Treinta y seis

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Un ruido ensordecedor entra por mis oídos haciendo que mi cuerpo se remueva.

Hundiendome señala calidez de la cama en la cual estaba, me renuevo un poco desconcertado por el ruido que tan temprano está perturbando mi sueño, no sabia que era, pero de algún modo, eso sonido fuerte y estridente me estaba molestando.

¿A que hora se detendría?

Me dije a mi mismo que en efecto, sea lo que sea, se tenía que detener, así que apreté mis ojos, me acomode mucho mejor en mi posición y me dije a mi mismo que tenía que seguir durmiendo.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco segundos... Y el maldito sonido no se detenía.

Abro mis ojos rápidamente, lleno de molestia por esa música que ni siquiera era buena y me dispongo a sentarme para poder encontrar la fuente de ese sonido y hacer que se detenga.

Sin embargo, mi intento quedó en la nada cuando siento unos brazos apretarme desde mi cintura.

Trato de moverme y me siento atado a algo, el sonido de la música no se detenía...  Me remuevo incomodo tratando de salir de este lugar solo para sentir como mi cuerpo choca contra otro detrás de mí, me doy la vuelta un poco para observar y puedo darme cuenta, que eso que no me dejaba mover, era Hoseok quien me abrazaba desde atrás, sus brazos rodeando mi cintura y atados frente a mi estómago.

No puedo evitar sentir mi rostro arder al ver que mi cuerpo estaba pegado al de él, me apresuro en alejarme lo más que puedo para no molestar su espacio personal, sin embargo y como sus manos seguían fuertemente atadas frente a mi estómago, alejarme demasiado no era posible.

El sonido de la música resonaba y resonaba sin parar.

Ahogado en esta sensación de vergüenza trató de moverme, de encontrar una manera de salir y también, encontrar la fuente del sonido y apagarlo antes que mi desesperación pueda conmigo... Me estiro un poco para ver por encima del cuerpo de Hoseok y puedo ver que encima del mueble, al lado de la lámpara, su celular vibraba e iluminaba.

Era la fuente del sonido y no lo alcanzaba.

Desesperado por el calor que emanaba la cama y el cuerpo de Hoseok, acompañado de la vergüenza que tenía al estar en constante roce con su cuerpo y la desesperación de escuchar ese estridente y feo ruido proveniente de su celular... Entro en pánico y tomo las manos unidas de Hoseok para que me dejara salir de una vez por todas.

Pero inesperadamente... Estas parecían pegadas con pegamento y no cualquier pegamento, el más fuerte del mundo.

¿Que? ¿Me quería encadenar a esta cama?

El sonido no paraba de retumbar en la habitación.

¿¡Es que no lo escucha!? ¿¡Por qué no despiertas!?

—¡Hoseok!— Digo en susurro ahogado mientras sigo luchando para separar sus manos y poder salir, pero es inútil— ¡Hoseok, despierta!

Y entonces, cuando mis dedos tratan de separar la unión de sus manos el alfa suelta un murmuro inentendible y en cuestión de un segundo, sus manos generan fuerza y me pegan a su cuerpo haciendo que un grito saliera de mi boca.

Mi espalda choca contra su abdomen, su mejilla reposa en mi espalda, su cálido aliento choca a través de mi camiseta.

Él sigue durmiendo como si nada.

—¡Hoseok!— Sigo diciendo en susurros fuertes y demandantes, incrédulo de su actuar y desesperado porque esa música del demonio seguía sonando y sonando sin parar— ¡Hoseok! Despierta... ¡Apaga eso!

Past Lives: Eternity || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora