Segundo libro de las reglas del deseo
Hay primeros amores que no son los destinados para ser los últimos.
Hay corazones que merecen vivir rotos por haber lastimado a otros.
Hay personas que están mejor separadas, pero que el destino decide juntarlas...
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— ¿Por qué lo hiciste? —me regaña Marcos, las piernas no me dejan de temblar—, tu impulsividad lo arruinará todo, ¡Todo! ¡Ya no estás sola en esto! ¡Hay demasiadas personas implicadas! Deja de ser tan egoísta, deja de actuar por cuenta propia, deja de...
— ¡No más! —le grito perdiendo la paciencia, volteo a mirarlo con rabia, no necesito sus reproches y regaños, no permitiré que él también me trate como una niña pequeña.
Marcos conduce demasiado rápido para mi gusto, me araño las piernas mientras intento respirar hondo y tranquilizarme, no puedo pedirle que se detenga, es más, necesito que acelere, se nos está acabando el tiempo y no quiero llegar cuando sea demasiado tarde.
Cuando Marcos salió del restaurante tras de mí, me lanzó una mirada para nada contenta, no le gustó mi comportamiento y soy consciente de que parecía una loca en vez de una dama, era una prueba y fallé en controlarme. El problema empezó cuando subimos al auto y recibí una llamada de Carol, solo con escuchar el tono de su voz me puse en alerta, me contó una auténtica tragedia, Grace enloqueció.
Pensé que habíamos dejado en claro su participación en el plan, todo debe seguir como siempre, aunque le cueste tiene que fingir ignorancia, quedarse al lado de Anderson y esperar el momento adecuado. La destrucción de Kn debe ser progresiva, Marcos me ayudará a desviar algunos fondos, espantar inversores, ganarse aliados, debemos demostrar que Anderson no es capaz de seguir al mando, para eso tenemos que ser pacientes y cuidadosos con cada movimiento.
Sé que para Grace ha sido difícil aceptar que se casó con un monstruo. He sido consciente de lo difícil que ha sido para ella, sus silencios, los ojos llorosos e hinchados, su luz se apagó y no he podido encenderla por más que lo intento; noto como intenta no chocarse con Anderson, se esfuerza por mantener conversaciones casuales por teléfono, al menos he tenido la suerte de que él ha estado demasiado ocupado como para darse cuenta de lo que sucede, es más, ni siquiera duerme en casa.
Damián tampoco ha ayudado, no se ha comunicado con su madre, la evita, tanto que Grace tuvo que buscar a Laura y por medio de ella logró reunirse con su hijo. No sé qué pasó entre ellos, ni lo que conversaron, pero Grace volvió más decaída que nunca.
Laura y Damián se convirtieron en uno, él se queda con ella, en su casa, solos, y no quiero siquiera pensar en las cosas que hacen porque me enferma, claro que estoy enojada y celosa, por eso exploto, para mí ha sido difícil acostumbrarme a la idea de que todo terminó, además, no ayuda el hecho de Marcos y Laura son aliados, él mantiene una relación cordial con ella para mantener controlado a Damián.
—Tu padre no me ha llamado, tampoco responde —Marcos se pasa una mano por el cabello y luego por el rostro, está desesperado.
—No lo hará, debe estar intentando controlar el campo de batalla —agarro nuevamente el celular y veo que no tengo mensajes nuevos, Carol dijo que me avisaría cualquier cosa.
