No soy solo una cara bonita

Capítulo 19

Veo de reojo a la platinada que está sentada al lado mío. Viendo cómo ensarta aquel tenedor  de plástico, sin muchas ganas en su comida, comiendo lentamente y hasta parece no estar en este mundo, más bien, perdida en sus pensamientos.

También noto que Hiccup la ve confundido, parece que nota mi mirada ya que ahora, fija su atención en mí, alzando una de sus cejas en dirección a Elsa, preguntándome de esta manera qué sucede.

Y enserio quisiera saber la respuesta.

Pero al no tener ni idea me encojo de hombros.

—Oye... —empiezo diciendo en voz baja. Pero entonces, suena su teléfono y cómo ya es usual, lo ve con molestia.

Siendo la única diferencia de que esta vez se levanta y se va sin dicer palabra alguna, no como antes que no se iba sin antes decirnos algo.  Dejandome claro que aún está molesta.

—No sé qué le sucede —me quejo.

—¿Y ya intentaste preguntarle?

—Sí y resultó peor.

—Resultó  en este nuevo silencio de su parte ¿no?

Asiento desganado.

########

—Necesito que me digas que rayos le sucede—digo y Corona sólo se cruza de brazos.

—No eres muy paciente eh—se burla.

—Vamos Rapunzel. Hoy volvió a irse y no me dí cuenta sino hasta que la directora llegó a avisarle al maestro en la segunda clase después del descanso.

—Mmm... —es lo único que emite.

—¿Entonces...?

—No te diré, le concierne a ella, no a mí.

—Pero—

—Adiós —se da la vuelta y se va, dejando una vez más con la palabra en la boca.

########

Dejo el teléfono, de mala gana en la mesa del medio, al no ser atendido por Elsa por segunda vez desde ayer.

Entendía que estuviera molesta, mas no el porqué. Y aunque quise darle su espacio, juro que lo intenté, no pude evitar tratar de comunicarme con ella. Bueno, un intento en vano.

—¿Por qué de mal humor hermanito?—pregunta Emma, sentándose a la par mía.

—No estoy de mal humor —contradigo.

—Ay ajá —rueda Los ojos.

—Que no lo estoy.

—Lo estás —dice mi madre, entrando y dejando un plato con galletas frente a nosotros.

—¡Ja!—exclama Emma, sintiéndose triunfante al haber acertado.

Ruedo los ojos —Gracias mamá, ahora no se callara hasta saber por qué.

—Si yo hubiera dicho que sí o que no, ella igual te seguiría preguntando —apunta.

Tanto Emma y yo asentimos, sabiendo que lo que dice es correcto.

Mamá ríe antes de irse al jardín.