¡No soy un sustituto!

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Capítulo 569.

WoonBin estaba un poco desconcertado esta vez porque no quería vivir en esta casa, ni quería volver a su antigua vida. Al igual que Yasmina, WoonBin puso todas sus esperanzas en Yesung, ya que por ser su hermano, creía que iba a ser amable con él. Sin embargo, Yesung nunca lo consideró de esa manera y solo se preocupaba por Saeng. WoonBin tenía tanta envidia de Saeng que estaba perdiendo la cabeza por completo.

Yasmina estaba detrás de Yesung y se sintió algo aliviada. WoonBin, de alguna manera, distrajo a Nam, quien se había olvidado de ella en ese momento. Eso le dio tiempo a Yasmina para pensar por qué se comportó tan raro hoy. Él había mencionado "un accidente" recién. La mujer se dio cuenta de que Hyun debió haber tomado represalias por lo que pasó anoche, pues era un hombre que se vengaba hasta por las maquinaciones más pequeñas e insignificantes contra él.

En ese momento, sonó el timbre de la puerta de entrada, lo que hizo asustar a los sirvientes que estaban distraídos mirando la escena. El mayordomo corrió hacia la puerta para averiguar quién era. A través de la pantalla, vio a un soldado muy enojado que estaba parado en la entrada y aterrorizado, miró a Nam.

"¿Quién es?", Nam preguntó impaciente. Pensar en la trágica muerte de Grace era una tortura para él. Odiaba a Yasmina cada vez más.

"Es un soldado. ¿Abro la puerta?", preguntó el mayordomo con miedo. Justo hacía un rato Nam estaba furioso, estrangulando a Yasmina. Por eso, todos los sirvientes estaban asustados y no se atrevían a mirarlo a los ojos.

"¿Un soldado? Debe ser Saeng. Vamos, abre la puerta", Yesung exigió inmediatamente. El único soldado que conocía era Saeng, por lo que creía que era él. Ya era muy tarde. ¿Por qué vino? La casa era un caos.

De pie frente a las puertas que le eran conocidas, Saeng suspiró con una mezcla de sentimientos. Detrás de esas puertas, vivió una infancia feliz en donde tuvo charlas alegres y muchas risas con su madre, así como lágrimas de dolor después de su muerte. Pensó que había olvidado esos días, pero los recuerdos regresaron.

"¿Cómo se atreve este perro a venir aquí? Mayordomo, no la dejes entrar. Ya no es parte de esta familia". WoonBin rechinó los dientes. Desde que Saeng apareció, su familia se hundió aún más en el caos.

"Yo soy la cabeza de esta familia. Mayordomo, abre la puerta y deja entrar a Saeng". La noticia sacó a NamSoo de su tristeza y ahora se sentía algo mejor. Se había estado preguntando cómo pedirle a Saeng que regresara a casa. Aunque no esperaba que volviera. ¿Eso significaba que lo había perdonado?

"Sí". El mayordomo presionó el botón y se retiró en silencio. Había servido a esta familia por más de veinte años y conocía bien a cada miembro. Tenía claro quién era la cabeza de la familia y no se atrevía a ir contra él.

"Papá, pensé que no te agradaba. ¿No dijiste que yo era tu hijo amado? Todo cambió. ¿Por qué?". A WoonBin le resultaba difícil aceptar la frialdad de Nam hacia él. Cuando regresó del extranjero, fue muy amable con él. Incluso lo ayudó a arrebatar a Hyun de los brazos de Saeng. ¿Qué pasó ahora? ¿Por qué estaba tan extraño hoy?

"Bueno, la razón es sencilla. Saeng es mi hijo y tú eres simplemente el sustituto". A decir verdad, Nam no quería lastimar a WoonBin de esa manera. Después de todo, él lo había consentido siempre y lo trató como a su hijo. Sin embargo, al recordar lo que Yasmina había hecho, no pudo evitar descargar su ira contra WoonBin. El solo pensar que permitió que lastimara a Saeng en el pasado destrozaba su corazón.

"¡No! ¡No soy un sustituto! Soy el príncipe amado de esta familia. ¡Saeng es solo un intruso!", WoonBin murmuró mientras se tambaleaba hacia la puerta, sacudiendo la cabeza. Sus ojos estaban vacíos. No podía creer lo que acababa de oír. Pensó que todavía era el hijo amado de NamSoo, pero las palabras de él lo obligaron a admitir que se estuvo mintiendo todo este tiempo. El podría ser el sustituto de cualquiera, menos de Saeng. No soportaba que este fuera el príncipe y él, el maldito pordiosero.

Saeng corrió hacia la casa y se topó con WoonBin, quien se cayó al suelo mientras que Saeng permanecía inmóvil. El  miró fríamente a WoonBin como si fuera un fantasma que venía del infierno. WoonBin temblaba de miedo.

"¡Perro! ¿Cómo te atreves a venir a nuestra familia? ¡Arruinaste nuestras vidas!", WoonBin gritó histéricamente en el suelo. Descargó su ira contra Saeng, sin darse cuenta de lo cruel que su hermanastro era en este momento.

"¿Perro? Déjame decirte que nunca traté de seducir al marido de alguien, ni de herir a una persona inocente como lo hizo una verdadera perra. Deberías sentirte afortunado de que ahora no estoy aquí por ti, si no, ¡te daría una lección!", Saeng dijo con frialdad mientras apuntaba su arma en la frente de WoonBin, quien abrió los ojos ampliamente y no se atrevió a decir nada más. Tenía miedo de que pudiera jalar el gatillo por la ira. Se desplomó en el suelo,  no fue el único que quedó estupefacto, pues todos los presentes lo estaban y se preguntaban a quién iba a apuntar.

Un verdadero amor. 3a Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora