¡Tu ganas!

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Capítulo 560.

ʺ¿Me reí? ¿Estás seguro de eso? Tus ojos te están engañando. Debes estar tan hambriento que comienzas a ver cosas que no sonʺ, dijo Hyun extendiendo la mano y alisándole suavemente el cabello. En los brazos de su esposo, Saeng bajaba la guardia y parecía más vulnerable. Amaba esa faceta de él, tanto como amaba al Coronel autoritario.

ʺTú eres el único culpable. ¡Esto es tu culpa!ʺ. Saeng inclinó la cabeza hacia atrás para poder ver a Hyun. Sus acusaciones le valieron un pellizco en la cintura. A pesar de que estaba enojado, no lo pellizcó con toda su fuerza. Si él se lastimaba, él podía sentir su dolor.

ʺOh, tienes razón. Todo es mi culpa ¿Qué tal si te compenso pagando la comida?ʺ Dijo Hyun mientras abrazaba a su esposo con fuerza. Sus fuertes brazos se envolvieron alrededor de su cintura. Lo miró a los ojos y se entregó al suave contacto de su cálido cuerpo. Era una sensación increíble. Hyun se excitaba fácilmente cuando sentía cerca a Saeng.

ʺ¡No es necesario! Yo tengo dinero. No necesito que me pagues la comida. Necesito ropa, consíguemela mejorʺ. Hyun trató de pellizcarle la punta de la nariz, pero Saeng lo evadió rápidamente. Le gustaba jugar así. Lo hacía sentir como si fuera un cachorro pero en esa ocasión él se negó a darle esa satisfacción.

ʺEntonces.. ¿quieres ropa? Dime, ¿Vas a compensarme después de que te la consiga?" Coquetear con él era algo de lo que nunca podría cansarse. Hyun disfrutaba pasar tiempo con su esposo, especialmente jugarle bromas.

ʺMaldición. Esto es suficiente. ¿Por qué tienes que negociar conmigo por todo? ¡Saldré así, no me importa! Solo espero que a ti no te importe tampocoʺ, dijo Saeng frunciendo el ceño desafiante, plenamente consciente de que no podría soportar la idea de que el estuviera vestido tan reveladoramente en público.

ʺYa estás aprendiendo. Conoces todos mis puntos débiles y sabes cómo aprovecharte de ellos. Eres un chico muy inteligente. Solo me temo que podrían arrestarte por salir así, entonces tendría que rescatarte. Eso sería muy embarazosoʺ. Hyun no podía ser vencido tan fácilmente. Estaba acostumbrado a tomar el control de todo lo que lo rodeaba. Caer sin luchar no estaba en su naturaleza. Permaneció tranquilo como si la amenaza de Saeng no funcionara en lo absoluto. Pero en el fondo, se sentía un poco ansioso. Aunque definitivamente no quería que su esposo fuera visto de esa manera, tampoco podía rendirse con tanta facilidad.

ʺTú...ʺ, Saeng estaba a punto de replicar, pero lo pensó mejor y le dirigió una sonrisa. Hyun se preguntaba si su esposo se atrevería a hacerlo y si él podría mantener la calma después de verlo salir así. Retrocediendo, se zafó de los brazos de su esposo y se dirigió hacia la puerta. Caminó despacio, temiendo que él no tuviera tiempo suficiente para detenerlo, pues si eso sucediera, no tendría forma de salir de ese aprieto. Habría que elegir entre tragarse su orgullo o arruinar su imagen. Hyun no se movió y lo observó. Su mirada tranquila y confiada transmitía absoluta certeza. Pero cuando giró el pomo y abrió la puerta, toda su certeza se desvaneció. Antes de que cualquier otra cosa sucediera, corrió y cerró la puerta rápidamente.

Su rostro lucía serio cuando lo atrajo hacia sí, acurrucándolo contra su pecho. Saeng le dirigió una sonrisa pícara a pesar de la mirada acusadora de su esposo.

ʺ¡Bien, aquí tienes! ¡Tú ganas!ʺ. Hyun tomó a regañadientes la bolsa de papel que estaba sobre la cama y se la dio, temiendo que volviera a abrir la puerta. Aunque sabía que solo lo estaba amenazando, no quería correr el menor riesgo de que el cuerpo de su esposo fuera visto por otro hombre.

ʺ¿Es mi uniforme? ¿Cómo lo conseguiste tan rápido?ʺ. Saeng abrió la bolsa de papel y encontró su uniforme perfectamente doblado. No tenía idea de que su uniforme estaba dentro de la bolsa que su esposo traía consigo cuando regresó.

ʺDije que eras inteligente, pero tengo que retirarlo. Pues no lo eres, eres todo lo contrario. Solo tuve que hacer una llamada para que alguien trajera tu uniforme. No había necesidad de volver a casa en persona para recogerloʺ. Hyun todavía parecía enfadado, aunque tenía que admitir que el único culpable era él mismo. Se preocupaba tanto por Saeng que había caído directo en su trampa. Afortunadamente estaban solos en ese piso, por lo que se salvó de convertirse en el hazmerreír.

ʺ¡Bah! Mi estupidez resalta tu inteligencia. ¿Pero a quién le pediste que lo trajera?ʺ, preguntó Saeng con curiosidad mientras buscaba su ropa interior en la bolsa. Quien quiera que haya empacado su uniforme fue muy meticuloso.

ʺNo me mires así, Marco lo trajo, pero fue mamá quien lo empacó". Antes de que Hyun pudiera decir una palabra más, alguien tocó la puerta. Saeng agarró su ropa y corrió al baño. Sus rápidos reflejos demostraron su experiencia como soldado, pero también hicieron que Hyun se diera cuenta de una cosa; dado que Saeng había corrido cuando tocaron a la puerta, él había sido lo suficientemente estúpido como para creer que su esposo se atrevería a salir con solo una camisa puesta. De nada servía llorar sobre la leche derramada.

ʺAdelanteʺ, dijo Hyun, abriendo la puerta. Afuera estaba un camarero con un carrito de comida. Cuando salió a recoger la ropa, también había ordenado algo de comer. Como no iba a ese hotel a menudo, no estaba familiarizado con las opciones del menú, así que escogió algo cuidadosamente y pidió que lo llevaran a su habitación, lo cual había resultado más conveniente para Saeng, y también les dio más tiempo para estar solos.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora