5:30 pm. 2 de noviembre
Año desconocido de la historia que borraron los Fidelium
Edo, Japón.
Dos meses.
Dos meses intentando remover la barrera que cubría la planta de Akumas de manera poco exitosa.
Dos meses, investigando las anomalías en el cráter que creó la exorcista Allen Walker cuando desapareció con el cuerpo de Emilia Galmar.
Prácticamente, la Orden Oscura se había hecho una nueva base en la desolada ciudad imperial de uno de los países más grandes del mundo.
Ninguna autoridad sensata o que se preocupara por sus ciudadanos, intentaba averiguar qué había causado el terremoto que dejó varias ciudades cercanas a Edo totalmente destruidas. Eso sin tomar en cuenta que, dicha ciudad, era ahora un desierto habitado por científicos y fuerzas especiales del Vaticano de las que casi nadie sabía de su existencia.
Desde hace muchos años que ese país mantenía sus actividades en el anonimato, y sus habitantes eran máquinas asesinas, que no permitían que ningún insensato se adentrara más allá de las fronteras principales.
Sin embargo, dicha vigilancia ahora estaba a cargo de personas que estaban lejos de considerarse normales. Y eso era debido a que habían sido entrenados por las autoridades de la Iglesia desde temprana edad, convirtiéndolos en un arma casi tan letal como un Akuma.
Se les conocía como "Cuervos", y en ese momento eran quienes se aseguraban de que nadie traspasara las fronteras bajo su vigilancia.
Y, de hecho, se podía decir que el lugar estaba igual o más vigilado que cuando lo habitaban las criaturas del Conde Milenario.
Basta con decir que incluso en donde; durante la última batalla de los exorcistas y el creador de los Akumas, se dio la explosión que causó que todo se viera reducido a cenizas, estaba rodeado por varios andamios y miradores como si fuese una estación militar. Incluso había cables de comunicación conectando cada base.
En definitiva, una defensa bastante segura.
Una pena que, esa misma noche de principios de noviembre de ese año, los que se mantenían vigilando todo, se vieran severamente reprendidos por haber fallado en esa tarea en apariencia sencilla; a causa de las personas de las que debían estar más pendientes de su aparición o cualquier indicio de su presencia.
La familia Noé.
Y Allen Walker.
En ese orden.
Nadie supo cómo llegaron, ni mucho menos cómo traspasaron su vigilancia y la tecnología de la que se valían para mantener el perímetro en apariencia, impenetrable.
Pero antes de llegar a eso, en horas de la tarde, los científicos se encontraban al borde del colapso mental y emocional al ver el nulo avance que había en sus investigaciones. La mayoría de ellos, habían perdido la razón, y ni siquiera recordaban con claridad el último momento en el que habían dormido lo suficiente como para reponer fuerzas.
Sentían que estaban al borde de la muerte y algunos consideraban fingirla si no obtenían un rato libre, o un resultado favorable. Incluso con la ayuda del personal científico más destacable de todas las ramas de la Orden Oscura, no se llegaba a un punto en el que pudieran decir que habían hecho algún avance con la tarea que tenían en manos.
La Planta y el Cráter.
Aunque la mayoría prefería investigar la Planta, puesto que el Cráter era eso: un cráter, que solamente tenía residuos de un incendio y nada más. Ni una energía anormal, ni rastro alguno de lo que pudo haber hecho que Allen desapareciera o a dónde había ido. Pese a eso, la explicación que dieron ante el inspector Lvellie no lo dejó nada contento y los hizo continuar con la investigación.
ESTÁS LEYENDO
Fidelium
AdventureKanda puede ver las emociones de la gente por medio de colores. Pero no puede ver las de Allen Walker, la nueva exorcista de la inocencia no registrada. --- Historia también disponible en mis cuentas de Ao3 y Fanfiction.net en ingles y español bajo...