Maylin Xing:
Me abalanzo sobre Zimo antes de que ejecute su ataque, la pared no resiste el peso de ambos y caigo encima, mi espalda choca con su pecho, pero me empuja y pronto siento sus brazos rodeando mi cuello.
—¿Sabes que tu padre no estará de acuerdo con estas actitudes y va a castigarte? —Él intenta asustarme, tal y como lo solía hacer antes. Muerdo su brazo con fuerza para que me libere.
Mi abdomen se contrae al punto que no puedo respirar con normalidad, sin embargo, el arranque de adrenalina me hace levantarme y golpearle en la cara.
—Vas a decirle a papá que te he humillado, no eres aquel que podía doblegarme con el miedo, voy a mostrarte lo fuerte que puedo ser y acabaré contigo —Escupe la sangre para después intentar empujarme, capto su movimiento y le arrebato el cuchillo antes de que me lo entierre en el abdomen, sin embargo, no salgo del todo ilesa, el torso de mi mano sangra a raíz de un corte.
No puedo esquivar el golpe que me provoca un gran desapego con la realidad, escucho su voz como si fuera un eco y en segundos logra quitarme de encima, me centro en su mirada y la primera patada llega, sin embargo, la segunda es imposible porque clavo el cuchillo en su pie, lo cual lo desestabiliza.
—¿Te consideras suficiente? —Ni siquiera pestañea al sacarse el cuchillo y su mirada refleja ira —. Sigues siendo la misma imbécil de siempre, sueñas con tonterías, nadie te quiere o considera digna sucesora.
Mi pierna izquierda flaquea hasta el punto de caer y al llevarlo sobre esa zona la sangre brota, un trozo de madera se ha incrustado, no puedo evitar sentir las lágrimas al sacarlo, caigo y me apoyo en el suelo.
«Siempre has estado sola, tú puedes. No necesitas a nadie más». La maldita frase de hace unos años sigue vigente y quiere seguir aferrándose a mí.
—¿Y tú sí? —No quito la mirada de la tierra, me niego a tener contacto visual con alguien como él —. ¿Por qué?
Sujeta mi mentón para obligarme a verlo, como los viejos tiempos.
—Es algo que nunca comprenderás —dice.
Me da leves palmadas en mi mejilla y sonrío por el hecho de que se ve bien estúpido al dejar todas sus guardias bajas porque considera que estoy rendida ante él, eso me da ventaja suficiente para tirarle tierra sobre la cara, lo empujo al punto que caiga, pero concentra sus fuerzas a querer atraparme y se esfuerza por abrir los ojos.
—No has cambiado —Lo golpeo con fuerza y quiero aferrarme al hecho de verlo así, sin embargo, es un rival fuerte que no conoce la palabra perder, pero me ofrezco a enseñárselo.
Hay un arma tirada a escasos metros, él abre los ojos y capta lo que quiero, me empuja para ir hacia el objeto, pero me aferro a tomarlo primero.
—No eres rival —Levanta el arma para hacer su guion antes de apretar el gatillo.
—Entonces... ¿por qué estás aquí apuntándome? —Su expresión se deforma y arde en rabia, al punto de mostrarse en su cara cuando se torna en un color rojizo.
Una soga se posa en su cuello y tiran hacia atrás haciendo que Zimo tire disparos aleatorios, cosa que me hace levantarme e irme a él para arrebatarle el arma. Es complicado hacerlo, pero no imposible. Siento mareos y apenas puedo mantenerme en pie, mirarlo me resulta difícil porque está casi ileso, mientras que yo me he llevado la peor parte.
—No vamos a matarlo —La cabeza de Adriano se inclina, pero se mantiene agarrándolo, no muestro expresión al respecto porque Zimo quiere descifrar mis expresiones, con la intención de confirmar si se ha convertido en mi punto frágil.
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La Emperatriz Del Bárbaro |+21
ActionCompulsivos, iracundos, desafiantes y efusivos. Bandos totalmente distintos: Un líder sangriento de la mafia italiana y una joven destinada a ser la heredera de la mafia china. Son enemigos en todas sus letras, la tríada y la mafia italiana nunca h...