La Emperatriz Del Bárbaro |+21

C A P (31) I

Adriano Greco:

Lecce – Apulia

El sol del medio día ilumina con fuerza, el agua del mar se torna más cristalina al punto de poder ver a los pequeños peces en el agua.

Me llevo el vaso de refresco a la boca y lo bebo con lentitud. Paso por el lado de Leandro y sigo mi camino hasta llegar a las escaleras. Llego hasta mi habitación y observa la figura femenina de Tiaret.

Los pasos detrás de mi suenan demasiados irritantes para mi oído.

—No permitas que nadie ingrese ni siquiera Michelle puede hacerlo. —le digo y Tiaret mueve la cabeza en señal de compresión acerca de la orden.

Los incesantes parloteos de Leandro me ponen de mal humor. Su discurso monótono sobre las reglas, me ahogan por completo. Me recuerda una y otra vez el hecho de que estoy equivocado, pero aún así me esta ayudando y sirviendo en plato de oro todo, porque sabe muy bien que él también tendrá ganancia.

» No puede deshacerme de Leandro Parisi, porque conoce a la perfección la residencia de Amato Beaumont.

—Solo le basto tres meses para que la nombrarás: "Emperatriz" en frente de todos. ¡Joder, estás loco! —espeta Leandro —. Ni imaginar lo que podría pasar en un año. ¿Es que acaso ya la amas...?

Volteo y dibujo una sonrisa burlesca. Me llevo la mano a la boca, sin embargo, las carcajadas brotan de mis labios y no puedo detenerlo.

—Amar, esas cuatro letras es demasiado para mí en estos precisos momentos... —suelto detenidamente y con lentitud voy calmando mis carcajadas. —No me niego al hecho de que el ser humano es indiscutiblemente inmune a ese sentimiento.

» No me niego al hecho de que el ser humano es indiscutiblemente inmune a ese sentimiento. —resuenan con fuerza en mi mente y lo pienso con detenimiento. Pero ¿Qué es amar? Aunque no tengo respuesta aún porque no lo he vivido todavía con tal vehemencia que impulse a mis sentidos a decir que amo Maylin.

Mis carcajadas se esfuman y me sumerjo en un tumultuoso pensar, ocasionado por Leandro Parisi. Sin embargo, reacciono cuando este empieza a hablarme.

—Ella me odia. —habla con un ápice de temor en su voz —. ¿No le darás el poder suficiente para que tome decisiones que solo tú puedes hacer? ¿Verdad?

Encojo mis hombros para provocar la contracción de sus músculos faciales.

—Muchas cosas pueden pasar Leandro... —contesto irónicamente.

Me acerco a él, mis manos se centran en la solapa de su camisa.

—Controla tu lengua sino quieres que te la corte. No permitiré que sigas manteniendo esas actitudes frente a ella. —le ordeno mirándolo fijamente a esos ojos que destilan enojo.

—Lo haré. —espeta.

Doy palmadas en su rostro, incomodándole con cada toque.

—Todos tenemos una fecha de vencimiento, Leandro. —respondo —. Si no me sorprendes desde ahora, te juro que no durarás mucho. Trabaja y piensa no vengas a quejarte como un idiota por el hecho de que Maylin es mejor que tu pensando. No te escudes detrás del hecho de que ella es mujer, porque esa mierda me tiene harto.

Suelto sus solapas.

—Sea mujer u hombre me dará igual desde este día. Pero, recuerda algo Adriano. Maylin siempre se ha caracterizado por ser una vil desgraciada cuando se trata de tomar el poder. Ella es egoísta, ponzoñosa y malvada.

» ¿Y qué cree encontrar en un mundo de violencia?, Generosidad, piedad y amabilidad es algo completamente fuera de ese círculo vicioso de grupos delincuenciales.

—Tú también eres de ese calibre. —contesto —, pero en menor potencia.

Leandro guarda silencio y se marcha con total enfado.

Al ingresar a la habitación no veo a Maylin descansado. Camino hacia el balcón y separo las cortinas blancas.

—Buenos días. —saludo.

Ella esta tan distraída observando lo que la naturaleza tan generosamente nos da, sin embargo, corresponde mi saludo entre balbuceos.

Dejo el vaso en la mesa.

—Es realmente encantador. —susurra.

—Lo es.

Maylin voltea a verme.

—El hecho de que ya estemos en Lecce, me confirma que pronto empezaremos llenar la piscina con sangre. —dice con una larga sonrisa.

Elevo su mentón.

» Tan sádica.

Miro fijamente a sus ojos grises y una curiosidad inaudita que rehúsa a marcharse se posa en mi mente.

—Ironía que te guste apuñalar y verter sangre, pero sientes repugnancia al ver como mueren a manos de mis preciados juguetes.

Maylin enarca las cejas y desliza sus manos por mi pecho.

—La brutalidad es tu fuerte, Greco. —espeta mirándome fijamente —. Las tripas se escurren de sus cuerpos, vi un corazón desprendiéndose del pecho de una mujer atravesada por un palo, es algo nuevo que nunca mis ojos lo han visto, sin embargo, creo que esto podría llegar a gustarme.

Sonrío.

—Oí que desapareciste a un tipo y creo saber el porqué. En la escena del crimen solo hallaron cerdos, al cual creo que le diste un gran festín.

Arruga su nariz.

—Era un estorbo en cualquier parte del mundo. Humanos como ese vienen a quitar oxigeno a otros.

—Generosa.

—Ese día si que me pase de solidaria. —suelta con sarcasmo.

Levanto mi ceja.

—Adoro tu honestidad. —digo con el mismo tono.

Maylin se sienta sobre mi regazo y envuelve sus brazos en mi cuello.

—Hablemos del tema principal. —murmura.

» Maylin quiere morder e inyectar su veneno, para acabar con todos. Ojalá fuera tan fácil como sumar al uno más uno.

—Hoy dos de diciembre se celebra el esperado matrimonio de Amato Beaumont y Nannete Radovich. Solo debemos hacer algo tan sencillo el cual es secuestrarla. —suelto con ironía.

—Algo tan sencillo. —espeta Maylin con sarcasmo siguiéndome la cuerda —. ¿Cómo le hacemos morder el anzuelo al pececito para que abandone la pecera y se muera?

Niego inmediatamente.

—No mataremos a Nannete. —contesto.

Maylin cambia el gesto en su rostro.

—¿Por qué? —expresa con confusión.

—Es momento de amenazar a Flavio y Zinerva con algo que realmente quieren. Ellos tienen ese precioso sentimiento de amar y sentir cariño hacia un ente viviente como es su nieta. La única descendiente directa, sangre de su sangre y carne de su maldita carne.

Sonreímos como unos lunáticos. 

—¡Adoro eso!, sé el punto al cual quieres llegar. —toma mi rostro en sus manos. —Muy bien Greco, estamos yendo a la par y eso me encanta. 

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¿Qué les pareció el cap?

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Es la parte I del cap 31. 

Considero que es muy corto para un capítulo, así que les debo una parte dos, definitivamente. 

Nos leemos el lunes, ;)