Cerca de Australia, las cosas para los dos exorcistas que peleaban contra una horda absurda de akumas no eran más tranquilizadoras. La misión que tenían que completar no era muy diferente de las anteriores, se podía considerar que nadie esperaba nada extraordinario del asunto.
Uno de los exorcistas más nuevos, Arystar Krory definitivamente no tenía mucha experiencia, había pasado relativamente poco tiempo desde que se unió a la Orden, pero incluso él, con su poca experiencia sabía que lo que les estaba pasando no era normal.
Su compañera exorcista se encargaba más rápido de los akumas de nivel dos, pero extrañamente su rostro se veía más serio de lo normal. Y él estaba preocupado, pues no era solo eso lo extraño en ella.
Justo antes de que empezara el ataque se dio cuenta que, de manera abrupta, se había puesto extrañamente furiosa. Y durante la pelea palideció de la nada. Quería preguntarle qué le pasaba, pero entre tener que chupar la sangre de sus enemigos y evadir sus ataques, no podía articular muchas palabras para expresar sus inquietudes.
Sobre todo, por las extrañas palabras que todos los akumas estaban diciendo mientras los atacaban.
"El preludio de siete mil años ha llegado a su fin. Ahora comienza la nueva melodía, no se pierdan el momento en el que se abra el telón, ustedes son los actores principales, Exorcistas."
Cuando estaban por terminar con el último akuma de nivel dos, este se detuvo por completo. Con una estrella maldita brillando en su frente.
—Entiendo, Mi Señor. Regresar a Mi Señor cuanto antes.
—No escaparas. Vuelve aquí. —Krory estaba más que dispuesto a seguirlo y acabar con él.
Pero una Allen perturbadoramente cubierta de sangre de akuma, extendió el brazo donde tenía esa extraña arma larga para detenerlo.
—Déjalo, Krory. A esta distancia ya no podemos detenerlo. Además, estamos seguros de que en este momento no causará más problemas.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Tú lo escuchaste. Va directo al Conde. Es un presentimiento, pero no creo que se vaya a distraer de camino a su amo.
Con eso logró convencerlo por completo. Aunque no estaba muy feliz con ello. Pero en la condición en la que estaba su amiga, era más importante que ninguna autoridad dudara de la honestidad de sus acciones.
—Por cierto, Allen. —llamó, la chica le volteo a ver sin decir nada, y eso fue suficiente para que se diera cuenta que seguía extrañamente molesta. Por lo que dudo un poco antes de preguntar.
—Desde hace un rato noto que no estás de muy buen humor. ¿Pasa algo?
—No te preocupes. Solo un insecto mal educado.
—¿Un insecto mal educado? —eso no tenía sentido. Además, podía jurar que se río de manera extraña antes de hablar. Y aquello era una excusa patética.
Prefirió no seguir preguntando, sabía que Allen no le estaba diciendo la verdad, sus motivos habría de tener. Quiso dejar el tema, pero aun así la chica se preocupó por aclararle el asunto.
—Si, Krory. Un insecto que tendré que aplastar cuando vuelva a la Orden.
Su tono de voz le dio un poco de miedo. Y la sonrisa extraña que persistía más esa risa escalofriante le daba la sensación de que no era nada bueno, entendió menos de la situación. Pero su instinto le dijo que era mejor cambiar de tema lo más pronto posible.
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Fidelium
AdventureKanda puede ver las emociones de la gente por medio de colores. Pero no puede ver las de Allen Walker, la nueva exorcista de la inocencia no registrada. --- Historia también disponible en mis cuentas de Ao3 y Fanfiction.net en ingles y español bajo...