—Alemania—llamó Third Reich, saliendo de su habitación. El menor le miró con una sonrisa desde el sofá. No tuvo tiempo de preguntar qué ocurría.—Salgo un momento. Vuelvo en un rato.
El menor quiso preguntar a dónde iba, pero de inmediato se dio cuenta de que su padre no se lo iba a decir, de manera que se quedó callado.
Third Reich salió de su casa y comenzó a caminar hacia la de URSS. El ruso le había llamado para hablarle de algo que no le había querido decir todavía, pues prefería tenerlo delante.
Algunos minutos después, llegó hasta la casa del soviético. Agarró la pistola que llevaba en la mano con aún más fuerza justo antes de llamar a la puerta. Esperó hasta que, segundos después, URSS abrió la puerta. De inmediato sonrió.
—Hola—saludó. Third Reich se mantuvo serio, mientras el ruso se hacía a un lado para dejarle pasar. El alemán entró en la casa sin decir absolutamente nada. URSS cerró la puerta tras él. De inmediato vieron cómo dos gatos se les acercaban.
Third Reich sonrió y les miró con ternura, mientras se agachaba para acariciarlos. El ruso miró al alemán jugar con los gatos como si fuese un niño pequeño. Se mordió el labio inferior mientras le observaba y luego sonrió. Se agachó al lado de Third Reich y acarició a los felinos.
De pronto, Tortita comenzó a maullar una y otra vez, sentado frente a Third Reich. Frotó su pequeño cuerpo contra el del alemán, ronroneando, luego volvió a maullar algunas veces más.
Third Reich se le quedó observando varios segundos. Luego se levantó, con los ojos abiertos como platos. Tortita volvió a maullar, mirándole. Después, trepó por la pierna del alemán hasta llegar a su pecho. Una vez allí, volvió a maullar y luego ronroneó, mientras le abrazaba.
Third Reich le miró mejor, incrédulo. Lo arrancó de su pecho y lo alzó para poder observarlo mejor. Tortita maulló.
—¡¿¿Poldi??!—Chilló el alemán, alucinado. Tortita maulló varias veces y ronroneó. Luego volvió a aferrarse a su pecho. Trepó por él hasta llegar a su cuello. Después empezó a lamerle la cara como si fuese un gato.
URSS se puso pálido.
—¿Qué... Qué pasa?—Preguntó, nervioso. Third Reich giró la cabeza lentamente para mirarle. Le dio un tic en el ojo, mientras fruncía el ceño.
—¡Le secuestraste! ¡¡Secuestraste a Poldi!!—Le gritó, acusándole, cada vez más enfadado, mientras abrazaba a Tortita. URSS alzó una ceja, poniéndose cada vez más nervioso.
—¿Qué...?
—¡No finjas que no sabes nada!—Le gritó, con rabia.—¡El gato que tenía hace algunos años! ¡El que una noche desapareció misteriosamente y no volví a verle! ¡Idiota! ¡Ladrón! ¡Imbécil!
Le dio una fuerte patada en la cadera, sin soltar a Tortita, quien no dejaba de maullar. URSS quiso decir algo, pero Third Reich le gritó que le dejara en paz y que se callase. Luego salió tan rápido como pudo de aquella casa, llevándose a Tortita con él.
—¡Espera! ¡Todavía no te he hablado de lo que quería...!
—¡¡Déjame!!—Le gritó con todas su fuerzas, mientras le miraba con odio. Después se dio la vuelta y comenzó a caminar rápidamente de vuelta hacia su casa. URSS le observó mientras se marchaba, cada vez más lejos.
Sintió cómo los ojos se le llenaban de lágrimas.
(...)
—¡Alemania!—Habló el alemán mayor, muy contento, mientras entraba en casa todavía con Poldi en brazos. Alemania se giró hacia él y de inmediato corrió hasta su padre para abrazarle durante muchísimos segundos.—¡Mira a quién traigo, Ale!
En ese momento, Alemania se separó de él y es cuando se dio cuenta del gato que su padre llevaba en el hombro. El menor lanzó un chillido de emoción cuando vio al felino. Lo acarició de inmediato.
—¿Te acuerdas de Poldi?—Preguntó Third Reich, con una sonrisa. A Alemania se le iluminó la cara, emocionado. Observó al gato y volvió a chillar de emoción.
—¡¡Lo has encontrado!!—Gritó, con una sonrisa.—¿Dónde?
—URSS lo tenía secuestrado en su casa. Me di cuenta cuando me invitó a ella para hablar de un tema.—Respondió su padre. Alemania cargó en brazos a Poldi y lo miró con ternura. Luego comenzó a hablarle y a lanzarle piropos como si fuese un bebé.
(...)
—Papá—llamó Italia, mirando a su padre desde la puerta de la habitación del italiano, con una sonrisa, sosteniendo a Reich en sus brazos como podía, pues la gata sólo quería saltar de ellos y huir.
El mayor levantó la cabeza y alzó una ceja, preguntándose qué ocurría.
—¿Te gustaría que Reich tuviese gatitos?—Preguntó Italia, mientras acariciaba a Reich para calmarla un poco. Italia Fascista no dijo nada durante algunos segundos, hasta que al final habló.
—Bueno... No me importaría—respondió, preguntándose a qué venía esa pregunta. Italia sonrió aún más y después se dio la vuelta para caminar hasta el salón.
Justo en ese momento sonó el timbre de la casa. A Italia le dio un vuelco el corazón, mientras se levantaba del sofá para ir a abrir, con la sonrisa más tranquila que podía poner.
Tiró del pomo de la puerta y en seguida vio allí plantado a España, con una sonrisa y un transportín en la mano derecha.
—¡Hola!—Saludó, con emoción y alegría. Luego le miró con timidez, mientras pasaba dentro de la casa e Italia cerraba la puerta tras él.
Italia le sonrió.
—No seas tímido—le dijo, mientras se acercaba a él y le tomaba por las mandíbulas para después besarle durante algunos segundos.
España soltó una risita y luego caminó hasta el centro del salón, donde dejó el transportín de Michi. Italia le siguió y observó al español abrir el transportín para dejar salir al felino.
—¡Reich!—Llamó Italia, pues la gata se había escapado de sus brazos nada más levantarse del sofá.—¡Reich, bonita, ven!
Al final vieron aparecer a la gata caminando por el pasillo hasta el salón, sin ningún tipo de prisa ni emoción.
Michi, quien al final había salido del transportín, emitió un ruidito y después corrió hasta Reich. Se paró delante de la gata y después maulló tiernamente.
Reich también maulló, pero no hizo nada por acercarse al gato del español. Entonces, Michi le devolvió el maullido y después frotó su cuerpo contra el de Reich, ronroneando.
Casi de inmediato, Reich se apartó, con un maullido enfadado.
Aquello iba a ser muy largo.
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Rusia y su único pretendiente ☆ ❀ CountryHumans ✔︎
HumorContinuación de Rusia y sus Cinco Pretendientes 📍Esta historia no se centra en ningún ship en especial, pero sí se nombran algunos 📍No es necesario leer antes Rusia y sus Cinco Pretendientes, pero es recomendable ya que así se entenderán mejor alg...