37. Lee

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Gun dejó salir un grito de agonía cuando su cabeza fue azotada contra la pared. De nuevo había puntos de colores bailando en su visión, haciéndolo sentir mareado.

-          Eres muy ruidoso – Lee sonrió malvadamente, acariciando una de las mejillas del dragón. Gun había estado gritando súper fuerte cada vez que el vampiro lo tocaba. Estaba provocándole dolor de oídos, y eso no le gustaba para nada. Gun tenía que ser castigado.

El dragón gimió, sus ojos cerrándose por el miedo cuando Lee se acercó a él. Sin embargo, su nariz captó un aroma familiar, uno que definitivamente no era el del hombre que tenía enfrente.

Gun dejó salir un débil sollozo, tratando de empujar al vampiro lejos de él. Sus brazos débiles y con moretones no eran suficientes para siquiera mover al hombre.

Pero Off estaba ahí…

Al siguiente momento, Gun sintió un dolor punzante ya conocido en su cuello. Lloró mientras los colmillos se clavaban en la piel de su cuello.

-          Off… – Murmuró, con una nueva ola de mareos llegando debido a la rápida pérdida de sangre.

Off jadeaba mientras corría en los pasillos del lugar, que parecía más bien un enredado laberinto. Había varias personas colgadas en los muros, la mayoría humanos y hadas. Y casi todos estaban muertos. Algunos de los que seguían vivos estaban quejándose, pidiendo ayuda… Off los habría ayudado, deseaba hacerlo, pero Gun seguía en alguna parte de ese lugar, y necesitaba llegar a él.

Sus instintos le gritaban, le decían hacia dónde ir. Pero incluso sin ellos, habría sabido dónde encontrar a su bebé, pues su aroma estaba en todas partes. Tuvo que detenerse al escuchar un grito desesperado. Gruñendo, Off sintió que veía rojo por la ira, y se encaminó en dirección de donde provenía el sonido. Casi estaba ahí. Tenía miedo por lo que pudiera encontrar, pero sabía que debía apresurarse.

Lee se congeló al escuchar un gruñido amenazante y se giró justo en el momento en el que escuchó la puerta abrirse de golpe. Una sonrisa se formó en sus labios al ver a un alto demonio en la entrada del comedor.

-          Bueno; hola, mi amigo – Saludo al otro hombre, escuchando como Gun dejaba salir un débil gemido de dolor.

-          Tú… – El demonio dijo, observando al vampiro con una mirada feroz. Éste rio, con una sonrisa chueca en el rostro.

-          ¿Quieres unirte? – Preguntó, señalando con la cabeza a Gun, quien estaba apenas consciente, colgando de las cadenas en la pared.

Gun levantó la mirada, su visión todavía nublada no permitiéndole ver por completo quiénes estaban en la habitación. Pero había un aroma que estaba llenando sus pulmones cada vez que inhalaba. El aroma de su pareja. Sonrió débilmente tratando de enfocar sus ojos en el demonio.

-          Off – Susurró, su voz casi inaudible.

Al siguiente momento, Off arremetió contra el vampiro, dejando salir un feroz gruñido desde su pecho mientras lo empujaba contra la pared. Los ojos de Lee brillaron con diversión, y puso una de sus manos en el hombro del demonio. Sonrió, cerrando los párpados por un momento.

-          Vas a darte la vuelta e irte de aquí – Murmuró, centrando sus pensamientos en el demonio.

El único problema, fue que encontró una especie de barrera. Frunció el entrecejo y se concentró aún más, ni siquiera notando que estaba siendo golpeado repetidamente en el estómago. Un poco de sangre comenzó a caer por su mentón, sacándolo de sus inútiles intentos por controlar al otro hombre. Sus ojos se agrandaron al darse cuenta de que simplemente no podía hacerlo.

Hizo un movimiento rápido con sus hombros, tratando de agarrar a Off por el cuello. Pero el demonio parecía ser más fuerte, pues lo volvió a empujar contra el muro.

-          Tú, bastardo – Off siseó, sus ojos llenos de ira. Apenas podía escuchar la débil respiración de su compañero.

Con todas sus fuerzas, le dio un golpe en el rostro al vampiro. Dejó salir otro gruñido y continuó golpeándolo varias veces. Él también había recibido algunos golpes y rasguños, pero casi no podía sentirlos debido al enojo que corría por sus venas. La mayoría de sus heridas estaban sanando demasiado rápido, mientras que el vampiro no podía decir lo mismo, pues seguía gastando su energía en tratar de romper la barrera de la mente de Off.

Gun tembló de miedo al alcanzar a ver como de repente, Off era empujado contra la pared. Susurró desesperadamente el nombre de su pareja, con lágrimas cayendo por sus mejillas manchadas de sangre.

Sin embargo, Off se recuperó y empujó al vampiro lejos de él. Sabía que la pelea estaba por terminar. Con un fuerte gruñido, golpeó al otro hombre justo donde estaba su corazón, viendo como su cuerpo caía al piso. Seguía vivo, pero apenas. El cansancio físico y mental lo habían debilitado demasiado. Y Off lo sabía muy bien. Se acercó al cuerpo que jadeaba pesadamente, y lo observó.

Lee levantó la mirada, con ojos vacíos. De alguna manera sabía que estaba por morir. Se sentía demasiado débil como para sobrevivir.

Off resopló, haciendo un corte en la piel del cuello del vampiro.

-          Vas a sufrir por lo que has hecho – Dijo lentamente, asegurándose de que su corte fuera lo suficientemente profundo como para ser mortal, pero no para que el vampiro muera demasiado rápido. Le dio una última mirada y se giró para ir hacia su compañero.

El pequeño Gun estaba sollozando, su mirada nublada buscaba a Off frenéticamente. En el momento en que se dio cuenta de que el demonio había ganado, una sonrisa se formó en su rostro.

-          Off… – Susurró, mientras sentía como lo liberaban de las cadenas. Su cuerpo cayó directamente a los brazos de su pareja.

-          Shh amor… está bien… – Off le susurró para calmarlo, acercando con delicadeza el cuerpo de Gun hacia su pecho y abrazándolo fuertemente – Lo siento bebé, lo lamento tanto – volvió a susurrar, mientras caminaba hacia la salida con Gun en brazos.

El dragón gimió débilmente, acomodando su cabeza en el pecho del demonio.

-          Te amo… – Murmuró, antes de caer inconsciente.

La Historia de un Dragón Roto -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora