0.4 Welcome to the CDC

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0.4 Welcome to the CDC

Canción: I can't carry this anymore – Anson Seabra

MARATÓN 3 DE 3

Era un día soleado para ser el fin del mundo. La chica asomaba su pequeña cabeza por la ventana, había muchísima gente y mucho movimiento. Había sido una pena tener que dejar su apartamento en Atlanta pero estaba feliz de que alguien tan dulce y piadoso le hubiera ofrecido un lugar dónde quedarse, desde que habían trabajado juntos sabía que él sería especial. Busca en su bolsillo dentro de su sudadera esperando encontrar una barra de chocolate para almorzar.

No se había podido maquillar comenzaba a empezar a perder le interés en aquello pues parecería vanidoso. ¿Y qué importaba si no lucía arreglada? Reciben la camioneta y dejan entrar al edificio de la CDC, nunca había estado ahí pero era formidable. Por dentro se veían cientos de personas en bata por ahí y por allá, corriendo, llevando cajas y cajas con cosas que ella no sabía que eran. Apenas y el cabello corto (poco tiempo debajo de sus orejas) le alcanza para una coleta mal hecha.

Muerde la manga de su sudadera.

—Cuando te di eso, no imaginaba que sería lo único que quisieras vestir.

Ella le pega al chico que va a su lado en el pecho antes de bajar del vehículo. Se quedarían un par de días en lo que el sujeto a cargo (Cuyo nombre había omitido) les permitía al acceso, apenas eran unas veinticinco personas en el grupo. Más diez de los guardias personales del Maestre. Como se hacía llamar.

—Me gusta tu sudadera, me ayuda a sentirme menos nerviosa.

—Ya te lo dije, pequeña. Nada de mostrar nerviosismo cuando él esté cerca, el llanto lo pone... Cómo sea, procuremos estar tranquilos, ya están muy preocupados por acá.

Nelea asiente mientras se estacionan. El muchacho se levanta y da la vuelta para abrirle la puerta y dejarla pasar. Sus jeans azul marino contrastan con el blanco de su sudadera y estampado de una banda de metal al frente. Se veía terriblemente desarreglada. Pero sabía que a él no le importaba. El hombre de ojos oscuros, le ofrece su brazo para que lo agarre, él por el contrario, viene vestido en un elegante traje gris satinado y zapatos cafés relucientes. El Maestre se acerca y le pregunta al chico cómo estuvo su viaje.

—Todo en orden. Nada que reportar.

El Maestre mira con cierto desdén a la chica, ni siquiera tiene una buena postura y eso que el hombre le agarra el brazo. Patética. Desde que su derecha al mando le había pedido compasión y que dejara que se quedara había estado en desacuerdo, no pudo deshacerse de ella porque él en todo momento la cuidaba. No veía nada en ella, nada que destacar. Era tan común que rayaba en lo ridículo. Ella le ofrece un saludo sacudiendo su mano.

Era tan infantil... Tan ilusa. ¿No había visto eso, su derecha al mando? No viviría más de cinco segundos por su cuenta. Le debía agradecer a él. Quien todo lo había dado por ella, que la había defendido, abogado por ella... Le daba asco mirarla. Una mexicana que nada tenía que hacer ahí, de la mano de él.

—Vamos, nos están esperando.

Nelea divisa a una señora muy propia, con un peinado recogido, lentes y sobre ellos lentes de seguridad de laboratorio es una mujer preciosa, en su bata se lee la palabra: Directora. Detrás de ella hay un doctor más alto que la directora, que aún estando detrás sabe que él la sigue a todos lados, lleva en manos una tabla mientras tacha y le dice algunas cosas a la mujer. La mujer recibe al Maestre con evidente disgusto, como si no tuviera opción.

Archer | Daryl Dixon | ❤️ The Walking Dead *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora