Past Lives: Eternity || HopeV

Ochenta y tres.

Pov Suran.

Parte 2

Dentro de una pequeña cafetería sentada con un pequeño café ya terminado encima de la mesa soy capaz de ver a través de la ventana la llegada de un gran y elegante auto, mi cuerpo se tensa y mis manos se aprietan con fuerza, no había puesto mucho empeño en mi atuendo el día de hoy, honestamente ni siquiera me había maquillado lo suficiente como para que alguien diga que voy a una cita.

Lo más elaborado que hice fue bañarme y cepillarme el cabello.

Había estado esperando aquí solo diez minutos desde que había estado reacia siquiera a decirle a ese hombre cuál era mi dirección para que fuera por mí a casa, así que había acordado como punto de encuentro esta cafetería. Había llegado antes de tiempo lo cual me dió tiempo a tomarme un café, pero ahora mismo, afuera de este lugar, ese maravilloso auto me indicaba que la persona que venía por mí ya había llegado.

No quería salir, si soy sincera incluso se me pasó por la cabeza huir, pero si lo hacía, aquel despiadado hombre me seguiría a dónde quiera que vaya.

Tomando una profunda respiración puedo ver que desde el auto sale un hombre vestido completamente de negro, rodea el auto y abre la puerta de atrás, de ahí ese petulante hombre, correctamente vestido y muy bien arreglado sale con un ramo de flores, mi ceño se fruce y no puedo evitar anhelar terminar con todo esto.

Me pongo de pie y salgo de la cafetería, el frío de la noche se mezcla irremediablemente con el calor que había albergado al estar dentro de la cafetería, pequeños estremecimientos se hacen presentes, con la mirada agacha me acerco a ese hombre.

El aroma a perfume inunda el ambiente.

Cuando mis ojos lo buscan, puedo ver que él sonreía, no era esa sonrisa que me había mostrado ese día afuera de la clínica, por el contrario, había una sonrisa suave y cualquiera pensaría que detrás de ella había algo de timidez, pero el solo pensamiento era ridículo.

Este tipo de hombre no es así, no es tímido.

—Es un gusto verla nuevamente, señorita Doctora— El hombre pronuncia esas palabras en una voz suave, él se acerca a mí, su cuerpo casi cubriendome de la brisa que momentáneamente agita nuestros cabellos— Veo que ha llegado primero, cuán descortés tengo que ser para dejarla esperando— Inmediatamente sus brazos me ofrece ese ramo de flores que había estado sosteniendo, con el cuerpo tenso y una incomodidad que no se iba me esfuerzo mucho por aceptarlo y no hacer tal desaire— Espero que este grave error pueda ser pasado por alto con este pequeño presente que he preparado para usted.

Mis manos toman el ramo, el viento mecía el papel decorado creando un suave sonido, los pétalos de aquellas flores se mueven de aquí para allá y el aroma floral se expande gratamente.

—No es siquiera necesario que usted se esfuerce tanto en este regalo.

Sintiendo aún la tensión en mi cuerpo y mirando con confusión las bellas flores sobre mis manos, de alguna forma me siento fuera de lugar.

Miro a sus ojos con atención, el simplemente pasa uno de sus brazos por dentras de mí, su mano delicada, sin llegar a tocar del todo, empuja con suavidad para hacerme saber que podíamos entrar en el auto.

Con su otra mano libre él abre la puerta para mí...

—No aguantaría tenerla de pie aquí afuera por tanto tiempo— Dice cerca de mí, su perfume entrelazandose con el aroma de las flores— Por favor, tengamos una cálida conversación en la comodidad del auto.

Un poco agraviada por tal situación, no puedo decir que no, ya estaba aquí, ya había recibido el ramo, no había vuelta atrás incluso si tanto quería hacerlo.