No soy solo una cara bonita

Capítulo 31

-¿Qué sucede Rapunzel? -pregunta Alicia -Parece que estás de mal humor -ella hace un puchero-puedes contar conmigo ¿lo sabes, no?

Suelto un largo suspiro, ignorándola.

No necesitaba su falsa preocupación.

-¿Una pelea con Ast? -sigue hablando al ver que no tengo la intención de contestar -ya se les pasará, ustedes se ven muy bien juntos.

-Oh claro que piensas eso -ruedo los ojos.

-¿De qué hablas?

-Fingiré qué no sé qué quieres estar con él -digo.

-Quiero, pero si es tu novio,no haré nada.

-Aster y yo no somos novios.

-Ya lo sabía-ríe -pero me gusta recordártelo. Así te queda claro que no tendrás más oportunidades con él. Ya ha pasado mucho tiempo ¿no crees? No le gustas lo suficiente Rapunzel. En cambio yo...

-¿Tú?- volteo a verla-Él no quiere nada serio con nadie ¿por qué piensas que tendría una relación contigo?

-Por lo mismo que tú seguiste insistiendo. Es muy guapo y tengo interés en él. Quizás tú no pudiste pero yo sí lo tendré a mis pies.

-Como digas-me acomodo mejor en mi asiento restándole importancia a sus palabras. Sin embargo, el hecho de que existe la mínima posibilidad me hace sentir mal.

No Rapunzel. Él no te interesará más de esa forma.

Las chicas del grupo siguen hablando de otros temas y los chicos tardan poco en unirseles.

Así como Aster llega a los minutos, pone una mano en mi hombro y volteo a verlo, confundida.
Al notar que lo veo esboza una radiante sonrisa y luego de unos segundos desvía la mirada hacia uno de los chicos que le habla sobre el próximo partido.

¿Qué pretende? ¿Fingir qué nada pasó?

Llevo mi mano a la suya apartándola de mi cuerpo. No dice nada ni trata de volver a colocarla.

Aunque finja, sabe qué sucede.

No soporto tenerlo detrás de mí así que me levanto tomando mi mochila y sin dirigirle la palabra a nadie decido irme.

-Siéntate aquí -escucho a mis espaldas la voz de Alicia. Volteo sobre mi hombro, viendo a Aster sentarse donde antes estaba yo. Alicia se acerca a él, poniendo una mano sobre la pierna del peligris y recostado su cabeza en su hombro y claro que este le permite esas acciones. Además de colocar un brazo sobre los hombros de la rubia.

Sigo caminando hasta llegar al baño, dejando mi mochila a un lado de los lavamanos, me subo a estos quedando sentándome.

Tomo mi teléfono buscando su número de teléfono. Quizás sí deba contarle.

Balanceo mis pies cuando la llamo por segunda vez al no haber contestado la primera llamada.

-¡Rapunzel! ¿cómo estás? -frunzo el ceño al escuchar su tono alegre.

-No tienes que fingir conmigo-le digo.

-Pero hoy estoy bien.

-Ayer no lo estabas y no es algo que se te pase de un día a otro.

Ella suspira-Lo sé, pero a veces es más fácil fingir estar bien que explicar lo que sucede.

-¿Mamá? ¿Abuela? ¿Quién fue ahora?

-Hans.

-¿Te hizo algo?

-No no no-se apresura a negar - él está bien. Es lindo, bueno y enserio me gusta.