26 - Capítulo Veintiséis.

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A pocas horas del anochecer

Edo, Japón


La tensión era palpable por todo el lugar.

Road apenas terminaba de recuperarse hace tres días, y estaba lista para iniciar con la tarea que le encomendó el Conde. Era algo para lo que se había estado preparando desde hace mucho. Pero que no estaba especialmente entusiasmada de hacer. En especial después de que le recordaran a causa de quién tenía que hacerlo.

—Querida Road, espero que esta tarea sea completada sin inconvenientes. —la voz del Conde le sorprendió un poco, más supo recomponerse a tiempo.

Le sonrió con confianza antes de responderle.

—No se preocupe, Conde. Todo está listo y se hará tal y como lo desea.

La nueva Arca por fin estaba lista.

Y Road sentía que estaba por dejar atrás algo muy importante. Pero ya no tenía tiempo, y tampoco tendría la oportunidad de saber si esa persona estaba de nuevo entre los mortales. Probablemente Cross Marian tuviera la respuesta, pero no podía contar con él y hace mucho tiempo que no hablaban. Por no decir que hablar entre ellos ya no era posible por más que lo intentaran.

No podía pensar en eso si quería evitar volver a enojar al Conde.

Por lo que, preparándose para comenzar, entró a la sala del Arca en la que debía iniciar el traspaso de la información que había en esa nave que pronto dejarían.

El Conde observó como la mayor de los Noé saltaba con aire magistral sobre esa arena artificial, alcanzando el centro y reuniendo la energía necesaria para que el Arca cediera a su voluntad. Por fin saldrían de ese lugar maldito.

Maldito Neah.

Por suerte, ya no tendría que volver a revivir los recuerdos cada vez que caminara por algún pasillo o entrara a las habitaciones. Sintiéndose aliviado y cada vez más cerca de su objetivo, se fue caminando tranquilamente, pensando en qué hacer para comer una vez llegara el resto de su familia. Tenía que recibirlos como se merecían.

Después de que Skinn diera el reporte de lo que estaban haciendo Tiedoll y sus alumnos; dependiendo de lo que le dijera, le daría la autorización para pasar a la siguiente fase. Le proporcionaría tantos Akumas como necesitara para acabar con el general. Jasdevi tenía a su cargo a Cross. Sabía que eran los adecuados para la tarea. Con Marian era mejor ser precavido.

La estadía de esos dos hombres en el país era preocupante. Sobre todo, cuando sabía que esa mujer estaba con el general de lentes.

Invocar al Oráculo para obtener más información, o para pedirle prestada su fuerza, no era algo que pudiera hacer a brevedad sin tener un sacrificio los suficientemente bueno para que accediera. Por lo que la opción no estaba a libre disposición como le gustaría. Solo quedaba una alternativa si quería eliminarla antes de que se interpusiera en su camino.

Tenía que encargarse él mismo de matarla.

El problema era cómo hacerlo.

—Que nostalgia. Siempre que vengo aquí siento que este lugar me trae recuerdos. —escuchó la voz de Tyki por uno de los pasillos. El placer, como siempre tan oscilante.

—No me gusta venir precisamente por eso. —Skinn. La ira, como siempre tan honesta.

—Cuando Jasdevi está aquí es como si se sintiera en casa. —las voces de los gemelos combinadas. ¡Ah! El vínculo, como siempre tan excéntrico.

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