6. Dulces sueños.

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Un rato después, Gun por fin logró calmarse. Off no lo había soltado, seguía sosteniendo al pequeño en sus fuertes y protectores brazos. Él sabía que su bebé iba a dejarlo, pudo escucharlo decírselo a su madre.

- ¿Podrías... podrías enviarle un mensaje a mi madre con tu dirección? –Gun preguntó suavemente, su voz un poco rasposa mientras observaba a Off con una mirada adorable.

El demonio asintió y le sonrió, recostándolo en el sofá y decidiendo que lo llevaría a la habitación más tarde. No iba a dejar que su bebé durmiera esas últimas horas en su casa en el sofá. Sabía que su madre estaba esperando el mensaje, y también sabía que no era bueno hacer enojar a una mujer dragón, pues podían verse realmente terroríficas.

Mientras se aseguraba de que Gun estuviera cómodo, el pequeño bostezó y se hizo bolita, finalmente con una expresión tranquila en el rostro. Se durmió segundos después. El mayor se acercó y dejó un beso en su frente, sonriendo cuando Gun también sonrió dentro de su sueño.

Off tomó el teléfono que había estado sobre la mesa después de que Gun llamó a su madre y le envió la dirección de su casa a la mujer. Después de unos minutos recibió una respuesta, diciendo que los padres de Gun estarían ahí por la mañana para llevárselo. El corazón de Off se encogió con la idea de su pareja yéndose lejos de él, pero sabía que era lo mejor. Gun tenía que volver con su familia... era obvio que los necesitaba.

Sin embargo, eso no significaba que Off iba a rendirse en capturar el corazón de su bebé. Sabía que Gun podía sentir su conexión también, porque notaba lo fácil que el menor se sonrojaba frente suyo, pero eso no era suficiente. Quería que el pequeño lo amara tanto como él ya lo amaba. Con todo su corazón. Por supuesto, sabía que había algo en el pasado de Gun que haría realmente difícil el que ellos estén juntos. Claramente alguien lo había lastimado, alguien que había dicho ser su pareja. Off se dio cuenta después de la llamada telefónica. Y el demonio apenas podía creer que alguien le hiciera algo tan cruel a una criatura tan pura e inocente. Gun era como un niño, en muchos aspectos. La manera en la que se colgó de Off mientras lloraba, la manera en que sus ojos brillaron cuando el mayor le ofreció comida, incluso el que fuera totalmente adorable, mucho más que cualquier otra criatura.

Y de todos modos, para el demonio era obvio que Gun había pasado por algo que había arruinado su vida, o al menos varios años de ella. Aunque ahora se mostrara feliz, Off sabía que iba a tener que darle tiempo para procesar lo que sea que le hubiera pasado. No quería ni siquiera imaginar lo que Gun había tenido que soportar antes de ser tirado en el callejón, como si fuera un juguete roto y usado.

A Off nunca le habían agradado los vampiros. La mayoría de los cuentos humanos donde ellos eran los malos, eran reales. Eran desagradables, criaturas crueles. Por supuesto, no todos, pero la mayoría lo era. Solamente se preocupaban por sus parejas y tal vez por su familia, pero no les importaba nada sobre los demás. Si querían algo, lo tomaban. Para Off, ellos eran peores que los humanos de los que se solían alimentar. Y los humanos no significaban mucho para él.

De repente Gun dejó salir un pequeño sonido de incomodidad, que hizo al mayor salir de sus pensamientos, y mirar al chico que estaba frunciendo el ceño mientras dormía. Posiblemente estaba teniendo una pesadilla, o por lo menos un sueño no tan agradable.

Off lo levantó y besó su frente suavemente, mientras lo llevaba cargando hacia su habitación. Nuevamente se sentía sorprendido por lo ligero que era el dragón. Por supuesto, era pequeño, pero sabía que no debía ser tan ligero como una pluma. Una vez llegó a la habitación, lo puso amablemente sobre la cama, lo arropó y besó su frente una vez más.

- Eres hermoso –Susurró, removiendo unos cabellos que estaban sobre los ojos del menor–. Desearía haberte encontrado antes... –Añadió, sonriendo cuando Gun se estiró en su sueño.

Sabía que el dragón no iba a despertar pronto, y estaba un poco agradecido por eso. Necesitaba dormir mucho para recobrar su energía, además se veía muy pacífico al dormir.

Haciendo a un lado la urgencia de quedarse y acostarse al lado de su pareja, Off bostezó. Había encontrado a Gun hace varias horas, y el amanecer estaba más cerca de lo que él quisiera. Volvió a la sala y se acostó en el sofá, aún con la ropa que se había puesto la mañana anterior. Al darse cuenta, suspiró cansadamente y volvió a levantarse, yendo hacia su habitación. Entró de puntillas y eligió una camiseta holgada y unos pantalones de pijama, luego se dio una ducha rápida y volvió a salir de la habitación, cerrando la puerta suavemente para no despertar a Gun.

- Dulces sueños –Dijo, con una sonrisa en el rostro.

Se acostó en el sofá otra vez, con esa sonrisa soñadora en los labios. Todavía no podía creer que finalmente había encontrado a su pareja. Y el pequeño estaba con él, sano y salvo. Nada podría herirlo nunca más.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora