Noventa y seis.

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En un determinado tiempo de tu vida, llega ese momento en donde tú vida, esa que con tanto cariño construyes, llenas de recuerdos y momentos. Esa vida que te ha dado tantos sentimientos, buenos o malos, felicidades o tristezas, pasa delante de tus ojos como una rápida brisa de invierno y de pie en el centro de un gran plató, eres capaz de ver cómo corre con tanta velocidad que puedes observarlo, pero también sentirlo.

Si cierro mis ojos en este momento, cada uno de mis recuerdos viene a mi mente. Y me veo en un gran juzgado, sintiendo el frío del miedo y el nerviosismo mientras espero la resolución de un caso que seguí junto a mi amigo y su familia de primera mano, los recuerdos inamovibles de aquel momento en donde el relato estremecedor y escabroso de una vida marcada por el dolor era contada de la boca de una mujer que solo con fuerza y valentía logró escapar, resonaba en esas cuatro paredes, los destellos de los flash de miles de camaras, la defensa de hierro de Mino con sus clientes, las lágrimas, los gritos, la angustiante espera y el resultado que no dejó indiferente a nadie, si cierro mis ojos aún puedo escuchar la sentencia de culpabilidad y si me concentro un poco más aún puedo sentir el abrazo lleno de un flamante alivio que compartí con Jungkook, con su mamá y con todos quienes los apoyamos. Las lágrimas salieron de mi ojos, pero una sonrisa por una justicia otorgada llenó mi corazón y así, después de haber salido de ese tormentoso agujero negro, con una nueva vida por vivir, los latidos errantes de mi corazón me guiaron a la antesala de una navidad hermosa, la cual decidí pasar con mi hermoso novio, el tiempo seguía pasando ajeno a nosotros, una navidad en la cual la nieve lo cubría todo, en donde el aroma a galletas de jengibre y las luces navideñas inundaban el ambiente, una navidad que se sintió tan maravillosa que parecía irreal.

Pestañeao y el reloj sigue corriendo como si quisiera escapar raudo veloz y ahora mismo me encuentro con uno de mis grandes amigos en mis brazos, porque la felicidad de haber hecho justicia y la algarabía de una navidad junto al hombre que amo también fueron de la mano con el dolor que compartí junto a un gran amigo. Atrapandolo entre mis brazos y quitando su dolor, pero también su pena en el momento en que sus lágrimas cubren sus ojos, el reflejo en la ventana me mostraba como el invierno se estaba yendo, pero la nieve y el frío seguía más vivo que nunca en el corazón de Jungkook, las noticias no paran incluso cuando él, inevitablemente y por boca de su madre, se enteró de la verdad de su nacimiento y la gran verdad de sus progenitores, una verdad que lo llevó a un punto en donde toda la felicidad y la tranquilidad que había estado juntando se derrumbó frente a sus ojos como un débil castillo de cartas, en consecuencia las cosas siguieron sin ser fáciles y me adentré a un recuerdo y a una aventura compartida con el pequeño alfa que como una rosa que poco a poco se marchita, con el tiempo, un hermoso cuidado y el más grande amor, no solo mío, si no también de quienes lo rodean, él pudo sanar y también entender que pese a su origen el cual se clavaba en su corazón duramente, la mujer que tenía a su lado había dado más de lo que podía, solo para protegerlo, para criarlo, para verlo convertirse en el hombre que es hoy. A Jungkook, le dolió, le costó, pero eventualmente, los entendió y de esas enormes cicatrices, creo un hermoso presente.

Tal como él es... Tal como lo criaron.

Fue así como en este gran camino, el sol y la luna sobre nuestras cabezas nos visitaban día y noche, fue así como el invierno se desvaneció y las estaciones empezaron a cambiar nuevamente, dejando atrás de nosotros vivencias que nos marcarían por el resto de nuestras vidas pero que en consecuencia, nos harían más y más fuertes, así, me ví emprendiendo mi tercer año de estudios, en una habitación en el campus, estudiando sin descanso, y ahogándome del amor y cariño de mi familia y amigos, quienes secaban mis lágrimas cuando el estrés sacaba lo peor de mí, me acompañaban cuando la soledad se hacía incontrolable y reían al son de mi felicidad, cuando las cosas iban mejorando, las vueltas al sol iban cada vez más rápido, más de lo que incluso podíamos controlar.

Past Lives: Eternity || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora