Cuando sus padres se fueron, Off decidió llevar a su pareja a la habitación para que el pequeño dragón pudiera descansar en la cama en vez del sofá. Lo cargó y sonrió al notar cómo Gun instintivamente se acurrucaba en su pecho.
Una vez que llegó a la habitación, Off dejó suavemente al menor sobre la cama, arropándolo con gentileza. Luego admiró la belleza en el rostro del pequeño; esa linda sonrisa, sus lindos ojos que estaban cerrados tranquilamente, sus largas y oscuras pestañas, sus labios rosados, tan llenos y tan bonitos… se sentía como el hombre más feliz del mundo. Lentamente se inclinó y presionó sus labios contra los del dragón, sonriendo cuando los ojos del menor se abrieron repentinamente. Aún algo adormilado, Gun respondió el beso de su pareja.
Un momento después Off se alejó apenas unos centímetros y le acomodó el cabello que caía sobre sus ojos, para luego darle un beso en la frente.
- Duerme, bebé dragón – Dijo, tomando la mano del menor, quien dejó salir un quejido mientras se sentaba y enredaba sus brazos en el cuello de su pareja.
- Solo si tú te acuestas aquí conmigo – Murmuró, queriendo desesperadamente estar entre los brazos de Off. Era una necesidad extraña, algo que notó solo cuando el mayor se había alejado de él.
El demonio asintió feliz y se acostó a su lado, abrazando a Gun. Lo acercó mucho más a su cuerpo, enredando las piernas de ambos. A ninguno le importaba, pues lo único que querían era sentir la presencia del otro…. al menos por el momento. Aún estaban en la etapa temprana de su relación, donde necesitaban conocerse y pasar el mayor tiempo posible juntos. Eso estaba en sus instintos, y en sus corazones. El estar cerca de la persona a la que tanto amaban.
Gun frotó su nariz contra el pecho de Off, justo en el lugar donde estaba su corazón. El latido era fuerte y estable, al igual que el demonio. Incluso a metros de distancia, el joven dragón podría reconocerlo, porque su propio corazón estaba tratando de sincronizarse con él.
- Me encanta como suena tu corazón… – Gun susurró casi sin pensarlo, mientras su mano tomaba la del mayor y entrelazaba sus dedos – de verdad me encanta – añadió, su voz sonando amortiguada por el pecho de Off.
El demonio soltó una risita, moviéndose un poco para poder llevar la mano del dragón a sus labios. Besó los nudillos uno por uno, muy suavemente, enviándole un pequeño escalofrío de placer a Gun por toda su espalda. Muy en el fondo, Off quería tomar al dragón ahí, en su propia cama. Quería hacerlo completamente suyo por fin, pero sabía que todavía no podía. Tenía que ser paciente. Y si eso significaba que tendría que esperar durante cien años, no le importaba. Gun era su pareja, su tesoro, su persona más importante en todo el universo. Había esperado mucho por él, no iba a echarlo todo a perder por sus deseos egoístas.
Gentilmente, dejó ir la mano del pequeño, viendo como éste bostezaba.
- Duerme, bebé dragón – El mayor murmuró, acomodándolos a ambos de nuevo para que Gun estuviera cómodo y seguro entre sus brazos –. Voy a estar aquí, no voy a dejarte – añadió, sonriendo al escuchar un suspiro tranquilo del menor.
- Sé que no lo harás, demonio malvado – Gun dijo, levantando su cabeza para observar a Off con una mirada adormilada. Sonrió dulcemente y volvió a enterrar su rostro en el pecho del mayor, acomodándose para que su oreja quedara justo sobre el corazón del demonio.
- ¿Por qué pareces estar cuidando tanto mi corazón, bebé? – Off preguntó con genuina curiosidad.
No quería molestar a Gun, pero realmente quería saber por qué actuaba así. Por alrededor de un minuto, no obtuvo respuesta. Si no hubiera sentido al menor moverse un poco entre sus brazos, hubiera pensado que se había quedado dormido. Pero no, el dragón estaba despierto. Así que Off espero pacientemente por su respuesta, de vez en cuando pasando su mano por el cabello castaño, que a pesar de que estaba algo despeinado, para Off se veía precioso, deslumbrante. Amaba el cabello de Gun al igual que amaba su adorable y algunas veces infantil sonrisa, sus grandes y curiosos ojos, sus hermosos labios, su dulce voz. Estaba casi seguro de que su voz al cantar sonaba igual de angelical que cuando hablaba, o tal vez más.
Lentamente, Gun volvió a levantar la cabeza. Su mirada estaba llena de amor y adoración. Pero también había algo más, algo que sorprendió al demonio, pues no había visto antes esa mirada en los ojos de su bebé. Podía distinguir posesividad.
- Porque es mío, y solo mío – Gun susurró, su voz sonando extrañamente seria para el tipo de frase que había dicho.
Off, aún un poco sorprendido, sonrió y se levantó ligeramente para apoyarse con el brazo sobre la cama. Se inclinó, besando suavemente a Gun en los labios, para luego pasar a su mandíbula, sus mejillas, su nariz, y finalmente, una de sus orejas.
- Siempre ha sido tuyo, amor. Solo necesitaba encontrarte para poder entregártelo…
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La Historia de un Dragón Roto -OffGun-
FantasyEn un mundo que es habitado por criaturas mágicas, todo puede pasar. Especialmente si la meta en la vida de cada persona es encontrar a su pareja, su amor... esa persona que significa más que nada para cada uno. Pero, también existen algunas almas d...