Estaré contigo.

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Capítulo 571.

"¿Crees que puedes engañarme tan fácilmente? Seamos claros, soy Heo Young Saeng, no Heo Nam Soo". Saeng, abruptamente, dejó de reírse. Se inclinó y miró a Yasmina directamente a los ojos. De repente, una atmósfera escalofriante irrumpió con fuerza el espacio que rodeaba a Yasmina. Se dio cuenta de lo aterrador e implacable que era el soldado. En comparación con NamSoo, que había intentado matarla, Saeng infundió en Yasmina un profundo miedo a la muerte.

"Saeng, no creas que te tendré miedo solo porque tienes un arma apuntando en mi cabeza. No olvides que asesinar a una persona va contra la ley. No importa que seas un coronel, tú no estás por encima de la ley". Yasmina hablaba fuerte, estaba fingiendo ser valiente, pero su voz temblorosa la delató. De manera que sus palabras sonaban ridículas.

"¿Contra la ley? ¡No precisamente! Tú también has matado a alguien, ¿no? Entonces, ¿por qué no fuiste castigada por la ley? La ley no es omnipotente. Así que dime, ¿es más fácil para mí simplemente dispararte aquí? ¿O debería enviarte a prisión, para que pagues por lo que hiciste y pases el resto de tu vida allí?".

El suspenso apareció en los ojos de Saeng. Seguía moviendo el arma ligeramente contra la frente de Yasmina, desafiando los límites de su capacidad mental. Yasmina solo intentaba adivinar en qué parte de su cuerpo le dispararía.

Por su parte, Hyun se apresuró para llegar a la casa de los Heo. Vio el auto familiar estacionado afuera y se sintió aliviado al suponer que Saeng había llegado a salvo. Saber que su esposo estaba bien era más importante para él que cualquier otra cosa. Esperaba llegar a tiempo, así que salió del auto sin aparcarlo correctamente. Corrió a través de las puertas abiertas que, muy seguramente, Saeng había dejado por la furia que llevaba. El haber encontrado esas puertas abiertas, le hizo ganar tiempo. Por fortuna, la casa de los Heo no estaba tan protegida como la suya; de lo contrario, no habría podido meterse tan fácilmente.

"Hermanito, por favor, cálmate. Piensa en KyuHyun. Piensa también en Hyun. ¿De verdad quieres dejarlos solos?". Yesung, que ya sudaba frío en ese momento, temía que Saeng perdiera el control y se le disparara el arma. Así que trató de hacerle recobrar el sentido común al mencionarle a las personas que más le importaban.

"El futuro de ambos estará bien sin mí, pero a mi madre le fue arrebatado el suyo. Si no le hago justicia a ella, ¿quién pagará por su dolor?". Saeng cerró sus ojos desorbitados por lo afligido que estaba. De hecho, él nunca podría dejar a Hyun y a KyuHyun solos. En lo más profundo de su corazón, su hijo y su esposo eran su sostén, su único remedio en caso de salir herido. Pero la injusta muerte de su madre no le permitía seguir actuando de manera racional. Estaba increíblemente obsesionado y cegado, como si matar a Yasmina fuera lo único en lo que pensara no soportaba pensar que la asesina se iba a librar de la justicia.

"No, sin ti, nuestras vidas estarán sumidas en la oscuridad. Y sabiendo esto, ¿aun así nos dejarás solos? ¿Realmente vale la pena que una mujer así haga que nos dejes a todos los que te queremos?". Hyun se apresuró a entrar, lo miraba con convicción y firmeza. Aunque era ya finales de otoño, él aún sudaba, bien era por el clima o por su franca preocupación.

"Hyun, tú también me obligas a elegir. ¿Acaso no ves mi dolor? ¿Por qué me pones en este dilema?", gritó Saeng histéricamente. Él sabía que lo iba a alcanzar, pero no esperaba que lo hiciera tan rápido. Sin embargo, fue justamente su aparición la que pudo quebrar la defensa que había construido a su alrededor.

"¿Y qué hay de mi dolor? Saeng, no puedes ser tan egoísta. Si no sientes pena por mí, allá tú, pero ¿qué pasará con KyuHyun? ¿Vas a dejar que pase por todo el dolor que has pasado tú al perder a tu madre? Déjame decirte que si realmente te atreves a disparar, te prometo que encontraré una madrastra aún más mala que Yasmina para nuestro hijo. Le dejaré tener una infancia mucho más miserable que la tuya. Así que mejor piensa en las posibilidades".

Hyun se acercaba poco a poco a él. En su rostro, podía verse lo preocupado que estaba. A través de sus ojos, le suplicaba y lo compadecía al mismo tiempo. Nunca lo dejaría hacer algo tan estúpido, si en sus manos estuviera el poder evitarlo. No querría vivir una vida sin Saeng.

"Hyun, no te acerques. Realmente voy a apretar el gatillo". Como Hyun se acercaba cada vez más a él, de repente, agarró a Yasmina y, con más firmeza, puso el arma contra su cabeza. El trataba de impedir que Hyun siguiera avanzando. ¿Por qué no pudo tardar más tiempo en llegar? Saeng había conducido el auto lo más rápido posible, pero por lo visto no había ganado el tiempo suficiente.

"No tengas miedo. No importa cómo termine esto, estaré contigo". Hyun siguió caminando hacia el sin dudarlo. Resultó que para Saeng la frase más romántica del mundo no era 'te amo', sino 'estoy contigo'. Nadie pudo percibir el poder de esta frase, pero Hyun la soltó en un momento crucial. Él de verdad lo amaba, más de lo podía imaginar. Era un afecto sincero, que hacía insignificante millones de 'te amo'.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora