Veintiocho.

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La brisa golpeaba suave mi rostro, mi pelo se agitaba de aquí para allá molestándome un poco y el calor del sol que tapaba nuestras cabezas, hacía que mi humor, repentinamente fuera mejor.

Caminaba con pasos cortos pero rápidos, mientras miraba todo a mi alrededor con curiosidad, pero también con emoción, mis ojos podían ver una línea de casas, todas eran diferentes, únicas y curiosas a la vez, eran de diferentes colores, diferentes tamaños, diferentes aspectos, miraba como si fuera un niño todo lo que pasaba a mi alrededor, eso incluía la cantidad de autos que pasaban por las calles, uno tras otro, eran grandes, eran chicos, de colores brillantes, otros no tanto.

Las calles de la ciudad estaban abarrotadas de gente que caminaba por entre nosotros, que pasaban a nuestro lado, que seguían la misma dirección que nosotros o que simplemente cruzaban al otro lado de la calle con rapidez... Mi corazón latía con un frenesí que era inimaginable, mi respiración se agitaba cada vez más ante cada paso que dábamos y mis ojos seguían abriéndose con emoción ante cada cosa, por más mínima que fuera.

No podía creer lo que estaba sucediendo, estaba caminando con tranquilidad y emoción por las calles de la ciudad... Una ciudad que solo imaginé en mi cabeza, una ciudad que pensé que nunca conocería... Y eso... ¡Eso me hacía querer gritar de felicidad!

—¡Esto es genial!— Me apresuro en decir mientras miro a mi lado al alfa que caminaba tranquilo siguiendo mis pasos— Todo es muy hermoso.

Hoseok, quien mantenía sus manos en sus bolsillos, me miró con una sonrisa en su rostro, detengo mis pasos porque no me había dado cuenta que ante mi emoción había apurado mis pasos y ahora, el alfa me seguía dos o tres pasos por detrás.

Hoseok me alcanza de inmediato y se detiene a mi lado, el bullicio de la gente que caminaba cerca de nosotros se hace más audible cada vez, el sonido de los pájaros, de los autos, de los niños, de las personas mayores, habían todo tipo de ruidos que en la granja era imposible oír, escuchaba risas, gritos, escuchaba platicas que debería escuchar, hasta gente cantando y música por algún lugar lejano... Hoseok por su parte, solo me miraba como si estuviera mirando a un niño pequeño haciendo algo divertido.

Pensé que no dirías nada en todo el camino— Fue lo primero que dijo una vez los dos, en medio de la calle, nos deteníamos a mirarnos el uno al otro. No entendí muy bien el porqué de esa respuesta, así que lo miré un momento para tratar de entender, pero me avergoncé a mí mismo, al darme cuenta que en efecto, no lo entendía, pero parece que el alfa notó mi confusión, porque una sonora carcajada salió de su boca, acto seguido, siguió hablando— Llevamos casi todo el camino a la estación, pero tú has estado perdido en tu mente, mirando todo de aquí para allá, mientras das pequeños saltitos como si fueras un pequeño niño que ha anhelado salir a ver el mundo.

Miro el rostro de Hoseok, quien sonreía divertido y no puedo evitar sentirme apenado y con vergüenza al escuchar sus palabras.

—Lo siento... Es solo que es mi primera vez y yo... Me emocione más de la cuenta— Digo mientras bajo la mirada— Te hablare todo el camino desde ahora.

Hoseok vuelve a reír divertido, así que lo miro con curiosidad.

—Quiero hablarte todo el tiempo, quiero escuchar tu voz, que me hables y yo hablarte, pero no tuve la fuerza para sacarte de tu propio mundo...— Dice mientras su mano se acerca a mis cabellos y los revuelve con ternura, su mano baja a mi mejilla y con su dedo pulgar acaricia mi piel— Pero ¿Sabes? Verte con esa emoción, con tus ojos brillando, dando brincos mientras lo observas todo... Solo hizo que mi corazón saltara de alegría, porque sí... Tú estabas siendo feliz en tu mundo.

La mano del alfa acuna mi mejilla y puedo sentir su calidez impactar en mi piel, miro a sus ojos que me observan con anhelo y no puedo evitar sonreír ante ello... La vergüenza y la pena abandonan mi sistema y son reemplazadas por comodidad y calidez que solo él podía darme.

Past Lives: Eternity || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora