La Emperatriz Del Bárbaro |+21

C A P (33)

Este capítulo tiene contenido explícito sexual

Adriano Greco: 

—Continuemos. 

La levanto en brazos y apoyo su espalda contra la pared. El escozor que causa sus uñas en mi nuca crea una ráfaga de calor que se expande en mi cuerpo. Ingreso en ella de una estocada lenta, pero pierdo los estribos por completo y las arremetidas suben de forma tormentosa.

Elevo la mirada para ver su rostro y poder detallar como los ojos de Maylin se cierran, tiene la mano sobre su boca para así poder morderlo y acallar sus gemidos. Reemplazo su mano por mis labios tocando los suyos y siendo mordidos con fiereza por ella. 

Sujeto con fuerza sus muslos por cada empuje turbulento, el sonido de nuestros cuerpos chocando crean un eco adictivo de escuchar. Deslizo mis manos hasta llegar a su trasero y estrujarlos.

Aprieto a Maylin contra mi pecho y bajo la cabeza para rodear su pezón con mi lengua. Ella deja de morderse la mano y abre los labios para emitir gemidos con un volumen ligero. Libero la tensión acumulada logrando así que el líquido llene el interior de Maylin.

 «Joder» 

La dejo con los pies sobre el piso y ella emite un gemido de disgusto, pero aguarda sus quejidos al darse cuenta como levanto sus piernas y lo coloco sobre mi hombro. Sus dedos se introducen en mi cuero cabelludo. 

Deslizo mi mano por ese punto vibrante e introduzco dos dedos en su interior, mientras con mi lengua voy lamiendo. Su cuerpo se ve envuelto por espasmos continuos y un grito efusivo abandona sus labios al sentir su llegada.

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Andreas trajo a la mascota de Maylin para que esta le haga comer. Así que ahora: Ella está en cuclillas dándole de comer venado asado a la cachorra, luego voltea a verme con el ceño fruncido y la mano sobre su estómago.

—Quiero tofú asado con verduras —dice Maylin y pone un gesto dócil en su rostro: saca un poco sus labios y me mira fijamente. —Me canso de comer tu comida, ahora quiero tofú.

Asiento y ella se pone de pie.

—Vas a darle una habitación a Wǎnshàng cuando lleguemos a Como.

«Noche»

—Oye no... —replico, pero ella cruza los brazos.

—Sabes que te sobra las habitaciones, porque mezquinar una sola. ¿O quieres que duerma en en el cuarto? —pregunta y levanta su ceja. —Podría dormir en el medio de nosotros.

Su mano da palmadas en mi hombro.

—Muy bien, que duerma con nosotros —sisea Maylin.

La manera en la que me habla es tan ligera, pero golpea en el punto que desequilibra todo lo que pienso.

—Una pantera no puede vivir en una habitación —respondo y el ceño de Maylin se frunce y su resoplido es largo. —Mandaré a construir uno adecuado para un animal como ese, para que lo tengan listo cuando lleguemos a Como.

Maylin levanta a la cachorra y asiente.

—Noche te dice que está bien —dice y los ojos dorados de la pantera me observan.

Ella lo deja encima de la cama y nos disponemos a bajar después de cinco horas que debíamos haber estado en la sala. 

El único que está es Fabricio, este tiene su tableta en la mano, pero levanta la mirada al sentir nuestra presencia.