Aprieto mis manos entorno al volante al estar frente a la casa de Rapunzel. Ya había pasado el tiempo que le había pedido y creía que ya era tiempo de hacer algo, fuera cual fuera el resultado, aunque realmente suplicaba poder perdonarla y que nuestro rumbo igualara el de antes de saber lo que ella había hecho.
Tomo una profunda respiración antes de tomar el valor de salir del auto, le pongo el seguro y avanzo hasta la gran casa que se extendía frente a mí. Subo los cinco escalones del porche, obligándome a seguir y no echarme a correr de vuelta al carro.
Mi dedo presiona el pequeño botón del timbre y espero con los nervios a flor de piel que alguien atienda.
Escucho pasos apresurados y un grito que identifico rápidamente que pertenece a la rubia con quién venía a hablar.
—¡Voy yo! —le anuncia a alguien del interior.
Ajusto mi blusa y reviso que el resto de mi ropa esté en orden en un intento de querer distraerme y olvidar la tensión en mis hombros.
—Sí veniste—dice apenas abre la puerta y me ve ahí parada. Levanto la cabeza de inmediato y asiento. No puedo evitar corresponder su sonrisa de alivio, esbozo una igual pero la desvanezco al instante en el que recuerdo en qué situación nos encontramos—pasa—se hace a un lado y acato su orden, ella cierra la puerta a nuestras espaldas, me quedo de pie hasta que pasa por mi lado y la veo avanzar por el corredor hasta llegar a las escaleras y empezar a subirlas, avanzo titubeante como si alguna parte de mí todavía creyese que estaría bien darse media vuelta y salir echa polvo de este lugar. Rapunzel me ve por encima de su hombro y se detiene en uno de los escalones al verme dudar, finalmente me obligo a caminar normal y llegar a su par.
Cuando llegamos a su habitación ella me invita sentarme y decido hacerlo en la silla de su escritorio, la rubia opta por quedarse de pie durante el primer minuto de incómodo silencio, pero al final toma lugar en la orilla de su cama justo frente a mí. Ella baja la mirada a sus rodilla y yo volteo hacia la ventana apretando mis manos al sentirme aún nerviosa, asumo que Rapunzel se encuentra igual o peor que yo.
Mi mirada vaga a lo largo de la habitación sin ningún objetivo hasta que mis ojos captan un mini conejo de plástico en su mesita de noche. No lo pienso cuando me levanto y atravieso la habitación hasta llegar a él, siento la mirada de Rapunzel sobre mí pero en este momento estoy más interesada en saber si ese juguete es lo que yo creo que es.
Lo tomo entre mis dedos pulgar e índice y lo observo de cerca, las comisuras de mis labios se estiran un poco al ver la playera azul que portaba el juguete y como en ella mi nombre estaba escrito con marcador en letras demasiado pequeñas que era casi imposible saber que decía sino eras la rubia o yo.
—Aún lo tienes—le digo, poniéndolo de vuelta en su lugar. Asiente—yo también tengo el mío—añado, recordando tener un conejo igual a este con la diferencia de que su playera era verde con el nombre de Rapunzel escrito en ella, guardado en una cajita en los primeros cajones de mi mesa de noche.
—Una vez creí haberlo perdido y casi me muero—dice y río bajito—ya había hecho todo un discurso para disculparme contigo y ver la forma de recompensarte mi despiste, pero un día después lo encontré tirado bajo el sillón de la sala, no sé cómo llegó ahí pero enserio me asusté, lloré como una hora por no encontrarlo y luego decidí lo del discurso—explica, deja de ver el conejo para ahora verme a mí—en ese entonces creí que era lo peor que había hecho—su tono de voz alegre va disminuyendo y mi sonrisa también al saber hacia dónde se dirigía.
En lugar de regresar a la silla me siento en el extremo contrario a ella en la cama. Apoyo mi espalda en la cabecera justo cuando ella se acomoda para estar frente a frente.
—Sé que lo que hice fue horrible, y si no puedes perdonarme lo entenderé perfectamente, sino quieres volver a hablarme o lo que sea, también lo entenderé. Pero quiero que sepas que aunque ya no quieras ser mi amiga siempre estaré para ti en caso de que lo necesites y...
—Espera, detente—digo, sintiéndome muy agobiada derepente. Niego a la vez que frunzo el ceño ante la idea de cada cosa que decía la rubia—estoy molesta contigo, sí. Y también estoy decepcionada, pero no estoy dispuesta a dejar que esto —nos señalo—termine solo así. Lo que hiciste fue horrible, sí y no sé cuándo o cuánto tiempo me lleve perdonarte, pero no quiero que desaparezcas de mi vida.
Rapunzel asiente de inmediato.
—Bien, yo tampoco —aclara, se toma unos segundos para volver a hablar— lo que hice ya lo sabes y no hay nada más que contar, no hay nada que me excuse. Dañé a dos personas que me dieron su cariño solo porque otro me dañó a mí. Fui estúpida y malvada y enserio me arrepiento, pero no es suficiente porque el daño ya está hecho, lo único que puedo hacer es no volver a hacerlo y dejarte en claro lo mucho que lo lamento. Elsa, yo te adoro como si fueras mi hermana, te daría todo lo que me pidieses. Odio ser yo quién cometió ese error, sacrifiqué tu confianza por alguien que nunca me querrá ni la mitad de lo que tú lo haces.
La veo y la escucho, al no saber qué decir pero tener unas ganas inmensas de abrazarla no me detengo y me muevo hasta llegar a ella y envolverla con mis brazos. Me aprieta fuerte contra ella y llevo mi mano a su dorado cabello para acariciarlo con cariño.
—Quiero perdonarte, enserio quiero. Pero no es tan fácil. A pesar de eso, debes saber que no te odio, si eso es lo que temes.—rompemos nuestro abrazo pero sigo hablando, llevo uno de sus mechones sueltos detrás de su oreja—Jamás podría odiarte, yo también te adoro Punzie y no sé qué sería de mi sin ti—mis ojos y los suyos se llenan de lágrimas, sin embargo logra sonreír.
—¿Vivirías menos dramas? —propone con una pequeña sonrisa a la vez que limpia de su mejilla una lágrima que logró escapar.
—No creo que eso sea posible—río—mi vida ya es un tornado de cosas y tú no solo me aportas dramas Rapunzel—esbozo una pequeña sonrisa, igualando la suya —me has dado tu amistad cuando más lo he necesitado y eso nunca se me va a olvidar.
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¿
Yo? Yo casi lloro con ellas.
¡Hola! Disculpen la tardanza (de nuevo) había estado un poco ocupada y estresada pero ya estamos aquí, y trataré de manejar mejor mi tiempo para no dejarl@s sin capítulo durante tanto tiempo. Ustedes se merecen actualizaciones seguidas ❤️
Espero les haya gustado este capítulo un poquito emotivo y corto. También espero que no estén tan molestas con Punzie (aunque tienen derecho) y en algún momento la perdonen.
Digamos que ya vamos acercándonos cada vez más al final. No diré cuántos capítulos faltan porque a veces se me alarga la trama un poco más de lo esperado, pero que sepan que se vienen cosas 😉🔥
Juro que esta vez sí nos leemos pronto. Bye ✨❤️
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No soy solo una cara bonita
Fiksi PenggemarELSA ARENDELLE La chica nueva, con un hermoso rostro, un cuerpo envidiable y deseado por los chicos.... Bueno también es graciosa, amable e inteligente, pero eso ¿a quién le importa? Pre-destinada a estar en la parte más alta de la jerarquía escolar...