25. Deseo

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Los ojos de Gun se agrandaron mientras miraba a la persona en la puerta. Estaba viendo un par de ojos cafés extremadamente familiares. Los había visto… hace apenas unos minutos en el baño, pues estaba mirando sus propios ojos. En realidad, la persona frente a él se veía exactamente igual a él. Tal vez no tan delgado, pero Gun no sabría decirlo con exactitud.

Entrecerró los ojos mirando hacia el frente, y después de unos momentos una sonrisa se instaló en sus labios. Después, se aventó sobre sí mismo, gritando “¡¡Win!!” en un tono agudo. Debería haber sabido que su amigo cambia-formas iba a tratar de engañarlo.

-          ¡Hola Gun! – El chico rio, atrapando al dragón en sus brazos – Escuché que estabas de vuelta, así que decidí venir a visitarte – Sonrió, abrazando a Gun fuertemente.
-          Me alegra que lo hicieras. Aunque estaba esperando a otra persona… – El dragón susurró lo último, con un pequeño puchero en los labios, pues su visita no era quien esperaba. Claro que le hacía feliz ver a su amigo, era solo que amaba a Off y quería estar con él.
-          Oh, ¿lo hacías? – Win preguntó mientras Gun lo hacía pasar y lo llevaba hacia la sala. Cambió a su forma real, haciendo una mueca al mirar a su amigo.

Gun había cambiado mucho con el pasar de los años en los que Win no lo había visto, y no le gustaba para nada ese cambio. Se veía demasiado delgado… Win se preguntaba qué le había pasado desde la última vez que se vieron. Esperaba que todo estuviera bien, aunque lo dudaba. Desaparecer por tanto tiempo no era algo que Gun haría, era obvio que alguien o algo lo había obligado.

Ambos se sentaron y comenzaron a platicar. Fue principalmente Win quien habló, mientras Gun escuchaba pacientemente. Algunas veces se ponía inquieto y cerraba los ojos, concentrándose en escuchar los sonidos afuera de su casa. Quería que Off llegara ya. Probablemente sus padres también estaban fuera, pues no los había visto ni escuchado hasta el momento.

Mientras tanto, Off estaba cerca de la casa de su pareja. De repente su nariz captó un olor distintivamente familiar; el aroma que había estado manchando el celestial olor de Gun. Off soltó un gruñido bajo, mirando hacia todas partes por alguna señal del vampiro que había dañado a su pareja. Pero no pudo encontrar nada. Y la esencia estaba apenas flotando en el aire, como si su dueño hubiera desaparecido desde hace un buen rato.

El demonio gruñó una vez más, con la preocupación de que su pareja estuviera en peligro corriendo por sus venas. Pero, tal vez, solo estaba siendo sobreprotector con su pequeño dragón. Decidió ignorarlo y volvió a caminar, no queriendo hacer esperar más a su bebé.

Lo que Off no sabía, era que una figura oscura se estaba escondiendo detrás de una de las casas cercanas. Una sonrisa malévola apareció en sus labios, mientras el hombre desaparecía en el aire.

 
Gun continuaba escuchando a su amigo Win hablar y hablar, cuando su nariz captó un aroma familiar. Sus ojos se agrandaron y saltó de su asiento, mirando a su acompañante.

-          Lo siento Win, volveré enseguida – Dijo, antes de salir corriendo hacia la puerta.

Win simplemente lo miró, mostrando confusión. Podía oler que alguien había llegado, pero no sabía por qué Gun estaba tan feliz. Bueno, tampoco sabía lo feliz que uno se podía poner al ver a su pareja, pues él no tenía una.

Gun no pudo sentirse más feliz cuando Off finalmente llegó. Se lanzó a sus brazos y lo abrazó lo más fuerte que pudo, prácticamente colgándose de él. Lo había extrañado demasiado.

-          Hola… – Susurró después de un momento, frotando su nariz contra el pecho del mayor. Off sonrió, sus preocupaciones de antes desapareciendo al tener a su bebé en brazos. Lo apretó fuertemente, inclinándose para dejar un beso sobre su cabello.
-          Hola, pequeño dragón – Off lo molestó, despeinándolo un poco. Gun puso un puchero, no le gustaba que el demonio lo tratara como un niño.
-          Hombre viejo – Se quejó, separándose lentamente de su pareja –. Mi amigo está de visita – Dijo, tomando la mano del demonio y llevándolo hacia la sala, donde Win lo estaba esperando. El cambia-formas observó sorprendido a Gun, luego a Off, luego a Gun otra vez.
-          Ni siquiera voy a preguntar quién eres… – Le dijo al demonio, con algo de tristeza en su voz. Para Off fue obvio, pues hace apenas unos días él se sentía igual, tan solitario sin su pequeño dragón. Ahora lo tenía con él, pero todavía podía recordar el frío sentimiento.

Gun se sentó y jaló a Off a su lado, sonriéndole adorablemente. Sabía que su amigo estaba triste, y se sentía muy mal por eso… pero Off estaba ahí, y no podía simplemente ignorar el lazo que sentía hacia él. Había sido así desde la primera vez que se conocieron. Por supuesto, necesitó algo de tiempo para realmente darse cuenta. Pero no podía no mirar a su pareja cuando estaba a su lado. Era algo imposible.

Win suspiró pesadamente. Al ver la felicidad de Gun, se preguntaba por qué él todavía no había encontrado a su pareja. Sabía que tarde o temprano pasaría, pero no podía esperar. Era muy doloroso, esperar sin saber a quién estás esperando. Esperar a alguien hermoso, pero desconocido. Algunas veces incluso se preguntaba si su pareja realmente valdría la pena… no lo sabía.

-          Yo… tengo que irme – Dijo y se levantó, un poco herido cuando Gun ni siquiera trató de detenerlo. Aunque, lo que él no sabía, era que su amigo no quería que se quedara ahí sintiéndose infeliz.
-          Está bien… te veo después… – Gun murmuró mientras Win prácticamente salía volando de la casa. Suspiró, acercándose más a Off – Pobre Win, desearía que encontrara a alguien de una vez, es un chico muy lindo.
-          Estoy seguro de que lo hará, amor. Esto toma tiempo, ¿verdad? – Off sonrió, jugando con los dedos de su pareja – Y él será muy muy feliz cuando lo encuentre – Añadió, viendo a Gun asentir.
-          Eso espero…

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora