Saeng & el Halcón

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Cap. 411

"¡Cierra la maldita boca! ¿Ahora tratas de hacerte el inocente? ¡Bésame el trasero!". El soldado de las fuerzas especiales tomó al Halcón violentamente y lo pateó con fuerza en su trasero.

"¿Insinuas que eres débil? ¿Te sentiste así cuando tratabas de asesinarnos? ¿No te das cuenta de que nos superas en número? Hablas de rectitud cuando eres débil, y te deshaces de ella cuando ya no te sirve". Saeng levantó las cejas mientras lo miraba con desdén. La expresión en sus ojos era de completo desprecio.

"¡Bah! Dicen que el Coronel Saeng ganó su puesto por su resistencia y su gran valor, pero yo no lo creo ni por un segundo. Si quieres convencerme, tendrás que vencerme en una pelea cuerpo a cuerpo", replicó el Halcón, cambiando de tema por completo. Se burlaba irónicamente de Saeng, lanzándole una mirada perversa al hablarle. Como no podía poseerlo, sentía aún más deseo hacia él. En especial al encontrarse tan cerca, se empeñaba aún más en llevarlo a su cama.

"¡Cómo te atreves! ¿Acaso piensas que estás a su altura como para desafiarlo? ¡Aprende cuál es tu lugar, escoria! ¡Primero tendrás que pelear conmigo!", le advirtió bruscamente el soldado Hawkeye, aproximándose y tomándolo por el cuello. Debajo de esa cara camuflada con pintura había un rostro cegado por la ira.

"¡Púdrete! ¿Por qué tengo que vencerte primero? ¡Quiero pelear contra él!". El Halcón le escupió mientras hablaba y se reía de él, logrando enfurecerlo aún más.

De forma amenazante, el soldado le gritó, "¡Cállate, basura! Una sola palabra más, y te dispararé sin pensarlo. ¡No me escupas, imbécil!". Mientras se escuchaba el rechinar de sus dientes, lo golpeaba en la mandíbula con la cacha de la pistola, y sus ojos ardiendo de furia. El maleante se cayó al piso.

"¿Qué? ¿Quieres dispararme solo porque estás enojado? ¡Cómo te atreves a querer asesinar a un ciudadano inocente! ¡Qué pésimo soldado eres!". El Halcón comenzó a gritar dramáticamente, con una exageración y desvergüenza sin precedentes. Era mucho mejor actor que Hyun.

"Hazte a un lado, Hawkeye. Si tanto quiere probar mi puño de hierro, se lo concederé. ¿Cómo podría ser tan cruel y rechazar su último deseo?".

Haciendo una seña, Saeng subitamente ordenó a Hawkeye que se apartara. Su expresión era fría e imponente, sin revelar ninguno de sus verdaderos sentimientos.

"Coronel...". Hawkeye dudaba. No quería que luchara contra el Halcón. En su opinión, él no tenía por qué rebajarse para pelear con un taimado delincuente.

"¿Está cuestionando mis órdenes, soldado?", dijo Saeng bruscamente y con una autoridad indiscutible.

"No, señor". Hawkeye respondió a regañadientes. Aún estaba enojado con el Halcón, así que agarró su cuerpo y lo golpeó con fuerza.

"Muy bien, ¿cómo quieres que te demuestre mi destreza militar?", le preguntó con arrogancia el Coronel. Al mismo tiempo que comenzaba a hacer sus calentamientos. Entrelazó los dedos y estiró los brazos, haciendo crujir sus nudillos.

"Me gustaría una competencia de tiros, pero no me confiaría un arma de fuego. ¡Que sea entonces un combate cuerpo a cuerpo! ¿Sabes artes marciales?", el Halcón se burlaba con malicia. No creía que un doncel fuera lo suficientemente fuerte como para vencerlo. Además, a corta distancia, podría manosearlo de alguna forma. Se podía observar la mirada lujuriosa por todo su rostro. Como decía un viejo dicho: "Qué romántico sería morir en los brazos de un joven hermoso". Lo mismo aplicaba para un combate cuerpo a cuerpo con un hermoso Coronel. Aunque había sido capturado, nunca renunció a su naturaleza lujuriosa.

"¿Artes marciales?" Saeng resopló. El hombre tendría que entrenarse por lo menos unos veinte años más. Únicamente cuando él fuera tan bueno como KyuJong en artes marciales tendría una oportunidad de vencerlo. Manteniéndose a la distancia y observándolos, Hyun no estaba para nada nervioso. Había visto la fuerza y las grandes habilidades que poseía su querido esposo. Comparado con él, un hombre lujurioso como ese criminal no era nada. Y estaba seguro de que su esposo debía tener sus propios planes. Con todas las cosas miserables que el Halcón acababa de decir, Saeng definitivamente le daría una golpiza. De lo contrario, no habría aceptado su desafío.

"Acepto, comencemos". Saeng se alegraba de llevar puesto un pantalón un poco suelto ese día. Si estuviera usando uno ajustado, tendría que evitar los movimientos violentos.

Al escuchar eso, el delincuente sonrió. Mientras se levantaba del suelo y se acercaba hacía él lentamente. Sus ojos recorrían el cuerpo del Coronel ávidamente, mientras se preguntaba cómo podría ponerle las manos encima.

Saeng no era una persona cruel, pero tampoco tan generoso como para perdonar a un hombre que lo acosaba. Al notar su espeluznante mirada, su rostro se llenó de furia. Con los ojos entrecerrados y los labios apretados, corrió hacia adelante, lanzándole un puñetazo antes de que él se pusiera en guardia. Su ataque iba dirigido a su ojo, pues él estaba lamiendo cada centímetro de su piel con la mirada. Aunque parecía un golpe común, las personas que estudiaban artes marciales podrían ver cuán poderoso había sido el golpe del Coronel. Excepto las personas que lo conocían bien, todos quedaban asombrados con sus poderosos golpes. Se maravillaban con su destreza, pues era inesperado que una belleza tan delicada fuera tan bueno en las artes marciales.

"Buen golpe", aduló el Halcón; era lujurioso, sin embargo, también era un maestro en las artes marciales. Después de todo, pertenecía al bajo mundo criminal, y si no hubiera sabido pelear, habría muerto hacía mucho tiempo. Por eso, cuando el ataque se aproximó, se hizo a un lado fácilmente, evadiéndo el golpe. Lo esquivó tan fácilmente que incluso fue capaz de defenderse, extendiendo una mano para tomarle la cintura.

Pero Saeng detectó esa maniobra. Así que rápidamente retiró el puño y le lanzó una patada en la espinilla. Cuando trató de evadir su ataque de nuevo, el Coronel aprovechó la oportunidad para darle un puñetazo en la cara, sorprendiéndole con la guardia baja. Su fuerte golpe impactó en el ojo del Halcón contundentemente.

Lo cual le hizo gemir de dolor. Al ser golpeado, se volvió más cauteloso, atreviéndose a no subestimar a su hermoso oponente. Sin embargo, aunque prestaba mucha atención a sus movimientos, aún no podía seguirlo. Esta vez, él no golpeó su magullado rostro, sino que, se apoyó en el tronco de un árbol para estabilizarse, luego se levantó de un salto, giró en el aire y aterrizó, dándole una patada con todas sus fuerzas. Antes de que el maleante pudiera responder, su puño también giró violentamente y lo golpeó con fuerza en el pecho. El bandido hizo una mueca de dolor, y dada la oportunidad, el Coronel le dio una patada en la rodilla y lo tiró al suelo.

"¡Bien hecho! ¡Coronel! ¡Coronel! ¡Coronel!". Vitoreaban los soldados de las fuerzas especiales que estaban presentes. Todos se alegraron al ver a su coronel golpeando al delincuente.

Hyun también se sentía intimidado por sus movimientos elegantes y certeros. Resultaba que sus habilidades en las artes marciales eran mejores de lo que él pensaba. ¿Significaba que cuando peleaban jugando, él no luchaba con su verdadera fuerza, sino que se rendía a propósito? Sus "victorias" en las peleas eran simplemente un engaño...

"¿Qué dices, Halcón? ¿Aprendiste tu lección?". Jadeando, Saeng lo miraba victorioso. Aunque su rostro estaba tan pálido como siempre, en lo profundo de sus ojos había una luz maravillosa, deslumbrante y que brillaba incomparablemente.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora