—¿El ladrón que ha estado robando reliquias antiguas?
—Usando el cuerpo de otras personas. Si, es lo que estamos diciendo. —dijo con irritación el chico de cabello largo. Loco y agresivo... Justo como me gusta
La más joven en realidad hasta estaba disfrutando de sus reacciones enojadas. Aunque... ¿Por qué la miraban así esos tres? Es más, ese traje le sonaba de algo, pero no sabía de qué o de dónde.
Y a pesar de su tono irritado, no le pusieron importancia. Pues ninguna de las dos mujeres frente a ellos creía en nada de lo que estaban diciendo, pero se notaba más la molestia por la falta de educación en la monja que en Elizabeth. Eso sí, estaba claro que ambas los tomaban por locos.
Todavía con inquietud, la monja volvió a hablar.
—¿Cómo pueden estar tan seguros de que es Timothy quien está haciendo esos robos?
—Por la esfera en su frente. —habló el joven moreno de los dos. Deteniendo al japonés antes de que siguiera haciendo notorio su enojo. —¿Qué saben sobre cómo la obtuvo?
La madre superiora contó la historia del niño con un poco de tristeza.
Pero la monja y la chica sentada junto a ella, de inmediato se dieron cuenta de que no le estaban prestando mucha atención, y seguían mirando de cuando en cuando a la joven. Al terminar el relato, el que se veía como el más sensato y educado de los tres retomó la palabra.
—Verán, nosotros estamos buscando algo llamado Inocencia. Tenemos la sospecha que la esfera en la frente de Timothy es eso que estamos buscando. Si resulta que, si lo es, no sería raro que tuviera la capacidad de controlar los cuerpos de otras personas a voluntad.
Entonces Elizabeth por fin habló, no era que quisiera intervenir realmente, pero quería comprobar algo que le estaba molestando sobre la actitud de esos sujetos frente a ella.
—Y si es lo que están buscando, ¿qué pasará con Timothy?
La reacción fue inmediata. Incluso el que se encontraba dando las explicaciones se sobresaltó un poco y trató de controlar su expresión al dirigirle la palabra.
—Si comprobamos que es Inocencia, no podemos dejarlo aquí. — apartó un poco la mirada y se enfocó en la monja. —Será llevado a la Orden y se convertirá en un exorcista.
En ese momento, un Timothy bastante molesto irrumpió en la habitación, dejando claro que, si bien había resultado bastante duro el golpe de su cabeza contra el suelo, se había recuperado bastante bien y actualmente lo único que le preocupaba era que decidieran su futuro por él. Cosa que dejó en claro cuando entró, demostrando su descontento.
—¡No quiero que me lleven a ningún lado! ¡Quiero quedarme aquí! —gritó al entrar. —¡Ustedes no tienen derecho a decidir sobre mi futuro!
Para cuando Timothy se hizo notar, Kanda ya estaba en su límite de la exasperación por la falsedad de esa mujer junto a la monja. No toleraba más estar frente a alguien que era idéntica a la fuente de dolor del brote de habas y encima, era todo lo contrario a esa persona. Por lo que cuando el niño entró, gritando histéricamente ya no pudo más.
—La cosa en tu frente ya ha decidido tu futuro. — llegó hasta él y lo tomó por el cuello de su playera. —Así que ya no depende de ti.
—¡Kanda! — Marie llegó hasta él y lo hizo soltar al niño, quien cayó al suelo de sentón, con ligeras lágrimas en los ojos y bastante afectado. —Cálmate.
La monja intervino en la situación, para nada conforme con la actitud del joven asiático. Con preocupación, se acercó hasta Timothy y lo abrazó contra sí, dándole consuelo y volteando a ver al pelinegro con una molestia controlada.
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Fidelium
AdventureKanda puede ver las emociones de la gente por medio de colores. Pero no puede ver las de Allen Walker, la nueva exorcista de la inocencia no registrada. --- Historia también disponible en mis cuentas de Ao3 y Fanfiction.net en ingles y español bajo...