Maylin Xing:
Desearía tener una reacción parecida a la de Adriano que se queda en silencio analizándolo, me mira a los ojos y una escasa sonrisa llena de nerviosismo domina en su expresión, luego se pone serio.
—Hemos sido precavidos. ¿Cómo es que esto ha pasado? —dice por un breve momento su mirada se centra en mi abdomen, aspecto que me hace sentir extraña.
El sonido de la puerta sigue vigente.
—¿Qué mierda? —pregunta, abriendo la puerta con fastidio, Andreas le entrega un documento.
—Debemos irnos —anuncia, ingresando a la habitación para irse de frente a la ventana —, es mejor.
La confusión domina mis sentidos.
—Leandro ha creado un nuevo cuartel y es obvio que nos gana, no tenemos suficientes hombres —dice, esta vez me mira de frente —, te quiere a ti.
Debería fingir sorpresa, pero era predecible. El perro fiel de Roxely quiere establecer un intercambio con el maldito de Zimo, quien siempre se emociona al tenerme rendida y de rodillas ante su jodida presencia, sin embargo, eso va a cambiar.
—Haré que se ponga de rodillas —susurro con la mirada perdida, sonrío al imaginarlo, parece ser difícil, pero no imposible.
Percibo los susurros de los dos hombres que se ponen de acuerdo con la finalidad de sacarme, sin embargo, es una situación complicada. Quiero estar aquí a la hora que Zimo ponga un pie en Italia.
—No me iré a ningún lado —Le arrebato el arma de su cinturón a Andreas y no veo ápice de esperanza en que me vaya, lo comprende, sin embargo, Adriano se mantiene con firmeza.
—Te irás de aquí —puntualiza con un tono áspero, se acerca y me arrebata el arma, sin siquiera hacerme daño, sostiene mis muñecas para inmovilizarme.
El coraje emana y no puedo controlarme, ya ni siquiera me escucha, se mantiene fuerte sin cambiar su orden, intento alzar mi rodilla para golpearlo en la parte baja, pero me sostiene del brazo, haciendo que mi espalda choque con su pecho y sienta su respiración cerca de mi.
—Creo que sobro aquí —dice un nervioso Andreas que parece huir de la habitación.
Adriano sostiene mis muñecas.
—¿Vas a encadenarme? —pregunto, enfadada.
—Eres inteligente, pero cuando piensas en ellos, te dejas llevar por tu impulsividad y no te detienes a pensar en los riesgos.
—Debo ponerlo de rodillas, para que la humillación lo carcoma y pierda su dignidad en china —Me remuevo más en los brazos de Greco, quiero morderlo, pero se adelantó poniendo la mano sobre mi boca.
—Lo pondrás de rodillas, más no podrás matarlo ahora —dice en forma de promesa, lo miro de reojo y creo en el italiano.
—No me iré.
—Entonces, quédate sabiendo que los riesgos son grandes.
—No hay tanta diferencia con los que hemos hecho días anteriores, lo único exclusivo es el tema del embarazo que por cierto no mencionas nada —comento con enfado, retrocedo al ver que intenta sujetar mi muñeca.
Pasa las manos por su cara y tira un largo suspiro.
—¿Cómo es que estás...?
—Fue tu madre —digo pasando las manos por mi abdomen y por un breve momento siento que es demasiado extraño hacerlo sabiendo que un individuo de unas semanas habita mi cuerpo —. Cambio mis pastillas y pues el resto lo hicimos, fin.
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La Emperatriz Del Bárbaro |+21
ActionCompulsivos, iracundos, desafiantes y efusivos. Bandos totalmente distintos: Un líder sangriento de la mafia italiana y una joven destinada a ser la heredera de la mafia china. Son enemigos en todas sus letras, la tríada y la mafia italiana nunca h...