Saeng escucha la grabación.

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Capítulo 565.

"Fue ella, pero, ¿por qué?". Saeng tragó saliva. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero luchó para contenerlas. Tomó la mano de Hyun con mucha fuerza y olvidó que él no era un asesino, sino el hombre que amaba y valoraba. Hyun sintió sus emociones, no dijo nada, pero sí sentía su dolor mientras se aferraba fuertemente de su mano.

"Solo la avaricia por una posición alta y una gran riqueza podrían llevar a una persona sin corazón a matar a una mujer embarazada". Hyun cerró los ojos y decidió contarle todo lo que sabía e ignoró el dolor de su mano. Él soportaría todo dolor con tal de que pudiese sentirse mejor al sostener fuertemente su mano.

"¿Qué dijiste?". Saeng le apretó la mano con más fuerza y sus ojos se volvieron severos. Miró a Hyun, paralizado. No podía dar crédito a sus oídos, ya que había algo que estaba mal. ¿Su madre estaba embarazada? No, no era cierto.

"Tu madre estaba embarazada en ese momento". Hyun decidió decirle toda la verdad. Ya se sentía lastimado, así que él debía aprovechar la oportunidad de contarlo todo. Sería mejor acabar con esto de una vez por todas. Además, si no podía soportar un dolor así, ¿cómo podría enfrentar las palabras que estaba a punto de decirle?

"Jaja... Hyun, eres muy gracioso. ¿Por qué no te estás riendo? ¿No crees que es divertido?". Sus nervios estuvieron al límite por mucho tiempo y ya no podía soportarlo más. Saeng no pudo evitar echarse a reír y eso rompió el corazón de Hyun. Se habría sentido mejor si  llorará, puesto que lo amaba tanto, que le habría gustado protegerlo del viento y la lluvia del mundo. Él quería que siempre estuviera feliz.

"Cariño, está bien. Estoy aquí para ti y cualquier dificultad que encuentres, yo las resolveré. Haré lo que sea por ti. No seas valiente, puedes llorar si quieres hacerlo, no te contengas. Me siento tan mal cuando reprimes tu dolor". Hyun no pudo encontrar más palabras para consolarlo. Lo atrajo a sus fuertes brazos y le besó el cabello un millón de veces.

"Dime que no es cierto, que estás bromeando, por favor. No existe nadie tan cruel como para matar a una mujer embarazada". Reconfortado por Hyun, Saeng estalló en lágrimas y sus manos agarraron su cuello violentamente.

"Saeng, cálmate. Desearía que fuese una broma, pero no lo es. Es la verdad y la queramos aceptar o no, existe. Ni tú ni yo podemos cambiarla". Saeng estaba muy traumatizado. Parecía haber perdido la cabeza, puesto que estaba histérico. Hyun se asustó y le gritó fuertemente, con la esperanza de que recobrara el juicio.

"Prometiste que nunca me harías daño y que nunca serías cruel conmigo, pero rompiste tu palabra. ¿Cómo pudiste hacerlo?, ¿cómo pudiste herirme así?". Saeng fulminó con la mirada a Hyun con ojos rojos, como si fuese su enemigo jurado y lo fuese a matar.

"Está bien. Todo es mi culpa. Vamos, cariño, no me gusta verte así. Cuando lo hago, se me parte el corazón y siento que sería mejor que me mataras. Te amo y no quiero que estés triste. Cariño, por favor cálmate. Respira hondo, solo respira lenta y profundamente". Hyun lo abrazó fuertemente, sin importarle cuánto se resistiera. No lo iba a dejar ir, ya que tenía miedo de que pudiese lastimarse a sí mismo y si eso pasaba, nunca se lo podría perdonar.

"Hyun, dime, ¿cualquier persona que cometa un crimen debe ser llevada ante la justicia? Pero si ella se había manchado las manos con sangre, ¿cómo pudo esconderse de la ley y vivir una buena vida? ¿Cómo pudo vivir en paz consigo misma? ¿Cómo pudo ser tan arrogante y descarada? Ella mató a mi madre. ¿Cómo pudo vivir una vida tan feliz sin castigo de la ley? Dime. Solo dime, ¿por qué?".

Saeng sollozó en sus brazos, dejando de forcejear repentinamente, para luego lograr calmarse un poco, puesto que estaba desconsolado y no podía respirar pensando en la muerte de su madre.

"¡No te preocupes! Ella obtendrá lo que merece. Tengo una grabación que habla sobre el asesinato, ¿quieres escucharla o no?", preguntó Hyun cautelosamente. Sabía que no podría soportarlo y entendía cómo se sentía, pero él no podía aceptar el hecho de que podría lastimarse a sí mismo si continuaba sin control.

"¡Sí! Necesito escucharla. Estoy bien". Saeng intentó enjugar todas las lágrimas de sus ojos, pero no lo logró ya que había demasiadas cayendo. Ya no era el Coronel al mando que solía ser. Ahora se veía delicado y frágil, y cualquier persona que lo viera así, sentiría deseos de protegerlo.

"Bien, por favor, después que la escuches, no te descontroles como antes. Igual que cuando luchas en la guerra, necesitas mantenerte calmado para que pienses bien las cosas. Para obtener lo que quieres, debes analizar con calma y precisión, de lo contrario, el enemigo te derrotará por completo. Supongo que lo último que quieres como Coronel es que te venzan en la guerra".

Hyun le habló con cuidado e hizo lo mejor que pudo para persuadirlo de que observara el hecho brutal de manera calmada, porque sabía que se iba a resentir más después de escuchar la grabación. Era necesario negociar, en caso de que se volviera completamente loco y lo golpeara. Todavía no se había recuperado completamente del disparo, por lo cual no podía controlarlo en ese mismo momento.

"Prometo que lo intentaré, pero no puedo garantizar que nada pase". Saeng se mordió el labio, sabía que había perdido el control y que su feo llanto había arruinado su perfecta imagen, pero no le importaba. Después de todo, él había visto cosas peores. No se avergonzaba de que él lo viera llorar, y nunca hacía promesas que no pudiese mantener, así que, por lo mismo, le prometió que daría su mejor esfuerzo.

"¡Está bien! Buen chico. Ese es el valiente Coronel Saeng que conozco". Hyun enjugó sus lágrimas gentilmente y besó su boca con amor y luego encendió la computadora y reprodujo la grabación sobre la muerte de la madre de Saeng, pero por desgracia, lo había sobrestimado.

El valiente Coronel Saeng no mantuvo su palabra. Sí, hizo todo lo posible por calmarse mientras escuchaba la grabación y estaba absolutamente callado, como si no tuviera nada que ver con él, pero una vez que la grabación se detuvo, se dirigió inmediatamente hacia la puerta. Estaba encrespado de ira. Nadie osó interponerse en su camino, ni siquiera el dragón más feroz.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora