Dormir definitivamente no es una opción, no desde que mis ojos y los de él chocaron después de tanto tiempo. Mi cabeza solo reproduce sus facciones, específicamente sus labios. Doy vueltas en la cama hasta que amanece y el sol se cuela por los ventanales, debería levantarme y ponerme a trabajar, pero no tengo cabeza para eso. La conversación que tuve con Alex me despejó mis temores, él me apoya a su extraña manera y quiere que tome la decisión que mejor me parezca, esta vez siendo consciente de las consecuencias que tengo que afrontar.
¿Cómo lo recupero? ¿Qué debo hacer? Sé que será dudo y debo mantenerme firme y luchar hasta lo imposible, pero no sé ni siquiera como empezar. Damián siempre fue el romántico, el que sorprendía con detalles que perforaban mi duro corazón, él era el que siempre tenía las palabras correctas y daba los abrazos en los momentos precisos, yo en cambio sí era una bestia para el amor.
Lo primero que tengo que hacer es impedir que se marche de la casa, no sé cómo reaccionará con mi presencia o si recuerde nuestro encuentro nocturno. Poco a poco recuperaré su confianza y me ganaré su corazón, porque es imposible que haya olvidado lo que despertábamos en el otro cuando estábamos juntos.
Me levanto de la cama y dejo de pensar, es hora de actuar. Voy a mi armario y escojo un vestido color lavanda muy bonito junto unas sandalias cómodas. Agarro también una toalla limpia y salgo hacía el baño. Respiro hondo y corro por el pasillo mirando de un lado para otro, no quiero encontrarme a Damián de repente.
El pasillo está vacío y el baño también, así que entro rápidamente y cierro la puerta con seguro. Mucha cobarde me he convertido.
Me ducho, me cambio y termino de arreglarme mirándome al espejo. Hay un cepillo de dientes con un papelito que dice "Amanda", debe ser obra de Luisa y Grace porque también mis champo favorito se encontraba en la ducha.
Vuelvo nuevamente a mi habitación y dejo la ropa sucia en la cesta, para distraerme un rato me siento frente al escritorio y empiezo a responder correos y leer algunos documentos importantes que me envían.
¿Será que ya está despierto? No creo, son apenas las 7:00 a.m. y con la borrachera que tenía debe estar inconsciente todavía, el estómago me cruje y decido que es hora de ir a desayunar, cuando salgo al pasillo lo encuentro vacío y suelto el aire acumulado en mis pulmones, al menos tendré más tiempo para pensar que decir. Me dirijo a la cocina observando todo a mi paso, la casa de Grace es bonita.
Llego a la cocina y al entrar lo primero que veo es a Luisa moviéndose alegremente por ella.
—Buenos días —saludo, Luisa se sobresalta, no me había visto.
—Señorita Amanda, me ha asustado —ríe mientras se lleva una mano al pecho.
—Lo siento mucho —me disculpo.
—No se preocupe. ¿Necesita algo? ¿Ya quiere desayunar? ¿Le muestro la casa? —hace tantas preguntas en tan poco tiempo que me aturdo un poco.
—Tranquila —alzo ambas palmas de mis manos para detenerla amablemente—¸ no tengo mucha hambre, pero quisiera algo sencillo antes de...
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Las reglas para amarte | 2.0
Teen FictionSegundo libro de las reglas del deseo Hay primeros amores que no son los destinados para ser los últimos. Hay corazones que merecen vivir rotos por haber lastimado a otros. Hay personas que están mejor separadas, pero que el destino decide juntarlas...