¡Yesung ayúdame!

51 14 5
                                    

Capítulo 570.

"Saeng, podemos arreglar las cosas hablando. Baja el arma, ¿de acuerdo? Esto es realmente peligroso para todosʺ. NamSoo era un hombre experimentado, por lo que pudo reaccionar de inmediato. Miró a Saeng con preocupación. La ira desbordada hacia Yasmina se había convertido en ternura hacía su hijo, pero Saeng no se movió ni un centímetro.

ʺ¿Qué dice? ¿Peligroso? Entonces señor Heo, ¿sí sabe lo que significa el peligro? ¿Y por qué no le importó el peligro cuando tuvo una aventura con esta mujer? ¿Por qué no vio el peligro cuando sus actos provocaron la muerte de mi madre?ʺ

Saeng instantáneamente apuntó a NamSoo. Aunque no había sido él quien mató a su madre, era indirectamente responsable. Si hubiera ignorado a Yasmina, ella no habría podido causar tanto daño. Si él hubiera sido firme, ¿cómo hubiera podido esa mujer abusar de su debilidad? Al final, él era la persona que debía responder por la muerte de su madre.

ʺYo... ¿Así que ya lo sabes? Nunca he pretendido exonerarme de ninguna manera. ¡Si consideras que mi vida aún tiene algún valor, entonces mátame y permíteme usar mi propia vida para expiar el pecado!ʺ. NamSoo cerró los ojos, visiblemente afligido. Cuando lo vio llegar se preguntó qué hacía en su casa; al parecer había ido en busca de venganza. Si ese era el caso, entonces no tenía nada de qué quejarse. Después de todo, él estaba en deuda.

ʺ¡Disparates! Cada injusticia tiene su propio perpetrador. ¿Por qué tomaría tu vida? Yasmina, ¿cuánto tiempo vas a seguir escondiéndote? ¿Crees que podrás escapar de esta?ʺ Ni siquiera le había importado mofarse de la sugerencia de NamSoo. Simplemente lo reprendió sin mostrar ninguna emoción.

"Saeng, cálmate. Deberíamos sentarnos y hablarʺ. Yesung estaba protegiendo a su madre con su cuerpo. No podía entender de qué estaban hablando todos, o qué era tan grave para que sus padres tuvieran que pagar con sus vidas. Estaba protegiendo a Yasmina no porque amara y respetara a su madre, sino porque no quería que su querido hermano cometiera un grave error. Aunque no estaba seguro de qué atrocidad había cometido su madre, eso había hecho enojar a Saeng lo suficiente como para que cometiera un asesinato. Dada las circunstancias, trató de asegurarse de que nadie saliera lastimado.

ʺAléjate, Yesung. ¿O me vas a dar un sermón a mí también? ¿Quieres proteger a esa malvada mujer de mí? ¿Y realmente crees que es digna de tu protección?ʺ. Saeng entrecerró los ojos y lo miró desafiante. Si insistía en proteger a esa malvada mujer, entonces no tendría problema en dejar que un hermano como él pereciera. Ninguna herida del pasado había sido tan dolorosa como la agonía que estaba sufriendo.

ʺNo, simplemente no quiero que hagas algo de lo que te puedas arrepentir después. Si decides tratarme como a un extraño, de todas formas no me moveré de aquí, sin importar lo que hagasʺ. Los ojos de Yesung se pusieron rojos. Una mirada de angustia apocaba su apuesto rostro. No importaba lo malo que fuera un padre, toda persona tenía que cumplir con su deber de hijo. Como hermano, no importaba cuánto amara a Saeng, tenía que tomar la decisión correcta y asumir la responsabilidad como hombre.

ʺ¡Ya veo! Parece que has decidido de qué lado estar. Entonces no me culpes por ser tan tajanteʺ. Mientras hablaba, Saeng giró rápidamente hacia un lado y se agachó. Se deslizó con facilidad debajo del brazo de Yesung. Todos sus movimientos fueron limpios, suaves y precisos, como siempre. Parecía que las duras palabras no podían ocultar su preocupación real por su hermano, a quién no tenía la intención de hacerle daño en lo absoluto.

ʺ¡Ahhh! Saeng, ¿qué estás haciendo? ¡No te acerques!ʺ. Si fuera la antigua Yasmina, nunca mostraría tanto miedo frente a su hijastro. Pero ante una pistola, su soberbia habitual se disipó sin dejar rastro.

ʺYasmina, ¿así que sientes miedo? Pensé que tenías corazón de piedra. ¡Resulta que todavía eres de carne y hueso! Entonces seguramente puedes sentir el terror que sintió mi madre cuando se enfrentaba a la muerte. ¿Sabes lo indefensa que estaba? No, no puedes sentir empatía porque no tienes corazón. De lo contrario, ¿cómo pudiste ser tan despiadada para asesinar a una mujer embarazada?ʺ.

El cañón de la pistola se encontraba justo en medio de la frente de Yasmina. Saeng miraba con desdén a la mujer que había terminado con la joven vida de su madre. Esa mujer también le había arrancado la vida a un ser que nunca tuvo la oportunidad de conocer este mundo. Y ahora ella vivía en una lujosa mansión con la conciencia tranquila. Le había robado todo lo que se suponía que era de Saeng, y luego vivió feliz con ropa fina y sirvientes.

ʺNo, yo no hice eso. ¡Yesung, ayúdame!ʺ
Yasmina retrocedió envuelta en pánico, pero Saeng la siguió y mantuvo la presión de la pistola sobre su frente, paso a paso. No pensaba darle a esa mujer la oportunidad de escapar.

ʺ¿Que no lo hiciste? ¿Realmente no lo hiciste?ʺ  Saeng estalló en una carcajada que retumbaba imponente pero a la vez trágica. Era imposible que el corazón no se estrujara ante tal escena.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora