Eran las 6:30 de la mañana, así que aproveché el tiempo para ponerme ropa cómoda y salir a correr.
Volví a las 7:40, y aún quedaba tiempo para la prueba de acceso, así que subí las escaleras de mi casa y me fui directo al baño darme una ducha con agua caliente. Después me fui a mi cuarto y me puse el uniforme de mi escuela de secundaria.
Mientras bajaba las escaleras podía apreciar el olor de las tortitas de zanahoria que mi madre estaba haciendo para el desayuno; con tan solo ese olor me entró tanta hambre que pegué un salto sobrevolando las escaleras, y así llegar antes a la cocina.
Con el olor de las tortitas junto con la voz de mi madre tarareando la canción de xxxxxxx, entré en la cocina con la moral subida por el desayuno y por lo que me esperaba hoy.
- ¡Buenos días, mami!
Mi madre se abalanzó sobre mí para darme un gran abrazo.
Rumi: ¡Buenos días, conejito!
- Mamá, me aprietas demasiado - conseguí decir, pese a la falta de oxígeno en los pulmones.
Rumi: ¡Ay! Pero es tu día, hijo. Espero que te salga bien la prueba, te has esforzado mucho para poder aprobarla.
- G-gracias, mamá - consiguiendo liberarme del abrazo - Una pregunta...
Rumi: ¿Sí?
-¿Papá está en casa?
Rumi: Mmmm... Lo siento, conejito, pero... - cada vez con un semblante más serio y triste.
- N-n-no pasa nada mamá, lo entiendo...
Rumi: Jajaja.
- ¡¿Qué pasa mamá?! - impactado.
Rumi: Pues que te lo has creído, conejito.
-¡¿Qué?! ¡Está en casa!
Rumi: Pues claro. ¿En serio creíste que no estaría para desearte suerte?
- Bueno...
Rumi: ¡Ah, sí! Si crees que yo me he pasado con el abrazo, tan solo piensa en lo sensible que se pone él - mostrándome una sonrisa que tan solo podía inspirar miedo.
En ese momento empecé a escuchar unos pasos que bajaban de las escaleras. Mi cuerpo empezó a tensarse por lo que me esperaba.
De un salto apareció papá para abalanzarse sobre mí y darme otro abrazo.- ¡Venga ya con los abrazos, que tengo que desayunar!
Keigo: ¿¡Cómo quieres que te suelte, si para la próxima vez que te abrace seguramente será en el día de tu boda!? Que rápido crece... ¡¿No, amor?!
Rumi: La verdad es que sí - uniéndose al abrazo.
- ¿¡Pero cómo que "el día de mi boda"!? Si solo tengo 15 años, y además no va a pasar nada del otro mundo.
En ese momento mis padres dejaron de abrazarme.
Rumi/Keigo: ¿¡Cómo que no es nada del otro mundo!?
Keigo: Vas a empezar tu camino para llegar a ser un héroe profesional, pollito. Tienes que darte cuenta de que es un camino duro y con altibajos.
Rumi: Pero pase lo que pase, siempre te apoyaremos. Ahora te toca entrenar más que nunca, y comerte el mundo de un bocado.
- G-gracias.
Keigo: No lo agradezcas. Vamos a desayunar, ¿Vale? Tu madre ha hecho unas deliciosas tortitas de zanahoria, que encima son muy sanas.
Así tuvimos un perfecto desayuno en familia.
- Bueno... Creo que me voy ya...
Keigo: Suerte, pollito.
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El hijo de dos grandes heroes
Fiksi PenggemarEsta es la historia de cómo Tenko Usagiyama, hijo de dos grandes héroes, hace su propio camino para convertirse en uno de los mejores héroes del mundo, incluso cuando su camino se complica. 🤍(Oc x Mina)💗 En esta historia Keigo y Rumi tienen 15 añ...