Un esposo perfecto.

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Capítulo 527.

ʺEstá bien, todos. Siéntense y sigan comiendoʺ. Saeng había recuperado rápidamente la compostura, después de ese momento tan vergonzoso. Habló levantando sus bien delineadas cejas. Su orden había sido fuerte y clara y su intimidante forma de hablar inundó cada rincón de la cantina.

Hyun se sentía encantado de ver que su esposo era un hombre serio y tajante. Y esperaba que fuera severo con todos los demás hombres excepto con él, de esa forma nadie se atrevería a acercársele. Evidentemente Hyun era un hombre muy astuto.

ʺSeñor Kim, por aquí, por favorʺ. El Comandante acompañó a Hyun a una mesa que había preparado anticipadamente. Ese día el comedor, que generalmente era un lugar muy bullicioso, lucía muy tranquilo debido a que esperaban a varios invitados especiales. Todos los soldados guardaban silencio, para poderse enterar de algún chisme.

Saeng observó cuidadosamente todos los platillos que habían servido frunciendo ligeramente el ceño y se dirigió hacia la cocina en silencio. Ese extraño comportamiento confundió a todos, excepto a su esposo, ya que cuando el había fruncido el ceño, él siguió su mirada y descubrió que estaba observando los platillos que se encontraban sobre la mesa. Hyun estaba completamente seguro de que Saeng no estaba satisfecho con lo que se había servido y quería encontrar alguna comida nutritiva que le ayudara a recuperarse de la herida. Ese era un hábito que Saeng había adquirido desde que su esposo había sido herido. Tantos cuidados y consideraciones hacían que el corazón de Hyun se alegrara, además ya se estaba acostumbrando a tantas atenciones.

ʺ¿Qué pasa con Saeng? ¿Acaso los platillos que se sirvieron hoy no son de su agrado? El nunca ha sido delicado con la comida. ¡Qué extraño!ʺ, dijo el Comandante observando los platillos que se encontraban sobre la mesa. No había comida tan sofisticada como aletas de tiburón o caviar, pero las abundantes porciones de pescado y carne que se ofrecían podrían ser una buena opción para Hyun. En realidad, esos platillos eran suficientemente buenos para cualquier invitado.

ʺNo se preocupe. Quizás está buscando algo de comida para mí. Últimamente se ha preocupado mucho por mi salud y ha sido muy cuidadoso con mi alimentación de todos los díasʺ, dijo Hyun con una gran sonrisa. Incluso sus ojos reflejaban una gran felicidad. Parecía que no importaba cuán enojado estuviera Saeng con él, nunca se olvidaba de cuidarlo, y eso lo conmovía profundamente.

ʺ¡Jajaja! ¡Vaya sorpresa! Nuestro caballero de hierro, resultó ser un esposo muy considerado y perfecto. ¿Cómo es que nunca antes lo había notado?ʺ. La risa del Comandante resonó en todos los rincones del comedor. Todos los soldados sabían que bajo su apariencia rígida, el Coronel  también tenía un lado amable y encantador como muchos otros donceles.

ʺLo que usted dice es verdad; Saeng es un excelente esposo. Soy muy afortunado de haberme casado con elʺ, dijo Hyun sonriendo. Él realmente apreciaba la labor de Saeng como esposo. Sus ojos profundos y enigmáticos brillaban al hablar de él. Hyun era una perfecta combinación entre gracia y nobleza. Su temperamento era totalmente diferente al de otras personas, y eso llamaba mucho la atención de la gente a su alrededor. Incluso el movimiento de su boca mientras hablaba resultaba un deleite para la vista.

ʺ¿Estás hablando mal de mí a mis espaldas?ʺ, preguntó Saeng, sin importarle que lo voltearan a ver. Colocó el plato de comida que acababa de preparar frente a su esposo de una manera muy natural, sin ningún rastro de vergüenza o titubeo, como si fuera su rutina diaria.

ʺ¡Claro que no! Te estamos elogiandoʺ. Cualquier cosa que le sirvieran a Hyun, siempre y cuando hubiera sido preparada por Saeng, él lo aceptaría y jamás se quejaría, pues sabía que todo lo que su esposo hacía era para que él volviera a estar sano. Por lo tanto, procuraba seguir sus instrucciones. Alguna comida no era de su total agrado, pero si Saeng decía que era buena para su salud, él la comería sin dudarlo. Ese comportamiento tan inusual tenía a Lucas muy sorprendido, pues había trabajado con Hyun durante muchos años.

ʺ¿Elogiándome? Pues no lo parecía. No te has recuperado del todo, así que será mejor que comas algo ligero, no es recomendable que comas demasiado pescado o carne. Necesitas comida rica en proteínas y vitaminasʺ. Saeng siempre tenía en mente lo que PolPruk le había aconsejado, así que se apegó estrictamente a cada sugerencia acerca de la dieta de su esposo.

ʺGracias, Coronel. Obedeceré cada una de sus órdenesʺ, dijo Hyun mientras abría la silla junto a él para que Saeng se sentara a su lado. Pero su siguiente gesto hizo que las personas a su alrededor se quedaran boquiabiertas; extendió su delgada mano y con mucha delicadeza, acomodó el cabello de su esposo detrás de sus orejas. Había sido un gesto muy simple, pero pocos hombres lo harían con tanta naturalidad en presencia de tanta gente. Quizás lo más sorprendente había sido todo el amor que sus ojos reflejaban. Su amor por Saeng era tan profundo que no le importaba demostrárselo en público.

ʺEstás hablando demasiado. ¿Por qué no comes? Veamos si la comida te permite seguir hablandoʺ. Saeng se había sonrojado ante la súbita caricia de su esposo frente a tantos soldados, y aunque al principio se sintió un poco avergonzado, después se sintió muy feliz con las ocasionales muestras de cariño que recibía de Hyun.

El Comandante sonreía y los observaba con aprobación. Lo que los había separado antes ya no importaba en ese momento. Mientas estuvieran juntos y felices, el Comandante también se sentiría feliz por ellos.

Se decía que las cosas bellas siempre atraían la atención de la gente. Durante toda la comida Hyun demostró su elegante estilo para comer, y eso había influido en todos los soldados, quienes inmediatamente redujeron la velocidad a la que comían. Comenzaron a masticar con cuidado y tragaban lentamente, algo totalmente opuesto a la habitual forma en que lo hacían. El agotamiento después de sus entrenamientos los obligaba a comer a una gran velocidad.

Saeng estaba sumamente sorprendido al ver su repentino cambio de actitud. Parecía que no importaba cuán intensos fueran los soldados, de vez en cuando también les gustaba lucirse un poco. Otras veces eran muy obstinados y no aceptaban sus derrotas frente a otros tan fácilmente. Pero en esa ocasión, el estilo y la elegancia innatos de Hyun los había impresionado, y pudieron comprender que si deseaban respeto, usar la fuerza física no era el mejor camino para lograrlo, ya que la educación y el buen carácter también podrían ser garantía de triunfo.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora