Los días pasan y no puedo dejar de pensar en cierta platinada. Su presencia se había vuelto normal, y ahora el ya no tenerla cerca o siquiera verla es... Extraño. Tampoco paso por alto lo que sucedió en su casa, sintiéndome culpable por haber provocado eso.
Quizás me excedí.
Mis pensamientos son interrumpidos cuando la campana suena, indicando que el día escolar ya ha terminado. Los demás se apuran a tomar sus cosas y largarse, yo me tomo un poco más de tiempo.
Antes de poder salir del salón, un hombro choca con el mío, volteo a ver al causante y veo a Aster. Me sorprendo, está cabizbajo y parece perdido en sus pensamientos, sigue su camino, dudo que haya notado que se ha topado conmigo.
En la salida noto que llueve.
Mierda.
Estornudo, recordandome que estoy resfriado.
Que suerte la tuya eh.
Ni que lo digas.
Espero un poco más a que la lluvia cese, aunque sea un poco. Observo a los múltiples adolescentes que se van sin ningún problema bajo la lluvia, cayendo directamente en sus cuerpos. Otros se van en sus autos, ya sea solos, acompañados de sus compañeros o de sus familiares. E incluso los que llevan paraguas. Entre ellos dislumbro a 3 metros de mí, a la platinada.
Su cabello se torna más oscuro debido a las gotas de lluvia, su ropa empieza a ser víctima de la misma. Unos tipos que estaban cerca se le quedan viendo, uno de ellos silva en su dirección mientras que otro muerde su labio inferior inspeccionándola de arriba a abajo. Frunzo el ceño.
La veo rodar los ojos para luego buscar a alguien o algo con la mirada.
Ellos se le quedan viendo por unos segundos más y creo notar como uno de ellos fija su atención en el pecho de la ojiazul para luego sonreír como todo un maldito imbécil, aprieto los puños a mis costados, observando cada movimiento de los chicos.
-Buena elección de blusa nena - ríe- la vista que nos dejas es muy buena. -es donde presto atención al color blanco de la blusa y el tipo de tela que era, no eran buena combinación con el clima de hoy, ya que esta comenzaba a tornarse ligeramente transparente, pero los imbéciles de ahí, claramente dedicaron su asqueroso tiempo a verla.
Veo como Elsa se remueve incómoda y da un paso al frente. Yo hago lo mismo para dirigirme a ellos pero una mano toma mi hombro.
Volteo con prisa, viendo a Tooth que ladea su cabeza, señalando el paraguas verde que traía en su mano derecha.
-¿Vamos?
-Si, solo tengo que -me interrumpo a mi mismo cuando regreso la atención a la platinada y a los dos cerdos. Pero veo que ya no se encuentra sola, hay un chico castaño y bastante algo que fulmina con la mirada a los otros chicos, estos lo ven con cierto miedo al tener frente a si a un hombre que se notaba mayor y que la altura que se llevaban era notable, lo ven por unos segundos antes de alejarse.
-¿Estás bien? - ella asiente.
-Será mejor irnos - el chico accede y rodea los hombros de Elsa con su brazo mientras caminan.
-¿Qué pasa?
-Nada... Solo -me encojo de hombros -nada. ¿vamos?
Ella asiente con una sonrisa, y cuando empezamos a caminar se pega más a mi cuerpo para que ambos quepamos bajo el paraguas.
¿Quién era ese chico? No creo que sea su hermano, nunca mencionó que tuviera uno...
Y si era su...
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No soy solo una cara bonita
Fiksi PenggemarELSA ARENDELLE La chica nueva, con un hermoso rostro, un cuerpo envidiable y deseado por los chicos.... Bueno también es graciosa, amable e inteligente, pero eso ¿a quién le importa? Pre-destinada a estar en la parte más alta de la jerarquía escolar...