7. Feliz

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Gun no podía dormir.

En el momento en que Off había cerrado la puerta al salir, los ojos del joven dragón se habían abierto. Por mucho que no quisiera aceptarlo, extrañaba la presencia de Off. Cuando estaba entre sus brazos se sentía a salvo. Simplemente sabía que el demonio lo iba a proteger. Por eso, aunque estaba acobijado en una cama muy suave con una cobija caliente, no podía sentirse seguro. Sentía que en cualquier momento la puerta se abriría de un golpe y él entraría por ahí, con esa sonrisa sádica que ya se le había hecho tan familiar.

Lentamente, Gun se deshizo de las cobijas que lo cubrían. Necesitaba encontrar a Off. Normalmente se sentiría avergonzado por algo así, pero en ese momento no podía pensar en otra cosa. Sabía que no sería capaz de dormir solo en esa habitación, aunque la esencia de Off estuviera ahí. No, él necesitaba estar cerca del demonio para sentirse protegido. No sabía muy bien por qué, pero tenía que ir con Off.

Salió de la habitación y bajó las escaleras, hacia donde suponía que estaba el mayor, casi cayéndose dos veces. Podía ver bien en la oscuridad, pero sus piernas todavía no podían soportar su peso por completo. Cuando finalmente llegó a la entrada de la sala, prácticamente voló hacia el sofá, con los ojos iluminados al ver que había suficiente espacio para que ambos durmieran ahí. Sin pensarlo demasiado, se subió al sofá al lado del demonio con mucho cuidado de no despertarlo. Al ver su rostro tan pacífico, Gun sonrió y se acurrucó contra el pecho de Off, sintiendo la calma invadirlo. Sabía que todo iba a estar bien, porque Off iba a protegerlo.

Con ese pensamiento, Gun se quedó dormido casi de inmediato y con una sonrisa en sus labios.

En la mañana, cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana doble de la sala, Off se despertó lentamente. Podía sentir algo cálido presionado en su pecho, y un par de delgados brazos rodeando su torso. Él mismo estaba abrazando a este algo, estrechándolo contra su cuerpo, reconociendo a su pareja sin siquiera necesitar pensarlo.

Sonrió y abrió sus ojos, mirando al pequeño dragón entre sus brazos. Se veía adorable. Besó su cabeza, riendo cuando la nariz del pequeño se arrugó y sus ojos se abrieron. Por un momento, el menor miró a Off con los ojos muy grandes. Parecía que no sabía si estar avergonzado o feliz, pero al siguiente momento una sonrisa apareció en sus labios y miró al demonio con la mirada adormilada más hermosa que el mayor hubiera visto nunca.

- Buenos días –Murmuró, con la voz un poco ronca. Off sonrió y lo despeinó un poco.

- Buenos días –Lentamente deshizo el abrazo para que ambos pudieran sentarse. Por unos minutos un agradable silencio se hizo entre ellos, con Gun enviando pequeñas miraditas al demonio, mientras que el mayor lo estaba viendo directamente y con una sonrisa en los labios. No podía creer lo maravilloso que era su pareja, incluso por la mañana. Gun era perfecto.

- Umm... ¿tendrás... tendrás algo de ropa que puedas prestarme? –El dragón rompió el silencio, hablando con una voz algo tímida.

Off asintió y se levantó. Queriendo mostrar que estaba mucho mejor, Gun también se puso de pie y caminó detrás del mayor hacia la escalera. Por supuesto, no habría sido él si no hubiera tropezado, casi cayendo en su primer paso. Pero afortunadamente, Off estaba ahí para atraparlo, sosteniéndolo rápidamente de la cadera.

- G-gracias –Gun dijo suavemente, mientras sus mejillas se volvían de color rojo por la vergüenza. Off solamente soltó una risa y mantuvo al dragón cerca por unos momentos.

- Ten cuidado –Dijo, sonriendo cuando el menor asintió y subió las escaleras sin tropezar.

Entraron a la habitación de Off y éste le dijo al menor que se sentara en la cama mientras él buscaba ropa de su talla; también buscó ropa interior nueva que todavía no había utilizado, sonriendo ampliamente por el gran sonrojo de Gun al verla en sus manos. Le gustaría saber qué pasaba por la mente de su pequeño dragón.

Finalmente encontró una playera pequeña y un par de jeans que Off no recordaba haber comprado. Se las dio a Gun y lo llevó hasta el baño, enseñándole cómo usar la regadera y dándole una toalla limpia. Gun solamente asentía a todo lo que le decía el mayor, aún avergonzado por la ropa interior que estaba sosteniendo.

Off lo dejó solo y decidió también cambiarse hasta que su pareja estuviera listo. Terminó rápidamente y esperó a que el pequeño también lo hiciera. Después de unos 20 minutos, Gun finalmente salió del baño, viéndose algo avergonzado. La ropa que Off le había dado le quedaba bastante holgada, haciéndolo ver todavía más pequeño. Parecía un niño chiquito probándose la ropa de su padre. Para Off, era una vista adorable.

- Gracias –Gun susurró y le sonrió al demonio, caminando lentamente hacia él.

- ¿Quieres comer algo? –Off preguntó, sonriendo cuando Gun asintió animadamente.

- ¡Sí, por favor! –Dijo, incluso dando pequeños saltitos.

- Bueno –El mayor asintió y comenzó a caminar hacia la cocina, con Gun siguiéndolo–, sigo sin saber cocinar muchas cosas, pero creo que tengo algo de cereal –dijo mientras abría el refrigerador y sacaba la leche. Gun dejó salir una adorable risa, haciendo que Off lo mirara– ¿Qué?

- Eres un demonio alto y fuerte, ¡y comes cereal! –Gun reía de su propia broma, mientras sus ojos brillaban al hablar. Off sonrió, asombrado de lo feliz que su dragón podía llegar a verse– ¿Dónde están los platos? ¡Tengo hambre!

- Me gusta el cereal –El mayor dijo mientras abría la alacena para sacar una caja. Sonrió al ver al dragón buscando los platos por todas partes, excepto en donde realmente estaban–. Búscalos en la tercer puerta a la izquierda –Volvió a sonreír cuando escuchó la voz triunfante de Gun al haber encontrado los platos.

El menor tomó dos y los colocó en la mesa, para después sentarse en una de las sillas, sonriendo de oreja a oreja. Se veía tan feliz y libre de preocupaciones, Off no pudo evitar observarlo con adoración por unos minutos antes de poner el cereal y la leche en el plato de Gun.

Ambos comenzaron a comer. Algunas veces Gun miraba al demonio, con una pequeña sonrisa en los labios. Finalmente se sentía feliz, y no podía esperar para encontrarse con su madre.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora