para luego observar a Michelle: —Todo está listo —anuncia y les indica que vayan al auto.

Maylin camina con pasos lentos hasta llegar a donde estoy y rodear sus brazos en mi cuello para colocarme a su altura, la escucho con atención: —No confíes en nadie.

—Bien, eso aplica para ti también. —Ella me da una sonrisa de esas que transmite calma.

Mamá pronto abandona la sala junto a Leandro, mi tía se encoge de hombros y observa a Andreas quien está recostado en el sofá.


La Emperatriz Del Bárbaro |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora