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Cuando España regresó junto con Alemania, no tenía cara de estar mucho mejor. De hecho, le seguía doliendo la barriga, aunque al menos gracias a Alemania ya no le dolía tanto.

Dado que habían terminado de decorar y ya no tenían nada más que hacer, decidieron volver a casa y regresar al día siguiente.

Alemania acompañó a España hasta su casa. El español, con una sonrisa a pesar de que quería morirse, agarró a Michi y lo metió en el transportín, para después volver a salir, sorprendiendo a Alemania.

—Quiero que Michi y Benito se conozcan hoy y ahora—habló el español, mientras cerraba la puerta de su casa, junto con Michi en el transportín.

Alemania sonrió emocionado y agarró a España de la mano, para después empezar a guiarle hacia su casa, hablando todo el tiempo de lo bien que se iban a llevar los dos felinos.

Cuando por fin llegaron, tras diez minutos de caminar por las calles, Alemania sacó las llaves del bolsillo y abrió la puerta de su casa.

Lo primero que vieron fue a Benito, que continuaba tumbado en la puerta principal. El cachorro levantó la cabeza en cuanto vio a su dueño y a un extraño entrar en la casa.

No tardó en ponerse en pie al ver el transportín que sujetaba España. Maulló de inmediato, pensando que se trataba de Katze. Siguió a España hasta el sofá, con la vista clavada en el transportín que llevaba en la mano.

España se agachó para dejar el transportín de Michi en el suelo. Luego abrió la rejilla que le impedía al gato salir.

El español esperaba que Michi saliese de inmediato para inspeccionar el nuevo lugar al que su dueño le había traído. Pero no fue así. Michi no salió en ningún momento.

España asomó la cabeza y le acarició, con la esperanza de que saliese. Pero Michi se mantuvo inmóvil. El español resopló y no tuvo más remedio que levantar el transportín en vertical, para que Michi se viese obligado a salir.

Por desgracia, el gato clavó sus uñas en el interior, tratando de no caerse. Aunque al final se tuvo que soltar y acabó saliendo.

En cuanto cayó al suelo, Michi corrió hasta su dueño y le dio unos golpecitos en la pierna, mirándole con cara de pena.

—No, Michi—dijo España, levantando el transportín y dejándolo apartado para que su gato no pudiera volver a meterse en él. Michi maulló de nuevo pero no consiguió lo que quería.

—Awwwww, es adorable—habló Alemania, agachándose para acariciar el cuerpo del gato siamés, mientras este emitía ruiditos.

Benito, por otra parte, se sentía muy decepcionado al ver que aquel no era Katze.

Alemania se sentó frente a Michi, acariciándolo, mientras que España acariciaba lentamente a Benito, que ronroneaba desde el sofá.

—Awww—soltó el alemán, cuando vio que Michi trepar por su pecho y aferrarse a él, como si le estuviese abrazando.

España, de inmediato se giró hacia Alemania y fue entonces cuando vio a su gato abrazado a Alemania y corrió hasta él.

—¡Michi, no! ¡Te he dicho un montón de veces que no hagas eso!—A continuación, trató de arrancar a Michi del pecho de Alemania, lo cual le costó bastante pero al final consiguió.

Michi maulló, molesto, y luego se dejó acariciar por el español. Hasta que Benito maulló y atrajo la atención de Michi. El felino levantó la cabeza y vio cómo Benito se le acercaba.

Maulló y se acercó al cachorro. Benito le respondió con un ruidito y le olisqueó. Después frotó su pequeño cuerpo contra el de Michi, ronroneando. Michi maulló.

Entonces, Alemania les lanzó uno de los juguetes de Benito a la otra punta del salón. De inmediato, ambos gatos corrieron hasta la pelota que Alemania había lanzado.

Luego, el alemán se levantó y agarró la caja de cartón que había robado de la feria el día anterior. La dejó al lado de los felinos.

Apenas tres segundos después, Benito se lanzó dentro de ella, emocionado. Michi le siguió y, juntos, comenzaron a arañar y a morder la caja como diversión.

Cuando se cansaron, después de diez minutos, se enroscaron uno al lado de otro y se durmieron.

Se veían muy tiernos juntos.

(...)

Ucrania y Noruega seguían abrazados el uno al otro a pesar de que ya estaba  anocheciendo. Pero ninguno quería moverse de donde estaba.

El ucraniano abrazó con fuerza a Noruega. Sobre todo ahora que comenzaba a hacer más frío, pues no iba a permitir que Noruega se congelara. Ni siquiera iba a dejar que pasase ni un poco de frío.

—Ucrania—dijo por fin Noruega levantando la cabeza para encontrarse con la cara del ucraniano. Sonrió.—Creo que deberíamos irnos ya. ¿O pretendes dormir aquí?

Ucrania también sonrió, apenado por la idea de tener que separarse ya del noruego. Se levantó y Noruega hizo lo mismo. De inmediato, el ucraniano pasó su brazo por los hombros de Noruega y se pegó a él para que no tuviese frío.

Noruega no protestó y de inmediato comenzaron a caminar juntos por el parque, de vuelta a casa. Para la sorpresa de Ucrania, Noruega le agarró de la mano con fuerza mientras andaban.

Ucrania sintió que se iba a desmayar, pero consiguió actuar como si nada ocurriese.

Pasaron diez minutos y todo estaba en silencio en aquel parque. No había ni un alma, y todo estaría a oscuras de no ser por la luz de las farolas y la de la luna.

De pronto, Ucrania se detuvo. Noruega se giró hacia él y vio como escondía una mano tras la espalda, con una sonrisa de emoción.

—¡Mira lo que he encontrado, Noruega!—Habló, emocionado. De inmediato sacó de detrás de la espalda una flor con diferentes tonos de rosa y rojo difuminados. Noruega se acercó para verla mejor. Era preciosa.

—Es súper bonita—habló el noruego, mientas ambos la miraban. Ucrania se  separó un poco de la flor. Mientras sonreía como si acabase de encontrar un tesoro valiosísimo.

—Bésala, da buena suerte—dijo el ucraniano. Noruega le miró, sorprendido. Luego se dio cuenta de que era lógico, pues la flor era verdaderamente hermosa, nunca había visto ninguna otra parecida.

Cerró los ojos y se acercó a la flor. Pronto sintió el roce de los pétalos de esta mientras la besaba.

Al abrir los ojos, se dio cuenta de que no era el roce de los pétalos de la planta, sino el de los labios de Ucrania.

Rusia y su único pretendiente ☆ ❀ CountryHumans ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora