Angustia.

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Cap. No.405

"Tonterías, es solamente un hombre. Es pan comido. Además, somos mucho más numerosos. Es prácticamente imposible que se escapen". El hombre de rostro pecoso hablaba con mucha confianza. No creía que Saeng fuera un hombre tan duro. Pensaba que solamente era bueno con los disparos, pero además de eso no tenía nada. Por eso no le tenía miedo.

"No olvides el número de insignias en su chaqueta. Cualquiera con semejante rango en el ejército solo pudo haberlo obtenido con mucho esfuerzo y sería digno de llevar ese título. No lo subestimes". Por algo era el jefe. Y aunque en ocasiones tendía a ser bastante libidinoso, era capaz de comportarse tranquilo e ingenioso en los momentos importantes.

En cuanto al Coronel Heo... ... 'Bueno, pues me alegro de habernos encontrado tan pronto', pensaba el traficante de armas, quien estaba bastante entusiasmado de ver nuevamente a Saeng.

"¿Qué importa? Aunque tenga muchas insignias en su chaqueta, podemos encargarnos fácilmente de ese hombre. Tenemos a mucha más gente de nuestro lado". El hombre con la gran cicatriz en el rostro no estaba de acuerdo con las precauciones de su jefe. Se mofaba de él. Para él, un doncel no era alguien a quién se le debiera temer.

"Tiene razón. Jefe, no lo admire demasiado. No podemos menospreciarnos ante un doncel. He luchado por varios años. Le puedo asegurar por mi experiencia que lo atraparemos esta noche y se lo entregaremos para que sea su esclavo sexual". A juzgar por el nivel de confianza de su conversación, no debían ser delincuentes comunes y corrientes. Parecía que los secuaces que habían sido asesinados justo en ese momento no eran nada para ellos. Probablemente aún no habían demostrado de lo que eran capaces realmente.

Si Saeng hubiese conocido lo que estos tipos estaban ideando, habría tomado el rifle de francotirador y les habría disparado sin cesar. No hubiera soportado que lo imaginaran de esa forma.

"¡Muy bien! Lucas se está acercando a nosotros. ¡Acelera! Necesito un buen lugar para poder dispararles". En los ojos de Saeng se proyectaban la crueldad y la adrenalina al mismo tiempo. Podía ser lindo con cualquiera que también fuera amable, pero no tendría misericordia con asesinos tan crueles.

"Estamos demasiado cerca. ¿Puedes encontrar un sitio para emboscarlos rápidamente?". Hyun estaba inquieto por lo cerca que se encontraban de los delincuentes. Así que expresó sus preocupaciones sobre la sugerencia de su esposo.

"¡Sí! Estoy seguro de que encontraremos un buen lugar para disparar. No tiene que ser perfecto. Solo necesito una pendiente. Sigue conduciendo tan rápido como puedas. Te diré dónde parar". Mientras hablaba con su esposo, le hizo una seña a Lucas para que acelerara, pues se estaba quedando atrás de Hyun.

Este chico había presenciado situaciones arriesgadas en tantas ocasiones, que su estado mental y sus habilidades en combate habían alcanzado ya un nivel superior.

"Está bien. Entonces, obedeceré tus órdenes. Confío en ti de todo corazón". Su marido ya había presenciado varios asesinatos dada la importante posición en la que se encontraba. Pero jamás lo habían perseguido tantos matones como en esta ocasión. Admitió que su esposo era mejor que él para manejar este tipo de situaciones. Así que solo podía apoyarlo y confiar en que los mantendría vivos.

"¿Ves? Hay una pendiente justo delante de nosotros. Necesito que conduzcas a toda velocidad. La utilizaré como punto desde donde disparar. Quiero que conduzcas cerca de la carretera. Puedo saltar del auto". Después de decir eso, Saeng tomó el rifle de francotirador AS50 que tenía ya ensamblado. Comenzaba a calcular la velocidad del viento y la humedad, ya que eran factores importantes que un francotirador profesional debería tomar en cuenta antes de disparar.

"No, eso es demasiado peligroso. No puedo permitir que te alejes". Al oír que su amado pretendía saltar del auto para enfrentarse al violento ataque de los traficantes, se opuso firmemente.

"No te preocupes. No te estoy pidiendo que te marches. Según recuerdo, debería haber una planicie detrás de esta pendiente. Puedes conducir hasta esa zona y ocultarte allí. Te veré cuando esto termine. Necesitaré que me cubras después".

Sonrió ante las palabras de su marido. Mientras extendía su mano para tocar el bello rostro de Hyun, se sentía muy culpable por tener que actuar solo. Sabía que el traficante de armas iba por él, pero no podía decírselo. Si le decía que quería resolver el problema solo, él se enfadaría por el hecho de no querer su ayuda. Así que a pesar de sentirse tan mal por no contarle la verdad, tan solo le quedaba disculparse con él desde su interior. No podía decirle nada.

"¡Esta bien! Seré cuidadoso. Cuídate, tú también. Bajaré la velocidad cuando estés listo para saltar". Él miró a su alrededor e inmediatamente pudo ver la pendiente que había mencionado Saeng.

"No bajes la velocidad, o atraerás la atención de nuestros enemigos. Mantén la velocidad". Sabía por qué Hyun se ofreció a reducir la velocidad. Pero él no tenía nada de qué preocuparse, ya que saltar de un auto en movimiento no significaba nada para un hombre tan bien entrenado como él. Solo tenía que utilizar sus habilidades para evitar salir lastimado.

"Pero correrás mayor peligro de esa forma. Necesito desacelerar". No podía estar de acuerdo con su esposo, ya que estaba demasiado preocupado por su seguridad. Había conducido durante toda la noche y no podía hacer nada más que mirarlo arriesgándose, disparando y esquivando las balas durante el enfrentamiento. Su miedo aumentaba con cada situación peligrosa en la que veía a su eaposo. Sin embrago hizo todo lo posible para no demostrar su preocupación, pues le inquietaba que su angustia pudiera influir en él. Por eso Hyun se esforzaba para no pensar en la probabilidad de que su esposo resultara herido.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora