30.-¡Entrena!¡Entrena!¡Entrena!

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Rumi: ¡El entrenamiento empieza ahora, Mirko!

- ¡Sí!

Rumi: ¡Así se habla! ¡Pues a entrenar!

- Vale.

Empecé a dirigirme a la sala de entrenamiento.

Rumi: ¿A dónde crees que vas?

- Pues a la sala de entrenamiento, ¿No?

Rumi: No vas a entrenar ahí.

- ¿Y dónde?

Rumi: Al sótano, ahora mismo verás el motivo por el que nunca te dejamos bajar ahí.

- ¿Vale...?

Fuimos hasta la puerta del sótano.

Rumi: Ahora verás el lugar donde pasarás el resto de las prácticas mientras no estés patrullando.

- ¿En un sótano?

Rumi: ¡Ahora verás!

Abrió la puerta que dirigía al oscuro sótano bajamos las escalera y Tsuki No Usagi encendió las luces.

- ¡Wa! ¡Definitivamente, no me esperaba esto!

En el sótano había una sala con un gran campo de batalla, y la habitación se conectaba a otras tres habitaciones en las que ponía: "Habitación", "Gimnasio" y "Entrenamiento especial"

- Siempre pensé que esto estaría lleno de botellas de vino, la verdad.

Rumi: No seas tonto, tu padre me hizo esto por nuestro primer aniversario de bodas.

- Qué romántico... - dije con un leve sarcasmo - Bueno, ¿Y con qué empezamos?

Rumi: Empezaremos con el entrenamiento especial, y después iremos al gimnasio para fortalecernos.

- ¡Entrenamiento especial! ¿¡Qué es!?

Rumi: Tú entra y lo verás.

Crucé el campo de batalla entero y entré en la puerta del entrenamiento especial. Cuando entré vi una sala vacía con cubos rojos que sobresalían de todas partes, formados con el mismo material que las paredes.

- ¿Qué es esto?

Rumi: Verás, cuando dijiste que al final vendrías conmigo a hacer las prácticas, pedí a la UA que me pasara algunas de tus grabaciones durante las clases de Conocimiento Básico de Héroes. Así pude ver tu batalla con Shoto en espacios cerrados y en qué necesitas mejorar, así que para eso es esta sala. Saltaremos de bloque en bloque mientras peleamos, perderá el primero que toque con los pies algo que no sea un bloque, ¿Entendido?

- Sí.

Nos abalanzamos sobre los cubos y empezamos a saltar, y cada vez que cruzábamos caminos nos atacabamos. No tardé en caer al suelo.

- Ay...

Rumi: ¿Estás bien?

- Sí.

Rumi: Pues empezaremos de nuevo. Por cierto, tienes que ser más impredecible, tienes el cuerpo muy rígido y piensas mucho antes de saltar. Un par de consejos: El primero, piensa siempre con cinco saltos de antelación, y segundo, siempre estate preparado para así impulsarte nada más toques base, ¿Vale?

- ¡Entendido!

Rumi: Bueno, continuaremos con esto después de enseñarte el próximo entrenamiento. Para este vas a estar en el centro del campo y yo estaré saltando, tú tendrás que intentar esquivarme.

- No parece difícil...

Rumi: Bueno, eso es por que aún no te has puesto esto - decía, enseñándome una venda.

El hijo de dos grandes heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora