20. Eres tuya

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Aquí toy de nuevooooo. Hiiii.

Debo decir varias cosas. La primera... ¡Las reglas del deseo está en Goodreads! Así que no se olviden pasarse por allá, calificar y dejar su reseña. El link lo pueden encontrar el tablero de mi perfil o en mi instagram.

Lo segundo es que... ¡Mañana también habrá capítulo!

Y tercero... pronto haré un maratón súper wow. ¡Será la semana del deseo! JAJAJA eso no suena tan bien, pero ajá. Siete días, siete actualizaciones seguidas. Después les avisaré cuando será.

 Después les avisaré cuando será

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Amanda.

No sé cómo terminamos así.

Todo va tan bien, es perfecto, casi mágico. Quiero sincerarme con él, confesarle las verdaderas razones de nuestra separación, pero eso me llevaría a tener que revelarle mi verdadera situación con Anderson y no sé si sea capaz, temo que se acerque a mí por lastima y no por amor.

Sentir sus labios sobre los míos me parece irreal, jamás me acostumbraré a sus besos, ahora sé cómo se siente perderlos y eso me ha llevado a apreciarlos. No sé cuándo será la última vez que nuestros labios se junten.

Lo rodeo con los brazos, no quiero que se aparte o se arrepienta. Sus manos me agarran con firmeza por la cintura, juntando nuestros cuerpos de una forma excitante.

Es extraño sentir nuevamente esto, pensé que ya no podría volver a experimentar este deseo que me pone con piernas de plastilina, por tanto tiempo intenté buscarle justificaciones al hecho de que no quería acostarme con Marcos ni con nadie, pensé que simplemente se me había apagado el deseo o las ganas de follar, pero no, la cuestión es que para mí el sexo se convirtió en algo demasiado especial, con Damián no solo desnudaba mi cuerpo, sino también mi corazón, revelaba mi forma más necesitada y vulnerable, confiaba plenamente en él, en sus manos, en su boca, en su cuerpo.

Estoy ansiosa, retrocedo sin soltarlo, lo llevo conmigo, cuando siento la cama me dejo caer con él encima. Mis piernas rodean su cadera instintivamente y el vestido se me arremolina en las caderas.

Damián rompe nuestro beso y me mira con una sonrisa, me gusta esa expresión, esa mirada me recuerda que no todo está perdido. Acaricio su mejilla y nos quedamos así, inmóviles, disfrutando del momento.

—No sabes cuanto te extrañé.

—Bella... —murmura en un tono de súplica—, no vayas por ahí.

— ¿Por qué? Eres perfecto —ladeo la cabeza y lo miro con ternura —, eres perfecto para mí.

And if you like midnight driving with the windows down... —canta suavemente—. And if you like going places we can't even pronounce. If you like to do whatever you've been dreaming about. Then baby, you're perfect.

Las reglas para amarte | 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora