31. Amor

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-          Yo todavía te… gusto… ¿verdad? –Gun preguntó. Estaba acostado en el sofá, con la cabeza sobre el regazo de su pareja. No había pasado ni una hora desde que había tenido ese… recuerdo. Sus ojos estaban cerrados, de repente le susurraba preguntas al mayor, esperando por su respuesta. Más que nada había preguntado cosas sin sentido anteriormente, ni siquiera recordaba bien sus preguntas. Solo lo hacía para escuchar la reconfortante voz de Off. Podía sentir los dedos del mayor acariciando gentilmente su rostro.
-          Por supuesto que sí bebé. ¿Por qué no me gustarías? –el demonio rio débilmente por la extraña pregunta, levantando al dragón para sentarlo y acurrucarlo contra su pecho. Todas sus acciones eran amables y delicadas, no quería asustar o lastimar a su pequeño ángel. Quería que Gun supiera que estaría siempre con él, y que lo amaba. Más que a nada.
-          Porque… yo… –el menor no terminó su oración. Inhaló el aroma de su pareja y automáticamente enredó ambos brazos alrededor del cuello del mayor– Por favor, no me dejes… –susurró. Su voz sonaba desesperada y llena de pánico, mientras se aferraba a Off– por favor…
-          Gun… –Off susurró su nombre, abrazándolo más fuerte. Después, lentamente lo alejó un poco, lo suficiente para poder tomar el mentón del menor con una de sus manos y acariciar la suave piel, para después inclinarse y capturar los labios de su pareja en un lento y dulce beso.

Sabía salado por sus lágrimas, pero dulce por las emociones de ambos. Se amaban más que a nada. Ninguna palabra podía describir lo mucho que Gun amaba al demonio. O, ¿de verdad simplemente era amor? ¿Era un simple sentimiento lo que sucedía dentro de él cada vez que su corazón se aceleraba cuando el demonio estaba cerca? ¿Era solo amor lo que sentía cuando compartía besos con su pareja? ¿Era solo amor lo que hacía que Off lo calmara cada vez que sus recuerdos lo atormentaban? ¿Realmente era solo eso? ¿O era algo más?

Respondiendo al beso, el dragón decidió no pensar en nada más. Solo necesitaba estar cerca de Off, abrazarlo… eso era suficiente. No importaba si solo amaba al demonio, o si era algo más que eso.

Off lentamente se alejó, besando la frente de su bebé mientras éste inhalaba profundamente. No pudo evitar sonreír al ver sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes. Se veía mucho mejor ahora, y el demonio estaba agradecido por eso.

-          Te amo, ¿de acuerdo? –El mayor dijo de repente, rompiendo el agradable silencio que se había formado después del beso.

Gun asintió y apoyó su cabeza en el pecho de Off. Volvió a inhalar su aroma y dejó salir un bostezo. Se estaba sintiendo muy muy cansado.

-          ¿Puedo dormir? –Preguntó. Off sonrió con ternura y acarició el suave cabello castaño de Gun, antes de dejar un beso sobre él.
-          Por supuesto amor. Pero mejor vayamos a tu cama, ¿sí? No quero que duermas en el sofá –Dijo, cargando al pequeño en sus brazos.

Gun asintió con pereza y bostezó nuevamente, acurrucándose en el cuello de Off.

Era algo extraño. No hace mucho, Off estaba tratando de sacar a su pareja de ese estado de inconsciencia, viendo como el dragón casi se daba por vencido. Aún podía escuchar en su mente la última palabra ahogada que dijo justo antes de dejar de respirar. El corazón del demonio se estrujó al recordar cómo intentó despertarlo tan desesperadamente, lo asustado que se sintió…

Y ahora, el pequeño estaba acurrucado en sus brazos, mirándolo con una sonrisa somnolienta. Estaba medio dormido, sus ojos cerrándose y abriéndose continuamente mientras trataba de mantenerse despierto, mirando a Off. El mayor sonrió y se inclinó para dejar un beso en su nariz.
Gun, quien ya estaba medio dormido, lo observó con los ojos casi cerrados pero sintiendo sus mejillas calentarse al darse cuenta de lo que había sucedido. Otro bostezo escapó de sus labios mientras era cargado hacia alguna parte de su casa, muy posiblemente su habitación.

Para el momento en el que llegaron a “la habitación azul”, como Off solía llamarla en su mente algunas veces, el dragón ya estaba durmiendo pacíficamente entre los brazos del mayor, su cabeza descansando en su hombro.

-          Eres tan adorable –Off dijo, sonriendo, mientras dejaba gentilmente a Gun sobre su cama.

Buscó la cobija del menor, frunciendo el entrecejo y haciendo una mueca al notar que parte de ella había sido rasgada. Encontró la pieza que faltaba y un gruñido salió de sus labios cuando un conocido aroma entró en su nariz. Había marcas de garras en la tela, lo cual solo lo enfureció más.

No solo ese maldito había entrado a la habitación de Gun, además había dañado una de sus pertenencias. Y eso solo significaba una cosa. Off gruñó nuevamente, observando a su alrededor en la habitación y también asegurándose de no haber despertado a su bebé.

Afortunadamente, Gun seguía durmiendo, acurrucado en su gran almohada. Susurró algo incoherente y soltó una risita en su sueño. Off se calmó y luego sonrió tiernamente, olvidándose por el momento del intruso mientras se sentaba en la cama.

-          Te amo mucho –Susurró, acostándose al lado de su pequeño amor. Escaneó la habitación con la mirada una vez más, suspirando de alivio al no notar nada fuera de lugar.
-          Yo también… –Gun murmuró en su sueño, instintivamente acercándose al pecho de su pareja y acurrucándose en él. Off casi dejó salir un gritito de emoción, antes de escuchar al menor añadir algo más– también amo el helado.

El demonio no pudo evitar sentirse un poquito herido. Casi pensó que su bebé había dicho que lo amaba en su sueño. Pero de cualquier forma, él sabía que Gun lo amaba. No solo porque habían hablado sobre eso antes, sino también porque podía sentirlo. E incluso si el pequeño estaba soñando con helado, al menos estaba ahí con él, entre sus brazos.

Lentamente el sueño fue venciendo a Off, quedándose dormido con una sonrisa en los labios y abrazando a su pareja. No pudo escuchar la leve risita que salió de los labios de Gun, mientras sus ojos se abrían y lo observaban. El dragón se acurrucó todavía más cerca del cuerpo de Off, acomodando su cabeza justo donde estaba el corazón del mayor.

-          Tonto… yo también te amo –Gun dijo, y sonrió antes de quedarse dormido nuevamente.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora