No soy solo una cara bonita

Capítulo 61

Le tomamos mucha importancia al momento en el que conocemos a alguien pero ¿realmente vale la pena decir detalladamente cómo conocí a Hans? Para mí no vale la pena, porque esa persona que yo decía conocer no era el verdadero él. Su verdadero ser lo dejó salir cuando ya me tenía entre sus malditas redes, cuando sabía mis debilidades y conocía a la perfección la manera de tenerme bajo control.

Claro, yo tampoco me rehusé demasiado. No lo suficiente.

Fui estúpida.

Pero no todo fue mi culpa.

También fui su víctima. También fui manipulada.

Yo era débil y él un maldito que sabía perfectamente por dónde atacar para convertirme en la presa fácil y dócil.

Me tomó algo de tiempo darme cuenta  de lo mal que me encontraba, corrección: yo lo sabía pero necesitaba tiempo para tener el valor de salir de ese horrible infierno a su lado.

Siempre hubo más de alguna señal, y con el tiempo su comportamiento se volvía peor, empezando por sus intentos fallidos de alejarme de Eugene a aquella vez que me llamó "puta" por la falda que llevaba puesta cuando me invitó a salir con él y sus amigos.

Al principio las cosas iban bien entre nosotros pero poco a poco, tan lento el proceso que ni siquiera pude reaccionar a tiempo, él se había vuelto todo lo opuesto a aquel chico atento y caballeroso que se suponía que era.

Yo necesitaba la atención de alguien, el amor de alguien y aunque lo que recibiera de Hans fuera algo mediocre, era algo y yo me sentía tan sola. Mamá cada vez se pasaba menos por casa, el trato con mi abuela era o distante o hiriente, Rapunzel se había ido lejos, Eugene últimamente estaba tan ocupado y a veces me sentía un estorbo para él, además estaba consciente  que faltaba poco para que él también se fuera y Aby tenía su propia familia. Necesitaba algo mío, formar algo solo para mí y creí que con Hans podría obtenerlo.

¿Sabes? Aunque no era correcto, podía soportar sus celos en exceso, su toxicidad, sus insultos,podía soportar las peleas y sus palabras atacando mis inseguridades para mantenerme a su lado cuando yo estaba a un paso de alejarme de él.

Pero todos tenemos un límite y yo descubrí el mío una noche, exactamente la noche en el que Hans y yo cumplíamos un año de estar juntos y  lo que yo suponía sería una agradable velada terminó conmigo llorando bajo las gotas de agua de mi  regadera.

—¿A dónde vamos? —pregunto mientras el pelirrojo nos conduce en su auto a través de la carretera. Estaba emocionada, esta dos últimas semanas él se estaba comportando de maravilla. Quería disfrutar de los buenos momentos con el chico que me gustaba.

—Es una sorpresa—dice con una sonrisa. 

Admito que eso me emocionó más, y también admito que la decepción al llegar al lugar fue igual de grande que mi emoción anterior, la cual se esfumó de un momento a otro.

Era una fiesta, una simple y mísera fiesta a la cual yo claramente le había  contado que no quería ir porque era nuestro  aniversario y quería que hiciéramos algo especial. Sin embargo, y lo cual ya había dejado de sorprenderme, a él no le importó lo que yo quisiera. Hubiera preferido que nos quedáramos en casa viendo alguna película que ir a este lugar donde me dejaría de lado, él bebería, lo perdería de vista durante casi toda la noche y entonces regresaríamos a casa, evitando formar una conversación de cualquier tipo para que no empezáramos una pelea. Con suerte tendríamos una conversación "civilizada" hasta el día siguiente.

Pero esta vez no fue así y como deseaba que lo hubiese sido, porque lo que pasó después fue peor. 

—Vamos arriba— me habla en voz alta para que logre escucharlo por encima de la música y el bullicio del resto de personas.