♤Day one♤

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—Esa noche fue la ultima. Encontré la libertad. Era la unica salida, porque la verdad ya me daba igual lo que podía seguir pasando. Esa noche pude llorar, dándole fin a mi vida. Me devolviste la libertad, Siete—soltó en los recuerdos.

Miré a Cinco y todo se nublaba poco a poco.

—Cuando muera quiero que me recuerdes con alegría, sin llanto. Quiero que me hables como siempre lo haces, sin susurros, sin frases entrecortadas, sin largas pausas; como si estuviera frente a ti. Cuando parta no quiero que me des flores, dame abrazos en tus sueños y cada noche mira mi fotografía e imagina que te veo, imagina que te oigo. Yo estaré a tu lado y en las noches, en cada uno de tus sueños, yo seré tu ángel guardián. Cuidaré de ti, aunque los años pasen, siempre estaré allí.

Solo quería que la recordara como la primera vez, cuando nuestros ojos se centraron en una sola mirada. Así quería que la recordara, para seguir viva en mí sin pensar en que ya partió.

Los recuerdos eran cada vez más recurrentes cuando estaba distraída y alejada del mundo.

Acaricie con la palma de mi mano la ventana observando el otro lado del cristal. La lluvia fría caía en grandes gotas y los truenos y relámpagos sonaban a cada segundo.

Logan llegó con dos tazas de chocolate caliente y las dejó frente a la mesa que estaba entre ambos. Él se sentó en el sofá y prosiguió a beber de su taza.

Luego de la cena de anoche, llegamos tarde a casa. Hoy la escuela había sido tranquila y sin apuros. Era bueno que el horario de esta mañana no fuera hasta tan tarde.

Tomé la taza que yacía en la mesa del mango para beber de ella. Miré sobre ésta a Logan y él estaba distraído viendo como la lluvia caía. Últimamente en Los Ángeles han habido bastantes diluvios y según los reporteros era extraño ya que este es un estado bastante caluroso por estas temporadas.

Además de los agonizantes cambios climáticos que han habido estos días, entre Logan y yo la tensión seguía aumentando y desconozco el porqué. Este tipo de silencios incómodos no existían entre nosotros antes y que ahora haya aparecido de la nada, hace que mi estómago sienta un cosquilleo extraño.

Me acomodé en el sofá levantando un poco la manta que cubría mi cuerpo y lo miré jugando con la boquilla de la taza.

—Eh...Quería saber...—dijimos al mismo tiempo.

Nos miramos con una sonrisa confusa y volvimos a hablar.

—Tú primero—repetimos de nuevo al unísono—¿qué?—reímos un poco—deja de imitarme. ¿Cómo? Tú me estás imitando. Deja de hacer eso—ambos nos callamos.

¿Qué demonios fue eso? ¿Conexión instantánea?

—Eso fue extraño—confesó Logan dándole otro sorbo a su taza.

—Sí—bajé la mirada viendo la pequeña mesa frente a mí—¿qué me querías decir?

—Nada, era una tontería—sonrió sin importancia y fruncí el entrecejo.

—Dilo—exigí y él sonrió negando con la cabeza.

—Es que la lluvia activa mi modo filósofo.

—¿Por qué lo dices?

—Estaba pensando en el mundo. En la humanidad en sí. Es que tantas veces vivimos la vida encadenados y ni siquiera nos enteramos de que tenemos la llave del candado—volvió a ver hacia la ventana y analicé sus palabras.

—A veces hay gente cruel que nos roba esa llave—comento bebiendo de nuevo.

El silencio tenso regresó y era aquel que no soportaba en nuestro ambiente.

Experimento Número 7 [#1 Bilogía Experiment] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora