17 - Capítulo Diecisiete.

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Un lindo sendero en ese pueblo marcaba el final de la zona más poblada. Por todo el camino que habían recorrido, se podía sentir el potente aroma de las diferentes flores que adornaban la calle. Y al salir por completo de los lugares más concurridos, se sentía la brisa fresca bastante típica de esas tempranas horas.

Ciertos jóvenes se sentían en una extraña calma al caminar por allí. Ignorando que sus trajes y capas con las que cubrían sus hombros; con ese logo llamativo y típico de la Orden, llamaba bastante la atención.

—Deberíamos disfrazarnos, o por lo menos quitarnos las capas. Llamamos mucho la atención. —dijo en completo análisis el pelirrojo del grupo. Mas sus palabras no fueron impedimento, para que saludara con entusiasmo a dos señoritas que se le quedaron viendo con evidente asombro, quienes se sonrojaron y soltaron risitas al recibir la sonrisa de parte de su reciente interés.

—Deja de tontear. — le dijo su abuelo. Sólo porque consideraba que era demasiado temprano para golpearlo, no lo hizo. De lo contrario, le habría dado un golpe que lo mandaría bastante lejos; atrayendo atención innecesaria. —Debemos de estar cerca. No hay que distraerse.

A pesar de verse como el más tranquilo del grupo, la verdad es que Lavi también estaba bastante preocupado. Ninguno de los miembros de ese pequeño desfile estaba tranquilo en realidad.

Lenalee no podía sacarse de la cabeza las instrucciones de su hermano, su expresión intranquila y la seriedad con la que les encomendó la tarea. De hecho, no era la única intranquila con el asunto y eso era evidente en las posturas de todos.

Miranda y Krory, considerados los más "nuevos" dentro de la Orden, eran a quienes más se les dificultaba controlar su preocupación. Y no eran muy diferentes en cuanto a no poder borrar los últimos momentos que vivieron en la oficina del director. Hermano de la chica que se mantenía callada y con la cabeza agachada.

Bookman mantenía su usual expresión seria y analítica. Pero también se sentía inquieto, y sentía que era su responsabilidad, hacer que esos jóvenes no se perdieran en sus divagaciones y angustias. Así que, con un suspiro exasperado, tomó la palabra cuando terminaron de salir de la zona más poblada.

—Será mejor que durante esta misión mantengamos un perfil bajo. Y, sobre todo, la calma. — les dijo con voz seria a los jóvenes. —Sé que esto es fuera de lo común, y aunque no tengamos muchos detalles, créanme que es conveniente que sigamos las instrucciones del director Komui a la perfección.

Todos asintieron, pero nadie dijo nada.

Lenalee seguía pensando en que todo era muy extraño. No solo por el hecho de que su hermano les diera instrucciones de reportarse solo con cartas; que serían enviadas a través de un método muy extraño y antiguo, sino porque no se les permitió llevar a sus golems y tampoco mencionar su ubicación en las cartas, y mucho menos lo que estaban haciendo.

Y eso sin mencionar que les prohibió estrictamente, comunicarse con ningún otro miembro de la Orden en general.

Aunque se sintieron confundidos, todos dieron su palabra de que cumplirían con las órdenes y harían las cosas, manteniéndose en un perfil bajo.

—Creo que ya hemos caminado demasiado, ¿cuánto falta, viejo? —preguntó Lavi después de darse cuenta de que habían recorrido un gran tramo bastante lejos del último poblado.

Y la verdad es que no se equivocaba, llevaban alrededor de tres horas sin haber visto ninguna casa o persona.

—Según el mapa que me dio el director... —Bookman hizo una pausa antes de continuar, sabiendo las reacciones que iban a tener todos. —Todavía nos faltan otras cinco horas a pie.

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