45 - Capítulo Cuarenta y Cinco.

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Querida Allen.

Mi amada y misteriosa Fidelium. Para mí se siente raro dejar mi última voluntad de esta forma. Sabes que nunca me dejó de parecer un poco extraño todo lo que implica que tengas la apariencia que tienes y todo lo que implica que seas quién eres. También el que a pesar de verte tan joven y bella, el pasado que cargas te obligue a tener que enseñarme a hacer esto.

Y agradezco que no me culpes por ello.

Sobre todo, porque sabes que, de cierta forma, ese mismo pasado ha permitido que podamos estar juntas a pesar de la adversidad.

Así que decidí dejarte mi última voluntad en forma de esta carta para que se viera un poco más romántico. Ya que fue un proceso interesante hacer el contenedor, y tal vez de seguro esperabas algo diferente para poder verme. Pero hacer eso, estoy segura que sería demasiado doloroso para ti si llegaras a tener que abrirla. Además, me conoces y sabes que soy todo lo cursi que puedo ser, porque tú eres algo torpe para estas cosas. Aunque siempre admiré que no te costara nada admitir tu amor por mí ante el mundo pese a todas las miradas extrañas que recibiste.

Tu gallardía me dio el valor de dejar de ver a mi hermana con miedo a que me odiara por amarte y el que tú me correspondieras. Y es la mejor decisión que pude haber tomado en toda mi vida. Pues a pesar de las dificultades, el dolor y la angustia que paso cada vez que tienes que irte de mi lado para cumplir con tu deber, el que me ames y siempre vuelvas a mí es suficiente para mantenerme firme en la convicción de seguir a tu lado el tiempo que tengamos de vida.

Es por eso que a la vez no temo dejar mi última voluntad guardada en esta caja. Pues sé que, si es necesario que la abras, es porque me habré ido de este mundo luchando en batalla contigo.

Sé que para ti fue muy difícil el que tuvieras que enseñarme a pelear y a hacer todo lo que implica convertirme en tu Ancla. Pero el que lo hayas hecho me demuestra que confías en mí para llevar a cabo la tarea. Siempre viste más de lo que los otros veían al tener una hermana tan idéntica y tan diferente a mí.

Y no me refiero a las habilidades que posees para eso. Creo firmemente que eres una persona sumamente intuitiva por naturaleza. Y eso no es parte del poder que posees por las acciones que te hacen ser quién eres. Ni por el peso de las consecuencias de eso.

Todavía recuerdo la noche que me contaste todo. En aquel entonces no entendía del todo el que me hayas dicho que me amabas. Pero recuerdo la sensación que me recorrió cuando me lo dijiste. Solo sabía que no decías mentiras y pensaba que sea lo que sea que eso implicara, era todo lo que quería de ti. Fue la primera vez que me permití ser egoísta por algo. Quería que alguien me amara por ser yo. Por ser como era. Quería que alguien me viera a mí y no a la sombra de mi hermana.

Tú fuiste la primera persona que me amó antes a mí que a ella. Y jamás terminaré de darte las gracias por ayudarme a salir del cascarón en el que estaba. Por sacarme de esa jaula en la que me habían metido mis padres, mi hermana y el resto de mi familia.

Por lo que está bien si no haces las paces con ella o con el resto de mi familia si es que llego a morir antes que tú. Entiendo si no es posible. Y no es necesario que te fuerces a ello. Pues ahora que sé a la perfección el cómo se formaron los lazos de mi familia, no pienso obligarte a llevarte bien con ellos. Tu jamás me obligaste a nada y yo tampoco tengo derecho de hacerlo.

¿Cómo podría obligarte a hacer algo que no quieres, cuando has sido la única persona en mi vida que me ha respetado y amado más que a nada?

Te amo, Allen Walker. Y no toleraría que al momento de mi muerte llegaras a derrumbarte; a dejar toda esperanza; a sucumbir al dolor.

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