Probabilidad 99%

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Capítulo 535.

ʺ¿Estabas tratando de animarme o estabas echándole sal a la herida?ʺ, preguntó Hyun, poniendo los ojos en blanco. Él siempre podía descifrar las intenciones de su esposo.

ʺ¡Ups, creo que fui demasiado obvio! Lo siento, la próxima vez seré más sutilʺ. Saeng había logrado irritar a su esposo. Esbozó una sonrisa astuta, aunque no se atrevió a ser tan obvio, pues Hyun podría molestarse y aprovechar la oportunidad para hacer una rabieta. Ante los ojos de Saeng, los hombres podían ser más irrazonables que los donceles.

ʺ¿La próxima vez? ¿Cómo te atreves? De acuerdo, mi espíritu generoso te disculpará esta vez. Pero me siento tan indeseado y poco amado, que tendré que lamer mis heridas yo mismoʺ. ¡Ups! Sí, los hombres eran más irrazonables que los donceles; especialmente Hyun Joong, quien de inmediato empezó a lloriquear. Saeng ni siquiera sabía a qué se debía todo ese drama, pero lo mejor era no empeorar la situación. Nadie había dicho nada, pero Hyun de inmediato comenzó a hacerse la víctima.

En respuesta, Saeng lo tomó por la muñeca. La expresión en su rostro era serena e inexpresiva. Hyun lo conocía bastante bien y sabía que su esposo le estaba enviando una advertencia.

ʺ¿Y ahora qué, viejo? Solo admítelo, eres un abuelo viejo y gruñónʺ, dijo Cynthia. Comparada con Saeng, ella era mucho más gentil. A pesar de que se estaba quejando con su marido, su tono se mantuvo elegante y suave. Tenía el don de expresar cualquier emoción de una manera coqueta.

ʺ¡Yo no perdí! Estaba tratando de ser amable al dejar que ganara el mocoso ese. ¿De verdad crees que haya alguna competencia que yo no pueda ganar? ¿No viste cómo se arrastraba y jadeaba como un perro. Él ya estaba agotado por el esfuerzo físico, ¡yo no!"  Jonathan tomó la taza de las manos de su esposa y bebió el agua de un solo trago. Siempre había sido reacio a reconocer las derrotas, incluso si el resultado de la competencia fuera tan claro como el agua. Era incapaz de hacerle reverencia a otro hombre frente la mujer que más le importaba, incluso si ese hombre fuera su propio hijo. A todos los hombres les gustaba presumir y mantener una imagen perfecta ante los ojos de su amada.

ʺPero vi que tú te detuviste primero. Además tu hijo está herido, apenas se está recuperado del disparo. ¿Cómo se te ocurrió competir con él?ʺ, preguntó Cynthia. Para una madre, su hijo siempre sería su prioridad, y Cynthia no era la excepción. Por defender a Hyun, se le había olvidado lo dominante y mandón que podía ser Jonathan. Afortunadamente, su esposo no se sintió ofendido, sólo celoso.

Jonathan comenzó a quejarse con el ceño fruncido: "Aunque no se haya recuperado del todo, yo soy un hombre mayor. Fue una competencia entre un anciano sano y un hombre joven herido. ¡Claro que nuestras probabilidades eran iguales!ʺ. Evidentemente Jonathan estaba celoso de su hijo. Desde que Hyun había nacido, había tenido que compartir  la atención y el amor de su esposa con él. Cynthia se preocupaba más por su hijo, tal vez impulsada por el llamado amor maternal. Jonathan no estaba contento con esa situación, a pesar de que era algo bueno para Hyun. Pero él también había tenido que elegir entre ser un padre autoritario y un padre amoroso. Y como todo padre responsable, había decidido que el afecto familiar iba por encima de todo lo demás. Ese había sido el momento exacto para dejar de preocuparse por cosas menos importantes.

Por otro lado, las cosas no iban tan bien en la familia Heo. Debido a la discusión con Yasmina, NamSoo había decidido dormir en el estudio. A la mañana siguiente se despertó temprano teniendo en mente que ese día recibiría los resultados de la prueba de ADN. Durante su ansiosa espera, decidió trabajar algunas horas extras para matar el tiempo.

Cuando recibió los resultados, su rostro palideció de horror. Su corazón se sentía herido y su mente era un desastre. Se dejó caer en la silla, pues no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. El informe decía: ʺProbabilidad de paternidad: 99%ʺ. El resultado lo había dejado en estado de shock, como nunca antes lo había estado. Ni siquiera cuando se enteró del accidente automovilístico de Grace.

Su mente trabajaba a toda velocidad mientras contemplaba los resultados de la prueba. ¿A quién había que culpar por los errores cometidos? ¿Quién había engañado a quién? De pronto su mente estaba completamente en blanco, solamente podía sentir un intenso dolor en el pecho. ¿De quién había sido la culpa? ¿Cómo pudo terminar así? ¿Habrá sido todo culpa de Yasmina? ¿Habrá sido capaz de mentirle durante tanto tiempo? ¿O habrá sido culpa de Saeng? Pues podía haberse quedado en la casa de su padre, a pesar de todo, pero decidió no hacerlo. Por mucho que NamSoo intentara culpar a los demás, no podía engañarse a sí mismo. Estaba claro que todo había sido culpa suya, y que él había sido el único responsable. Había sido un estúpido al dudar de su amada mujer, solo porque alguien la había difamado y le había tendido una trampa.

NamSoo había estado muy enamorado de Grace, pero finalmente pudo darse cuenta de que no merecía amarla. Era un hombre estúpido y sucio, tal como lo había dicho Yasmina. Su amor por Grace había sido superficial y pretencioso, ya que nunca confió en su lealtad. Además, impulsado por los celos y la duda que Yasmina había sembrado en él, se atrevió a alejar a su propia hijo de su hogar. Durante años pensó que Saeng había sido el resultado de un romance extramarital de Grace, pero todo había sido una calumnia. Saeng era su hijo, su hijo ...

Un hijo bueno, a quien nunca había amado. El destino lo había abofeteado por haberlo tratado tan horriblemente. Sentía su corazón desangrarse. ¿Cómo podría compensar a su hijo? ¿Cómo podría hacer que lo perdonara, a pesar de su cruel rechazo? El remordimiento no lo dejaba en paz. La tristeza había comenzado a echar raíces en su corazón y a crecer fuera de control.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora