Capítulo 59

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Quito la mirada de mi teléfono cuando siento unos brazos rodear mi cintura desde atrás.

—Hola—su voz llega a mis oídos, confirmándome que quién me abrazaba era ella.

—¿Recuerdas que estamos en el instituto? —pregunto, doy un paso al frente. Deshaciendo con eso el abrazo que me estaba dando la rubia. Doy media vuelta, quedando frente a frente—Dios no quiera que nos vean juntos de esta manera.

¿Aún estás enojado? —pregunta Rapunzel sin dejar de mirarme.

Algo así.

Jack, vamos—pide y se acerca a mí. Alcanza mis labios, dejando un casto beso en ellos—ya te dije que lo siento.

Rapunzel, no es que esté molesto por algo tan simple para que lo soluciones con un lo siento—hablo tranquilo. Tampoco quería discutir con ella.

Lo sé, lo sé—hace una pausa antes de hablar—por eso, vengo a disculpar y a solucionarlo ¡todos lo saben!.

La veo sorprendido al escucharla.

¿Qué?

Tienes razón en estar molesto. Jamás debí pedirte que ocultaramos nuestra relación de los demás—habla cabizbaja—no me averguenzas Jack. En absoluto. Te quiero y mucho. Y quiero que todos sepan que tengo al mejor novio del mundo—esboza una sonrisa de boca cerrada.

¿Es enserio?—pregunto. Estaba sorprendido. Realmente, no creía que ella fuera a hacerlo.

Totalmente—Rapunzel toma mi mano y me saca del salón de biología, en el pasillo algunos alumnos voltean a vernos con curiosidad. Llegamos hasta la cafetería y me pide que nos sentemos junto a sus amigos. No muy seguro, acepto. Si ella se había atrevido a decir que éramos pareja ¿por qué yo no haría mi esfuerzo para relacionarme con sus amigos?

Vamos primero por las bandejas con comida y después nos sentamos en aquella mesa que se había hecho más grande al juntarla con otra.

Una rubia de cabello ondulado me repasa con la mirada y aparto la mirada, incómodo. Algunos dejan sus charlas a un lado cuando Rapunzel y yo (especialmente yo) nos sentamos con ellos.

—¡Vean a quién tenemos aquí! —habla Aster después de unos segundos de tenso silencio-¡Frost! ¿Qué haces aquí amiguito? ¿Tus otros amigos ya te dejaron de lado?

Me repito mentalmente que lo ignore. Aster era un total idiota, pero seguía siendo parte del grupo de Rapunzel y no quería arruinar nada.

¿Y tú que haces aquí, Aster? ¿Aún no te han expulsado por copiar en el examen? —ataca Rapunzel. Aster borra la expresión burlona de su rostro. La gran mayoría de integrantes en la mesa lo ven con sopresas—ups ¿era un secreto? Bueno —se encoge de hombros—los accidentes pasan.

Aster le da una mala mirada a las personas que aún no quitan la mirada de él y se levanta de la mesa. Dejándonos en paz.

Después de darnos una última mirada curiosa, los demás siguen comiendo y platicando.

Volteo a ver a Rapunzel que ve con satisfacción el camino por dónde el peligris se fue.

Es un idiota ¿no lo crees? —me pregunta. Asiento antes de tomar mi sandwich y darle una mordida—y a los idiotas hay que darles una lección—esta vez susurra en un tono muy bajo. Y a pesar de haberla escuchado, presiento que sólo hablaba para sí misma.

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La semana siguiente nos encontramos de nuevo en aquella mesa. Rapunzel deja un beso sobre mis labios y frunzo ligeramente el ceño, extrañado de sus muestras de cariño en público cuando apenas hace unas semanas me había pedido no decirle a nadie que éramos pareja.

No soy solo una cara bonita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora