31.-¡Peligro en Hosu!

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Ya era el tercer día de prácticas, y aunque no había dormido lo más mínimo en estos tres últimos días a causa de las 15 latas de café que había bebido durante el resto de prácticas.

Los días fueron básicamente iguales, pero cada día profundizando más y perfeccionando las faltas. También pude notar que ahora podía correr al ritmo de mi madre sin dolor en la espalda.

Estaba esperando con los desayunos mío y de mis padres para poder tomar algo antes de seguir con el entrenamiento.

Rumi: Buenos días, conejito - frotándose los ojos.

Keigo: Buenos días, pollito - dijo, bostezando.

- ¡Buenos días, Tsuki No Usagi! ¡Buenos días, Hawks!

Keigo y Rumi: Bueno, pues buenos días, Mirko.

Keigo: ¿No estás tomando demasiado café?

Rumi: ¡Que va! Está ilusionado con el entrenamiento, ¡Mira todo lo que ha hecho! Yo no sé si podría con tanto a su edad.

Keigo: Y por eso no sé si es muy sano...

- ¡No os preocupéis, solo por favor desayunemos y sigamos con el entrenamiento! ¿¡Vale!?

Rumi: ¡Así se habla!

Keigo: Bueno, vale...

Después de desayunar...

- ¡¿Qué hacemos ahora?!

Rumi: Hoy... Pequeño Mirko, vas a combatir.

- ¿¡Combatir!? ¿¡Contra ti!?

Rumi: No, contra mí no. Si no recuerdo mal, alguien te declaró una revancha en medio del Festival Deportivo delante de todos.

- ¿¡Te refieres a...!?

Rumi: ¡Sí! Manual vendrá con su estudiante para que así tenga una lucha constructiva contra ti.

- ¡Vamos! ¡Así se hace, mamá!

Rumi: ¿Cómo me llamaste?

- ¡Lo siento mucho, Tsuki No Usagi!

Rumi: ¡Así me gusta!

Keigo: Bueno, yo me voy ya. Amor, recuerda que tienes que darle "eso". Adiós, pollito. Volveré en 3 días, ¿Vale?.

- ¡Vale, adiós, Hawks!

Keigo: ¡Je! No te vuelvas adicto al café.

- ¡Vale!

Rumi: ¡Adiós, cariño!

Y así mi padre tomó el vuelo para ir a una misión que duraría 3 días.

Rumi: Espero que a tu padre le vaya bien en la misión...

- ¡Yo también!

Rumi: Bueno, cambiando de tema, tengo un regalito para ti.

- ¿¡El qué!?

Rumi: Tú espera un rato.

Al cabo de un rato volvió con algo rojo en su espalda.

- ¿Qué es?

Rumi: ¡Tadan! - enseñando lo que tenía a escondidas.

El "eso" era una chaqueta igual que la mía pero con capucha y un con un podio en la espalda con un par de correas marrones en la base, un botón blanco en la parte de arriba, y un gran par de agujeros grandes a ambos lados del podio, por último de las mangas salían un par de conductos anchos y finos que estaban conectados a unas muñequeras blancas con ranuras.

El hijo de dos grandes heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora