Capítulo 42

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Abro mis ojos sorprendida al ver al rubio en mi casa. Este levanta la mirada y sonríe al verme, siento a Jack tensarse a mi lado.

La noticia había volado rápido, lo cuál no fue sorpresa para mí. Tampoco fue sorpresa que mi madre nos haya pedido venir, a Jack y a mí a casa. Lo que no esperaba era ver a Adrien.

—Necesito que me expliquen porqué no me han obedecido —exige mi madre, era claro que estaba alterada pero trataba de controlarse para no gritar. Sin embargo, el tono que usó no me gustó para nada, más que todo porque se atrevía a hablarle así a Jack, cuando él no había hecho nada mal—Vas a tener esa maldita entrevista con Adrien ¿entendido? Necesito que vayas y digas que —la corto.

—No, no voy a hacer eso —mi madre me ve, el enojo era  claro en su mirada.

—¡Vas a hacer lo que te estoy diciendo! —cada vez sonaba más alterada.

—No, no iré a mentir. No iré a decir que Adrien y yo somos novios ¡no lo somos! No quiero ¿no puedes entenderlo?

—¡No puedes arruinar lo que —

—¿Lo que hiciste? Disculpa, pero no debiste haber mentido, menos con eso. ¿Eres mi mamá? Sí, aunque no quieras aceptarlo, lo eres, eres mi mamá. Pero no por eso debo dejar que hagas lo que quieras con mi vida —estaba empezando a alterarme también y  una vez que abrí la boca no pude detenerme —¿puedes tratarme como te de la gana? ¡No! No puedes, no debes, pero aún así lo haces, pero no voy a dejar que hagas eso con ninguno de ellos dos. Ni Adrien debe meterse en esta mentira que has creado y andar viendo como controla todo lo que se le viene encima por tu culpa. Ni Jack tampoco ¿crees que es cómodo para él recibir comentarios de todas partes y que lo anden metiendo en polémicas por una mentira? Él no tiene nada que ver con tu trabajo, y se ha visto en vuelto en órdenes provenientes de ti y de tus socios. ¡No puedes controlar a la gente a tu antojo! ¡No son tus malditas marionetas! — noto como todos me ven, hasta la abuela ha bajado a la sala y Aby nos observa también desde  la cocina. La vergüenza me invade de cierta manera. Haber perdido la calma-respecto a mi familia -frente a Jack y Adrien era algo nuevo. A diferencia, Abby ya había presenciado algunas escenas así antes y la abuela sólo era otra causante.

Mis manos estaban frías y temblaban ligeramente. Estaba enojada, estaba asustada, estaba dolida, estaba resentida. Todo lo acumulado en años que nunca había sanado, siempre salía a flote, era parte de mí, algo que no había aprendido a manejar correctamente: Las discusiones, pretender que nada había pasado, nunca tener un punto de reconciliación, callarse y ocultar sentimientos era lo que siempre sucedía en mi pequeña familia.

Estábamos acostumbrados a salir lastimados, a lastimarnos, nunca sanar, o pretender hacerlo ignorando lo sucedido, para después explotar. Una explosión que arrasaba con todo y una vez más, volvíamos al maldito ciclo.

No me da tiempo a reaccionar cuando su mano impacta contra mi mejilla.

La había humillado frente a ellos y ella estaba dispuesta a hacermelo pagar.

Un nudo aparece en mi garganta y ni siquiera soy capaz de levantar el rostro, mi mejilla arde y la vergüenza recorre mi cuerpo completo. Mi cabello sirve como cortina para ocultar un poco mi rostro y siento mis ojos empezar a cristalizarse.

De reojo veo su mano acercase a mí, está vez en dirección a mi muñeca, seguramente para atraerme hacia sí, y alejarme del peliblanco que aún sostiene mi mano. Sin embargo, es la mano de Jack la que tira de mi, llevándome atrás de su cuerpo. Dejo que lo haga y me escondo aún más detrás de su espalda, lo único que quería era desaparecer.

—No voy a dejar que la toque —en la voz de Jack es evidente la molestia.

—No lo hagas más complicado, niño— ella da otro paso, pero Jack retrocede , obligándome a mi a hacerlo también, manteniendome lejos de ella—¡Elsa!

No soy solo una cara bonita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora